lunes, 23 de junio de 2008

El Archivo Histórico del Guayas: emblema cultural de la Costa




Por: Ubaldo Gil Flores

De cholos y montuvios
Tuve la oportunidad de conocer e intercambiar criterios con Don José Antonio Gómez Iturralde, junto a Willington Paredes, Wilman Ordóñez, Medardo Mora y otros intelectuales de la Costa ecuatoriana cuando nos propusimos luchar por la defensa de nuestras culturas, sobre todo en lo relacionado al ser montuvio y cholos en esta parte de la geografía ecuatoriana, lucha tenaz y constante por cuanto la modernización del país nos ha tomado sin señales de identidad claras, por tanto muchos teníamos o tenemos vergüenza de decir (nos) soy cholo o soy montuvio, lo cual significa muchas cosas desde el punto de vista antropológico, cultural, sociológico, histórico…
La lucha empezó contra la televisión ecuatoriana que en muchos de sus programas denigra al montuvio y al cholo, como seres Humanos y como culturas. Pero además hubo que ir depurando los conceptos y entender, por ejemplo, que si bien hay montuvios, no es lo mismo el de las cuenca del Guayas que el de Manabí y así en una serie de matices etnoculturales que hay que seguir desentrañando ante la arremetida de las tecnologías y la globalización, donde debemos estar inventándonos y creándonos constantemente sin dejar nuestras raíces básicas.
Gracias a estos intercambios por lo menos se logró que el montuvio y lo montuvio aparezcan en la nueva constitución claramente visibles, y es que entre otras cosas -y esto lo digo con certeza y con variadas pruebas y argumentos- siempre hay desde Quito el poder central, conscientes o no, un afán de superioridad cultural e intelectual (confunden el ser educado o tener buenos modales con el ser inteligente y creativo) o el propósito no declarado de impedir que nos desarrollemos en lo artístico y cultural, y obviamente como tienen las riendas del estado en sus manos lo pueden hacer.
Qué les va interesar que las autonomías se concreten…
A mi juicio de eso se trata este tema de querer que el Archivo Histórico del Guayas pase a manos del Banco Central (aunque hayan dado marcha a tras en este nefasto propósito) o también que en la desesperación el AHG quiera depender o estar supeditado al Municipio del Guayas, porque en ambos casos sería someter al trabajo investigativo y cultural a los vaivenes del juego político que es otra cosa y tiene fines y principios muy adversos o en contraposición a la libre investigación y divulgación de la cultura. Esto sin que dejemos de aceptar que el artista o investigador tiene derecho a un soporte ideológico pero jamás puede estar sometido o supeditado a un poder o gobierno de turno.
Los tiempos actuales nos han enseñado que frente al tortuguismo del estado y sus ocasionales inquilinos en el poder lo ideal es que el trabajador cultural tenga un espacio de manejo con fundaciones o corporaciones bien entendidas, es decir, la agilidad de la empresa privada y la libertad para actuar conforme los postulados de cada grupo académico o artístico.

De nacionalidades y otras ridiculeces
Pese a defender el ser cholos y montuvios jamás se nos ocurrió estar formulando “la nación montuvia o chola” como muchas etnias o grupos culturales pretenden ahora, tratando de desintegrar a un estado pequeño y al que le pueden hacer un daño irreparable por la confusión y frustración que pueden generar al interior de sus propias culturas.

Don José Antonio Gómez Iturralde
El perfil biográfico de Don José Antonio es el de un guayaquileño de cepa multifacético, prolífico como hombre de empresas y como historiador y administrador del trabajo cultural, tiene lo que considero el Don, y esto en una sociedad “bastarda” sin raíces claras, donde cualquier cínico se enriquece en la Cosa Pública o no se aceptan las jerarquías y se respetan las trayectorias personales y familiares, resulta una afrenta, mucho más para quienes toman la vida política, el trabajo de escritura o cultural como desfogue para resentimientos sociales que no es lo mismo estar sentido del funcionamiento de nuestra sociedad.
Por ello creo que ante este hecho los manabitas debemos replantearnos que nos unen más los lazos culturales e históricos con Guayas antes que con otras regiones del país, obviamente sin que olvidemos que los intereses de las cúpulas económicas cada cierto tiempo alimentan las divisiones entre nosotros mismos, lo cual resulta comprensible porque así mismo es todo desarrollo social y económico, es un tira y hala, se da hasta entre hermanos, y sobre todo cuando no hay un proyecto de desarrollo de país y de nación, es decir humano, que sea común y supere las inevitables asperezas de la naturaleza del Hombre.

Trabajo es trabajo
El Archivo Histórico del Guayas se fundó en 1971 por gestión de Julio Estrada Ycaza en la presidencia de Velasco Ibarra, primero con la intención de recoger la mayor cantidad posible no solo de la memoria de Guayaquil si no también de la Costa ecuatoriana, y desde luego del país, todo esto, dentro del contexto iberoamericano y mundial. En 1980 el Banco Central lo financia vía comodato y luego, en 1997, tras una década de percances lo administra la Fundación Miguel Aspiazu Carbo que preside Don José Antonio Gómez Iturralde quien para ese año es designado Director del Archivo.
Entre las “pocas” cosas o bienes materiales que tiene este Archivo y su fenomenal trabajo sobre la cultura, la historia, la economía, el folklore… constan 10.792 volúmenes en la biblioteca, 14.859 unidades de papeles manuscritos entre los cuales varios datan del siglo XVII, 2.687 folios con periódicos de más de 100 años, una sala con 5.700 fotos con imágenes de mediados del siglo XIX hasta la presente fecha; el mismo Archivo ha dictado seminarios de capacitación y asesoramiento a miles de docentes y se constituyen en una de las instituciones más serias en la documentación y orientación para comprender e interpretar nuestras culturas. La institución no es culpable si los tiras piedras y quemas llantas que han destruido a la educación ecuatoriana no asisten o no quieren ilustrarse, ni les interesan las propuestas de esta institución.

Manta, junio del 2008


En la foto, momento en que José Gómez Iturralde discutía, junto a un grupo de intelectuales manabitas, sobre la identidad chola y montubia de la Costa Ecuatoriana.

miércoles, 11 de junio de 2008

Eloy Alfaro Delgado y el Liberalismo Radical






Por: Ubaldo Gil Flores
http://www.marabierto.uleam.edu.ec/

Como todos los años junio es un mes para recordar, reflexionar y replantearse la gesta heroica del 5 de Junio de 1895, fecha de la Revolución Liberal, liderada por el “mayor ecuatoriano de todos los tiempos”, a quien más que general de las derrotas debemos considerarlo el estadista y el mártir, lo primero por su capacidad de visionario para entender lo que era y es la modernización de un estado laico, es decir, libre de las artimañas del clero católico que ahora incluso no quiere perder sus canonjías y sus beneficios frente al estado ecuatoriano en claro abuso de la sensibilidad de una población pobre y miserable a la que prefieren mantenerla así para explotar su inocencia y sentido religioso (ojo: escribo de las superestructuras de estas institución, no del sacerdote o feligrés que a sus modos son santos y realmente viven la palabra de Cristo) del modo más despiadado.
Por otro lado Alfaro es un mártir por cuanto sabía que al morir de modo tan horrendo dejaba asentado un legado histórico que quedaría en la conciencia nacional para atormentar a quienes -grupos de poder político liberales o conservadores, aunque ahora se llamen izquierdistas de vaya a saber uno qué- impiden el desarrollo auténtico de la patria. Y ya sabemos hasta la saciedad que el nuestro es un país rico, como lo decía el sabio Humbolt, Ecuador es un mendigo sentado en un banco de oro.
Esta fecha también es un motivo de discursos trasnochados, de retórica de cocina, de oportunistas de última hora y sobre todo de cínicos a tiempo completo, si no cómo entender que gentes de la partidocracia tradicional ahora fingen como alfaristas y se unen al gobierno de turno en actos de verdadera vergüenza que harían sonrojar hasta a Judas. Porque todo dogma es respetable siempre que el que lo pregone sea coherente y consecuente con sus principios, y de hecho no creo que en términos llanos ningún principio sea de propósito nefasto.

Cotidianidad y pensamiento político
El investigador Germán Ferrero Medina invitado especial al Paraninfo de la ULEAM para disertar sobre este tema, nos trajo varios datos y una interpretación histórica que para muchos resultó trascendente en la comprensión de las historias de Ecuador y Colombia, por un lado plantea que desde 1830 cuando dejamos de ser la Gran Colombia y un solo país, al contrario de lo que hemos o podíamos imaginar toda nuestra historia ha sido un constante punto de reveses: mientras en Colombia mandan la tendencia liberal en Ecuador manda el poder conservador, y viceversa, y así hasta nuestros días, por tanto el conflicto que ahora tenemos con Colombia no es gratuito responde a leyes históricas que hay que estudiar para transformarlas.
Para Ferrero el actual presidente Uribe trata de desmontar la Asamblea Constituyente de 1991 de su país, y en cambio en estos momentos en Ecuador se trata de hacer una constitución de corte liberal o de “socialismo del siglo XXI”. Es decir o bien por fuerzas internas o externas somos como dos trenes que van en sentido contrario, pero esto a nivel de cúpulas de poder, el pueblo llano o el ciudadano bien entendido sabe que solo la educación, una religión bien aplicada y honesta con los principios cristianos, así como el afán de modernizarnos es lo que a la larga puede permitir reencontrarnos como hermanos que en el fondo somos, y desde luego para solucionar guerras civiles no declaradas y encontrar un proyecto no solo de paz y armonía entre nuestros países si no también en la región de América del Sur.

El liberalismo radical
Respecto al liberalismo radical practicado y bien concebido por Alfaro es necesario señalar que desde 1939 el patriota Alfonso Mora Bowen en un hermoso libro dedicado a descifrar las claves de nuestra historia después de la muerte de Alfaro y señalar con razonamientos válidos y orientadores incluso hoy, citando a Velasco Ibarra apunta a la confusión política ya desde ese año, cuando dice: “todo saltimbanqui de la política y de las ideas que quiere medrar y tener éxitos vanidosos se llama en el Ecuador de Hoy, izquierdista, y según los días y el humor, se especifica como liberal, como socialista o como comunista; y algunos tan ridículos que se llaman liberales-socialistas-comunistas.”
Pero el mismo Mora Bowen, refiriéndose a Velasco Ibarra sentencia de modo contundente una frase lapidaria hasta hoy: “Este fenómeno que con tanto acierto anota uno de nuestros políticos -en quien también se podría puntualizar igual confusionismo- no es el resultado del acaso, si no la influencia necesaria de un medio pervertido por el clericalismo, fundado en la máxima de divide et impera…”
Esto analizado en 1939. Cualquier parecido con la realidad presente es pura coincidencia. Pero lo último que podemos perder es la esperanza y para ello la primera salida es estudiar los procesos históricos, políticos, económicos, educativos, de nuestro país y para ello tienen un responsabilidad enorme la partidocracia tradicional que no podemos condenarla a la desaparición, y también los nuevos movimientos, hacer lo contrario, es decir, no formar a sus bases y dirigentes es ya caer por el propio peso en la ignominia y el sofisma.




Portada del libro Vida cotidiana, viajes y política en Antioquia y Caldas (memorias de Justiniano Macía Vélez) de Germán Ferro Medina.

El arte de escribir




Por: Ubaldo Gil Flores

Aprovecho la oportunidad para felicitar a la señora Ruth Cantos del Banco Central de Manta quien ha tenido la iniciativa de convocar a quienes escribimos o editamos libros en nuestra ciudad para compartir nuestra experiencia con los profesores y estudiantes de los colegios del puerto. Como todo mensaje, tesis o reflexión siempre tiene un destinatario clave, aunque todo escritor o artista aspira a que lo lean la mayor cantidad de lectores o receptores heterogéneos siempre el autor que está realmente atrapado por sus pasiones y por sus ganas profundas de comunicar su vida y la vida en los términos que él lo entiende, ahora me dirijo básicamente a los estudiantes que están ávidos también de escribir o de leer y quieren saber algo de nuestras experiencias.


EL ARTE DE ESCRIBIR

Empecemos por afirmar que escribir es sinónimo de leer, es decir, de acuerdo a las modernas teorías de la lectura toda persona cuando lee de modo disciplinado o informal pero siempre con placer y gusto, esta persona inconscientemente al mismo tiempo también está escribiendo. No podemos imaginar a un escritor si no tiene un amplio bagaje de cultura general y sobre todo años y hasta décadas de lecturas sobre todo de los grandes maestros de la literatura universal, latinoamericana y ecuatoriana. Por eso de modo sencillo pero profundo José Martí afirmaba que “Leer es caminar y escribir es ascender”, en cuanto a la lectura bien llevada o guiada esta frase nos dice implícitamente que el que no lee no camina, es decir, no desarrolla en la escala humana y en consecuencia no podrá escribir, entendiendo que escribir puede y debe ser obligación de todo estudiante o profesional de cualquier disciplina aunque no tome el oficio como profesión.
Vamos por parte. Si leer es sinónimo de escribir y viceversa, de modo básico todos podemos ser potenciales lectores y escritores, ahora bien, una cosa es leer o estudiar para tal o cual asignatura y otra cosa es leer por el sano placer de viajar a otros mundos, de conocer a personajes reales o imaginarios, de compartir las locuras y heroicidad de los personajes míticos, legendarios o de ficción donde realmente nuestra alma y nuestro espíritu se alimenta de otros mundos y vidas que la realidad ordinaria a veces no nos ofrece. Los seres humanos por naturaleza biológica, mental y espiritual necesitamos de la ficción, así como necesitamos de metáforas y alegorías para entender mejor el mundo y la existencia, el lenguaje cotidiano es limitado y extremadamente peligroso si no estudiamos su naturaleza y sus reglas y leyes, puesto que en la medida también que sepamos cómo funciona la gramática de nuestra lengua así también entenderemos cómo funciona nuestro modo de pensar, de imaginar, y hacia dónde vamos.
Ahora bien, el que estudia lo hace por aprender un tema determinado que si no tiene motivaciones auténticas se olvida a la vuelta de la esquina, en cambio el que lee por placer o por satisfacción y por voluntad propia ese ser humano poco a poco se convierte no solo en una persona culta si no también en un amante de la sabiduría que lo puede convertir en un ser humano sabio, y ya sabemos que toparnos en la existencia con un ser humano sabio es misión muy difícil y a veces hasta imposible en sociedades deprimidas y de urgencias económicas y necesidades básicas insatisfechas que tenemos que cumplir.
Por eso para leer y escribir lo recomendable es empezar en la adolescencia y la temprana juventud, porque como lo decía Gabriel García Márquez “loro viejo no aprende a hablar”, esto sin olvidar que toda norma tiene su excepción.

DIFERENCIA ENTRE ESCRIBIR BIEN Y EL ARTE VERDADERO

Es cierto que con esfuerzo, con voluntad férrea y con disciplina podemos desarrollar el hábito de la lectura y el mérito de escribir bien, es decir, escribir bien para una época o un tiempo determinado, y es que hay escritores que tienen fama así como la tiene cualquier artista musical de moda: por cinco, diez veinte años; sin embargo el verdadero escritor artista es eterno, no pasa de moda y conforme pasa el tiempo aumenta su fama y su influencia no solo en su cultura y país, sino también en el mundo. Hay un abismo insondable y que califico de terrible porque el espíritu y el cuerpo sufren escalofríos y entran en un mundo tenebroso y oscuro a través del cual se llega a la iluminación, a Dios en términos muy complejos, pero es ese puente invisible lo que diferencia al escritor llano o que escribe bien del que realmente es un artista de la palabra escrita.
Por lo menos esta es mi comprensión del oficio del Arte de escribir. En mis inicios de escritor, cuando leía un libro por noche, y también cuando me amanecía perfeccionando un párrafo o una línea, sufrí extremadamente física y espiritualmente, no puedo decir de ningún modo que para mí escribir ha resultado fácil, ha sido un trabajo tortuoso y lo sigue siendo porque busco, al menos cuando escribo literatura, la perfección en el ritmo, la intensidad, el argumento, la estructura dramática, en la sintaxis de los personajes y tantas cosas que tiene una obra de arte escrita, toda esta experiencia también me ha creado un modo de ser, es decir un perfil humano. Soy un hombre de crisis constantes en lo emocional y existencial, lo cual no significa que todo escritor que escribe o escritor artista deba pasar la misma experiencia, pero en mi caso es así, aunque con el tiempo uno aprende a controlar sus desequilibrios y a utilizar determinadas mañas para adaptarse a la realidad cotidiana puesto que la realidad de un artista escritor, siempre bajo mi juicio, es otra, es la que está inventando o creando no solo para él también para la humanidad.
Finalmente creo que escribir como arte es rebelarse consciente o no contra nuestro Creador, sabemos que somos limitados, frágiles y minucias en relación al espacio y tiempo cronológico del universo, sabemos que hay una perfección misteriosa y divina en el orden de las cosas con su propia lógica y sus propias leyes, el escritor y el artista quieren agregar algo a lo que Dios hizo, quieren dejar un testimonio en su paso por el mundo, pero ese testimonio apenas es un soplo, un suspiro, por tanto un fracaso bien premeditado. Todo escritor artista está condenado a un fracaso irremediable porque como ser humano solo sabrá quien es cuando abandone este mundo.

En la foto Ubaldo Gil (izquierda) junto a los escritores Luis Carlos Mussó y Miguel Donoso Pareja.