miércoles, 10 de enero de 2007

VISIÓN ECONÓMICA EN LA AUTONOMÍA PROVINCIAL



(Economía)

Antonio Velásquez Kuffó

Como todo proceso de transformación socio política y económica, en que se aspira a un cambio en la organización administrativa, financiera y jurídica, nuestro proyecto manabita de autonomía es susceptible de un nuevo reordenamiento, tal como inicialmente el “Comité Pro Autonomía de Manabí”, liderado por nuestro Rector y el Dr. Humberto Guillén Murillo; en ese entonces Prefecto así lo mentalizaron, aunque obviamente por la premura del tiempo para concretar esta iniciativa en el ámbito electoral como hubo de acontecer, para que se viabilizara la propuesta, ellos no pudieron detenerse para hacer un mayor análisis en lo que podemos llamar la necesaria enmienda, la cual desde ahora se la debe realizar para reformar el actual esquema anacrónico y obsoleto en el régimen seccional dependiente del poder central; al que lamentablemente aún pertenecemos, por las razones de que todavía no hemos emprendido en una verdadera descentralización y desconcentración burocrática, como transparentemente lo demanda con todo derecho el nuevo sistema autónomo independiente.
Haciendo esta afirmación, por cuanto debemos convencernos que para ir logrando las ansiadas reformas que se requieren urgentemente, no hay que esperar que lleguemos a ejercer plenamente la autonomía; ya que, lo que si podríamos y debemos aplicar desde ya, es empezar ejerciendo los preceptos constitucionales que las leyes nos lo permiten, especialmente con ciertas facultades legales permitidas por nuestra Constitución; como “La Ley de Concesiones” que nos faculta concesionar los servicios básicos, sin que ello implique subastarlos ni consentir que el sector privado inversionista los explote en detrimento de los usuarios, por existir regulaciones mediante Ordenanzas Públicas que controlan estos abusos.
Del mismo modo, otras gestiones como los denominados Fideicomisos con el Estado, a fin de que nuestros Municipios y otras entidades oficiales, obtengan un respiro en las finanzas de sus deudas pendientes.
Informando en aquella ocasión a nuestros comprovincianos, que entre esos gravámenes que se nos escapan están los generados por las sucursales bancarias, financieras y compañías transnacionales; todo lo cual, nos significa un gran deterioro económico para los limitados ingresos presupuestarios de nuestras instituciones públicas, permitiéndome sugerir que no hay que esperar que estas distorsiones se corrijan cuando tengamos la autonomía, por no predecirse cuánto tiempo más demorará en hacerse completa realidad nuestro proyecto autónomo.
Habiendo comunicado a nuestros paisanos, que de esos impuestos que no participamos por causa del régimen centralista, sobresalen los que por su gran demanda ciudadana constituyen el 40 % de nuestra masa tributaria; tales como el de la cerveza, gasolina y diesel o búnker, que los grupos empresariales –antes citados- pagan fuera de Manabí, pretextándose que sus matrices están en las urbes antes citadas; cuando conocemos que los usuarios de esos elevados consumos representan el grueso de nuestra población.
No debiendo perderse más tiempo, para mediante una reforma impositiva hacer que esos tributos retornen a su fuente de origen; o sea a nuestro territorio provincial, al igual de los gravámenes a la renta, aranceles de importación y de las divisas utilizadas por ventas de los derivados del petróleo, desviadas hacia otros fines que no sean para atender las necesidades del gasto social y la reactivación del aparato productivo.
Inclusive, actualmente podríamos hacernos entregar porcentualmente por parte del Estado lo que nos corresponde legalmente al respecto; es decir, si obligamos que se practique una legislación justa y equilibrada de entregar a cada cual lo que le pertenece en el orden tributario.
Idénticamente en lo que se iba a planificar sobre el futuro desarrollo provincial, para presentar la imagen de un Manabí rentable, de acuerdo a un inventario a estructurarse acerca del área agropecuaria y de agro exportación, pesquera, turística y artesanal, al igual que cuantificar el prorrateo de la Deuda Externa, en lo que nos concierne promedialmente, exhortando al mismo tiempo superar los localismos cantonales, relativo a la planificación y ejecución de la obra pública, que es tan venida a menos y en cambio desde ahora ir dando prioridad a las de infraestructura básica, para erradicar por completo las inmediatistas y decorativas, tal como todavía lo hacen algunos politiqueros para empantallar al electorado, sin importar el dispendio en las mismas y que como errores en las administraciones oficiales, pagamos muy caro los contribuyentes a través de los impuestos.
Alertando en aquella oportunidad a nuestros comprovincianos, que la autonomía no sería la panacea, a falta de que lleguemos a cambiar esta inercia del desarrollo, por la de convertirnos completamente en entes responsables y productivos en el ámbito público y privado y esto es; siempre que se respete lo planificado a corto, mediano y largo plazo, para únicamente de esa manera administrar eficientemente nuestros recursos humanos y materiales que disponemos, para de ese modo y no de otro conseguir generar las 150.000 plazas de trabajo que se necesitan y evitar la emigración campesina a las ciudades y al exterior.
Lamentando que los Gobiernos y Congresos de turno y de entre sus miembros las autoridades oficiales, así como los integrantes de la partidocracia criolla, que se han allanado a las consignas de sus líderes políticos para no continuar gestionando sobre el incumplimiento de las autonomías provinciales, que al decir verdad ya deberían estar institucionalizadas en el país, sin que por eso nos sorprendamos que últimamente por la creciente desesperación ante las diversas necesidades, debido a las limitaciones presupuestarias, muchos Cabildos incluidos los nuestros en Manabí, ya empiezan a reclamar las competencias sobre ciertas áreas estratégicas de desarrollo; como las de educación, salud, vialidad, y transporte, etc., para así administrarlas directamente optimizando sus recursos, aunque para ello siempre tengan que efectuar paralizaciones masivas para obtener la entrega de las respectivas asignaciones económicas que se urgen, porque sepamos hasta aquí estas transferencias no se han venido otorgando oportunamente en el 15 % y mucho peor en el 30 %, que desde hace años se ofreció entregar a todos los organismos seccionales, no obstante de haber sido Ley de la República cumplirlo, resultando quimérico recibir el 50 % de acuerdo a la propuesta nacional para descentralizar las rentas del Estado.

* Fragmentos extraídos de la revista libro Cyberalfaro # 10, 2005.





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