jueves, 25 de abril de 2013

El aprendizaje basado en problemas (ABP)



Luis Aguilera A.
Este libro es agregado a una colección de cinco libros publicados anteriormente.  Uno de ellos
denominado Fundamentos Filosóficos de la Educación, publicado por la Editorial Mar Abierto en el año 2007, fue considerado por la UNESCO  para el proyecto Corpus, en español, que realiza la Real academia española de la Lengua para enriquecer nuestro idioma incorporando nuevos significados.
 
Luis Aguilera, autor del libro Aprendizaje Basado en Problemas.

El documento está diseñado para contribuir a la búsqueda y logro de alternativas de solución para tomar decisiones oportunas y adecuadas destinadas a superar con éxito las dificultades diarias. Está dirigido a quienes ejercen la profesión de la docencia, están en proceso de formación y/o para quienes la cumplen esta tarea sin tener la formación requerida; tal el caso, por ejemplo, de los padres, tutores, familiares, etc.; sin embargo, la mayoría de personas podrán encontrar, para su necesidad, muchos contenidos que son de aplicación sencilla.

Es una nueva forma de aprender que parte de dos supuestos: el primero que considera a los problemas y conflictos, como parte el funcionamiento social cotidiano; y, el segundo, que la finalidad de las instituciones educativas es proporcionar respuestas de calidad a los requerimientos de la sociedad para favorecer, de manera especial, a los desfavorecidos.
Desde esta perspectiva, la mejor alternativa que nos queda es la de cambiar, para lo cual es necesario abandonar la vieja forma de aprender mediante la cual, los estudiantes, primero reciben los datos, la información y los conocimientos, para luego utilizar lo que se podía para solucionar los problemas, provocando una pérdida de recursos, esfuerzos y proporcionando una educación diferente a lo que la sociedad requiere.  Entonces, una actitud abierta al cambio significa adoptar el ABP, como una nueva forma de aprender que comienza por identificar los problemas y luego seleccionar los datos información y conocimientos que correspondan, para relacionar de mejor manera a la Educación con el entorno.  Es una opción viable destinada a la mejor adaptación de las personas a las nuevas exigencias del mundo actual.
Los contenidos del texto están desarrollados a través de ocho tipos de referentes teóricos que constituyen el fundamento o razón de ser de este libro; son conceptos que relacionan un tema con el siguiente y con los demás, configurando un eje conductor e integrador que concluye con un referente práctico o de aplicación.  Este artículo tiene la intención de aproximar al lector hacia la comprensión de cada uno de ellos.
Los Referentes Filosóficos abren el camino de ese eje conductor presentando las tres diferentes maneras de apreciar la realidad: la científica, la filosófica y la ecléctica o mixta.   Pongamos por ejemplo, un choque de vehículos que ha sido presenciado por algunas personas y también filmado por una videograbadora.  La idea central es que la formación educativa debe contribuir a encontrar la verdad; entendida como la concordancia del pensamiento con la realidad.  No es la verdad suya o del otro.
Para quienes tengan la visión científica, lo primordial o fundamental, será respaldar sus criterios en las evidencias físicas, en este caso, podría ser la filmación de la grabadora porque de acuerdo a esta visión, la realidad es objetiva, material, observable, medible, cuantificable, precisa, que debe ser analizada por partes, etc.  El pensamiento dominante es poco flexible, significa que  1 + 1 = 2  y no puede ser ni más ni menos.  Esta manera de apreciar la realidad puede ser comparada con el refrán que dice: ver para creer.
Otros, en cambio, pueden preferir la Visión Filosófica que es Subjetiva, Espiritual y considerarán como lo más importante las opiniones y criterios de los testigos, el valor del punto de vista personal, la interpretación de la realidad de manera integral,  e integradora.  El pensamiento dominante es muy flexible y se refleja en el respeto a los puntos de vista de los demás.  Admite una multiplicidad de opciones o posibilidades para dialogar y resolver diferencias; sin embargo, es impreciso y poco confiable porque cada uno ve lo que quiere ver.
Quienes tienen la Visión Ecléctica, tienden a apreciar las cosas o situaciones de manera equilibrada.  Admiten que la visión objetiva puede servir para unas cosas y la  visión subjetiva para otras; por tanto, tanto las pruebas físicas como el análisis interpretativo pueden colaborar  para aproximarse al conocimiento de la verdad.  De esta manera, tanto la visión científica como la filosófica pueden ser complementarias antes que opuestas.  Estas tres visiones son consideradas a través del análisis de todos los demás referentes y de la forma como sean utilizadas, darán como resultado una Educación domesticadora, liberadora o equilibrada. 
Los Referentes Epistemológicos se refieren a las maneras de obtener el conocimiento.  Es importante tener presente que los economistas siguen considerando que, para producir bienes y servicios es necesario utilizar tres tipos de recursos: la tierra, trabajo y capital.  Hasta la edad media la tierra,  en la época industrial, el fue trabajo y el capital; y, ahora sabemos que el factor más importante para lograr el desarrollo humano la posesión del conocimiento científico y tecnológico que está incorporado al factor trabajo (know-how) y la tecnología que está incorporada al capital.
La pregunta esencial a responder es: ¿el conocimiento que tengo de la realidad (choque de vehículos) corresponde a la realidad o es producto de mi pensamiento?  Desde la perspectiva científica consideran que los conocimientos tienen origen en la realidad material y son de carácter cuantitativo caracterizado por su precisión y por estar sujetos a la experimentación y verificación.  Desde la perspectiva filosófica el admiten que el conocimiento surge como resultado del funcionamiento mental de la persona y es de carácter cualitativo, caracterizado por basarse en ideas preconcebidas, de fácil aceptación sin análisis y tienden al dogmatismo. Es impreciso porque se basa en las experiencias e interpretaciones personales.  La posición ecléctica o equilibrada sostiene que  captamos la realidad a través de los sentidos (realidad material) y que la interpretación y funcionamiento mental (realidad espiritual) permite obtener el conocimiento apropiado.
Los Referentes Psicopedagógicos están relacionados con la manera de convertir las necesidades y problemas de la sociedad (contexto) en sistema de formación educativa (diseño curricular); y, finalmente, la forma como éste sistema es desarrollado en la práctica través del trabajo de los docentes (formas de aprender).  Desde este punto de vista, la visión científica tiende a promover una Educación convencional Domesticadora (Conductismo); mientras que la visión filosófica busca fortalecer una educación liberadora (Humanismo).  Una visión equilibrada de educación asegura que tanto el proceso de formación individual (Instruccionismo y Constructivismo) es aplicable a los aprendizajes que requieren eficiencia, eficacia y efectividad; mientras que el proceso colectivo o social del (ABP) (Construccionismo), humaniza al aprendizaje anterior, pone la máquina al servicio del ser humano.  Finalmente, el referente de aplicación del ABP describe la metodología que permite transformar la teoría que sustenta este enfoque, en operatividad, en práctica docente, desde un punto de vista integral, integrador e interdisiciplinar.
 
Esta es la portada del nuevo texto que publicará Editorial Mar Abierto.

¿La fiesta de las promociones?



Juan David Torres Duarte
La Filbo ha sido reconocida siempre como una celebración de la literatura y el conocimiento. Pero, además de ser un encuentro literario, es un centro de mercado del libro: allí se promocionan autores noveles, los ya reconocidos lanzan sus novedas y las editoriales emergentes se abren campo. Por eso, la Feria de Libro es, al menos en un plano ideal, una plaza para potenciar el movimiento económico de las editoriales. Sin embargo, y pese a las buenas intenciones, un primer vistazo al evento de este año da cuenta de una arista decepcionante: una feria que abre un espacio excesivo a las promociones y los remates.

Los primeros días de la feria, que atrae público poco a poco, fueron el retrato más fiel de ese hecho. En los pabellones 3 y 6, donde están las editoriales que promocionan ficción y no ficción, las ofertas están a la mano. En el primero hay cuatro stands de promociones; cualquier caminante verá, entre las primeras opciones, una mesa con títulos de Anagrama y Acantilado. Hay allí obras de Paul Auster, Ryszard Kapuscinski, Roberto Bolaño. Lo curioso es que, mientras en las estanterías de costumbre se consigue un libro de estos a $30.000, aquí se pueden adquirir tres por ese mismo precio. De modo que se podría suponer que esta promoción editorial, además de presentar novedades, también consiste en sacar lo que sobra de la bodega y poner a circular títulos guardados que de otro modo no circularían ¿Está hecha la Filbo para eso?

En otro stand los libros de John Updike, John Irving y Leonardo Sciascia cuestan $10.000. Otros títulos más de editorial Tusquets pasan por esa misma cifra. Además ediciones Urano, que hasta el año pasado distribuía partes del catálogo de Tusquets (este año no aparece en su página web), tiene de costumbre una zona de precios especiales. Y en el pabellón 3 el retrato lo completan dos vitrinas que ofrecen, de forma desorganizada, volúmenes viejos e incluso en mal estado. 

El pabellón 6, en cambio, es menos evidente. Tres stands de promociones, encubiertos entre las novedades, se encuentran de tanto en tanto. Estos ejemplos bastan para suponer que, si la Filbo es una feria de novedad y promoción, lo está cumpliendo a media marcha. En cierto sentido, aunque la oferta editorial varíe existe una competencia desleal por el desequilibrio de precios que opaca las verdaderas intenciones de la feria. A esto habría que sumarle un detalle mínimo: Panamericana regenta un pabellón completo de promociones en todo tipo de literatura.

La Filbo, en efecto, no es por completo deficiente. El pabellón de Portugal y el encuentro con editoriales independientes y en crecimiento –como Laguna Libros, La Silueta y Rey+Naranjo- salvan la jornada.

Sin embargo, es imposible no fijarse en la predominancia de Planeta -tres stands con la misma oferta de siempre- o en la muy marcada apertura al Fondo de Cultura Económica, que posee dos vitrinas de tamaño nada despreciable. ¿Habría que hablar también del pabellón que solo ocupa Random House-Mondadori año a año?

La fiesta del libro, aun así, ya comenzó.

Reproducción tomada de El Espectador / Colombia en su página web https://www.fondodeculturaeconomica.com/Editorial/Prensa/Detalle.aspx?seccion=Detalle&id_desplegado=56349  

Libros manabitas que andan por el mundo



Crónica y signos
 
  Ubaldo Gil



  Todo se lo debo a los libros y esto gracias a que el Gran Padre me enseñó que la vida no es más que un Gran Libro que hay que leerlo todos los días con la inocencia del niño que recién va a la escuela. Ahora estoy en la bañera del Hotel Tequendama en Bogotá para la Feria Internacional del Libro que se da del 18 de abril hasta el 1 de mayo. Es una bañera enorme con distintos grifos de agua, yo he estado en hoteles de lujo, he pasado en hoteles Cinco Estrellas, he amanecido en residenciales al aire libre, he estado en la pensión La Poza por noches enteras pero este hotel Tequendama se pasa y lo hace con el agua que no quiere salir y si sale, sale demasiado fría o demasiado caliente. Y me llama Bahie para preguntarme cómo ando pero yo sé que lo hace para saber si no he recaído porque su Amor es un Libro Abierto. Entonces le digo que estoy muy bien, pero no le digo que estoy muy bien enjabonado hace rato, luchando porque salga una agua que no esté ni muy caliente ni muy fría. Hasta que logro limpiarme con una toalla para ir al evento de presentación de nuestros libros de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí.

 
Ubaldo Gil junto a Esteban Mora durante la presentación de libros de Mar Abierto en la Filbo 2013.

 El acto de presentación de los libros de Tatiana Hidrovo Quiñónez y Jorge Marcos, Rafael Tejeda, Raymundo Zambrano, Jorge Velasco Mackenzie y Pedro Gil fue todo un éxito, considerando incluso que los organizadores de la Embajada de Ecuador en Colombia nos pusieron un jueves cuando todavía están armando las carpas de los libros y hay un ajetreo en la preparación y ajustes finales; lo mejor empieza el sábado. Tampoco nos habían ayudado con las invitaciones de rigor y aunque la gente hubiese querido ir no podía porque era horario de trabajo, las primeras horas de la tarde.



   Uno ya se las sabe en estas vainas. Así que con anticipación organicé las cosas invitando a mis amigos y personalidades de arte y letras, entre ellos Esteban Mora, un amigo cachaco quien también estuvo en el sueño inicial de la Editorial Mar Abierto, veinte y cinco años atrás, cuando leíamos enciclopedias completas entre las que recordábamos los 100 tomos de la Historia del Pensamiento, editorial Orbis, y escribíamos para el Séptimo Día, y borroneábamos nuestros escritos literarios.



  Esteban, con una pasión y amor por las  letras y la pedagogía que no ha hecho más que crecer desde que se regresó a Bogotá hace unos 15 años, justo cuando empezaba yo a concretar el sueño editorial, hizo una lectura académica y humana de la poesía de Pedro y del libro de Rafael Tejeda. Ahora que Esteban fundó y dirige un Instituto Pedagógico de Educación y se dedica a aplicar justo todo lo que tiene que ver con los paradigmas de las competencias, el libro “La educación basada en competencia” le cayó como anillo al dedo.



 Fue una presentación atípica porque íbamos presentando los libros e íbamos armando un foro con los presentes. Y hablábamos de Pedro, de Tatiana, del Negro Valencia y Raymundo, muy conocidos, y desde luego del gran novelista ecuatoriano Jorge Velasco Mackenzie.



 Pero es que en Ecuador se lee medio libro por año como promedio, de acuerdo a la UNESCO y esto generó una serie de comentarios penosos y entonces yo argumentaba que se trataba de una serie muy compleja de variables. Pero sí concluimos que una mala educación crea además de malos profesionales y malos seres humanos, gente que funciona solo por interés personal aunque recite una consigna de interés social.



 Una cosa es el escritor que debe dedicarse a escribir y tener las condiciones para hacerlo todos los días y vivir de lo que escribe, que es lo que estamos logrando con Mar Abierto, hecho celebrado por tratarse de una editorial de pueblo y mucho más porque es parte de una universidad. Otra es el editor que tiene que pensar en el contenido, pero en el objeto libro, un editor debe velar por la vida misma del libro, desde su edición, diseño, circulación, presentación y un largo etcétera. Así que acá, como me las conozco, las cosas iban como para que no se visibilice mucho nuestro catálogo y en cambio sí se muestren los funcionarios de turno que vienen a representarse a ellos, pero no a la literatura ni a la academia ecuatoriana.



Volví a confirmar lo que vengo diciendo hace años, casi nunca aparece el Ecuador representado de modo compacto, con unidad de criterios, en las ferias internacionales de libros. En estas ferias deben participar los catálogos editoriales y los autores realmente reconocidos como tales. Un ejemplo lo ilustra todo, en el stand de los libros de Ecuador con el cuento de que no se los puede vender ni regalar además de que no hay espacio, no puedo poner los libros de la Editorial Mar Abierto, en cambio sí se venden libros como La Ilíada, El diario de Ana Frank, hasta de Pinocho y otros textos de tesis de grado. Cuando en una feria se promocionan son las editoriales con los nuevos y grandes autores para lograr tener escritores de exportación, ya no los de siempre sino ir abriendo  paso a los relevo. Y tengo que acudir a mis amigos editores universitarios para  que nuestros libros sean promocionados y circulen en la fiesta del conocimiento, boquiabierto me quedan viendo y les explico qué pasa y nos morimos de vergüenza.



 Como la existencia es un Gran Libro, todos los días leemos y escribimos sin darnos cuenta, nos dejamos llevar por el azar y el misterio, esto que ahora comparto no es más que una pasaje de la escena de un capítulo del libro que tú estás escribiendo ahora que lees pero realmente escribes y con una alegría inmensa no te das cuenta.

 
Ubaldo Gil firmando el libro en el que aparece su ensayo Metafísica y transtextualidad en la narrativa de Borges.


Manta, 24 de abril del 2013

lunes, 22 de abril de 2013

Apostilla por la fundación de “La Trinchera”: Arte e ideología



Semiótica y vida
   
Ubaldo Gil 

  Allá en los años ochenta, en el colegio Cinco de Junio de Manta, hubo un tiempo en que todos los colegios de la ciudad, tenían que unirse y al unísono de “todos contra el cinco” podían y debían competir en distintos deportes y en las artes de la declamación, la oratoria y después el teatro estudiantil. Si el flaco Jimmy Delgado lideraba el básquet y un buen grupo de balonmano se lucían en todos los centros, el flaco Zambrano que todavía no era “Dos Palitos”, el “Maravilla” Arias y el patucho Raúl Rivas, eran duchos y maestros en la oratoria y la declamación, después venimos Alberto Palacios, Milton Loor y quien escribe como continuadores, bajo la tutela de la maestra María Antonieta Arellano y José Cevallos Loor, “Pepungo”, el más genial de todos los locos  que he conocido y a quien yo le imitaba hasta el modo de escupir. Paralelo a esto, liderados por Carlos Teodoro Delgado, Guido Quijije, Flavio Sánchez y otros formamos un Club de Periodismo que nos permitió escribir en el desaparecido periódico  “El Sol” y “El Mercurio”, con lo cual empezamos en la escritura y el periodismo. Y para poder representar al colegio en el Club de Periodismo, por nuestra actitud crítica e intolerancia adolescente, teníamos que nombrar un profesor que nos representara, para que controlara lo que íbamos a publicar.

 Fue en ese contexto, bajo también la enorme influencia de “Pepungo” quien nos daba clases de declamación todas las tardes en horario extracurricular, cuando decidimos formar el grupo de teatro “La  Trinchera” y en ello coincidimos con el profesor Bolívar Andrade. Con Alberto Palacios fuimos de casa en casa invitando a los compañeros que pertenecían al Club de Declamación y Oratoria, uno de ellos y quien lo recuerda muy sentidamente es Raymundo, porque gracias a esta acción cambió su vida y descubrió su innata vocación por las artes escénicas. El caso de Carlos Valencia, quien iba como cargador de los materiales de actuación, es otro ejemplo de cómo se auto descubren los talentos, resulta que viajábamos, una vez ya salidos del colegio, a Quito, por una presentación en la Escuela de Bellas Artes de la Central, ahí  donde en pleno foro fuimos cuestionados hasta la saciedad, por ejemplo, en la presentación para demostrar postura ideológica muchos actuábamos con la imagen del Che Guevara en nuestra espaldas, lo cual es nocivo para el teatro y para cualquier representación, ya que una cosa es la política y otra el arte. Alguien faltó en una presentación y tuvo que improvisar Carlos Valencia, lo demás ya es historia.

Es decir, cuando formamos “La Trinchera”, Alberto y yo, ya habíamos declamado no solo en los colegios si no que en las vacaciones nos íbamos a los pueblos a compartir nuestro arte y además nos ganábamos unos sucres, esta idas y venidas eran enriquecedoras en todo sentido, desde las experiencias más vitales como los amores adolescentes hasta las desgracias peculiares como la de Guido Quijije que cuando teníamos una presentación en Flavio Alfaro, y al ir por un parlante a Chone, se fue con una motocicleta barranco abajo y no se mató de milagro.

 Todavía recuerdo la enorme satisfacción que significó declamar dentro de la misma programación en la que actuaba Evaristo, en Ventanas.

  Ya metidos en “La Trinchera”, con las primeras actuaciones pudimos descubrir un destino de por vida, es decir, descubrimos que el arte y la cultura son un modo incesante de enriquecerse personal y socialmente, y que gracias a los grandes dramaturgos, literatos, políticos y filósofos que leíamos, que había que tener cuidado con nuestra ideología. Que una cosa es la ideología y otra es el dogmatismo, que una cosa es ser revolucionario y otra ser un resentido social, que una cosa era la realidad de la URSS de la fecha, otra la de  Cuba y otra de Ecuador.

  Si el FADI transaba con los partidos de turno y lo hacía con diplomacia, el MPD tiraba piedras pero por debajo se repartía y negociaba con la educación en todos sus niveles, eran modelos de un mismo accionar, algo de lo que me di cuenta rápido porque en la Universidad Central todo el mundo se ponía de acuerdo, menos los “chinos” y “cabezones”, se las arreglaban a puñetes limpios para “salvar” al país y salvar sus bolsillos. Había como una consigna o una deformación ideológica que lo confunde todo, que siembra el caos antes que la luz del progreso. Ya no sé si es un tema de dogmatismo extremo o de personalidad. Es la experiencia más traumática que conozco sobre las famosas izquierdas, pero nunca dejé de sospechar que algo oscuro había con una gente que no quería armonía ni proyectos de mediano y largo plazo, sino solo la confrontación y el antitodo. Y sobre todo lo anti norteamericano, justo cuando yo iba descubriendo  a esos geniales autores gringos que me ayudaron en mi formación de escritor: Hemingway, Faulkner, Steinbeck, Francis Scott Fitzgerald, Jack London, Norman Mailler, Truman Capote.

Desde luego que también había gente noble y honesta, pero atrapados por unos dogmas que no conducían a mayor cosa.

  Fueron las lecturas de Jorge Luis Borges (al que leí disciplinadamente tres años) y Mario Vargas Llosa, las cuales me criticaban por considerarlos “reacccionarios” y porque me iban a “influir”, autores que definitivamente marcaron un modo de pensar y actuar, sin dejar de ser revolucionario creo que como lo decía Borges “mi abuela tenía esclavos que eran felices” o Varguitas quien se alejó de los izquierdistas y abrazó  el liberalismo porque es la única doctrina política, social y económica que menos esclaviza las libertades humanas y porque no hay como la democracia y la buena formación educativa para que una sociedad mejore.  Hasta este gobierno entiende que está bien que fortalezcamos el Estado, pero sin duda que admite en la práctica que el mercado debe existir bien regulado para que las iniciativa privadas arriesguen en el juego de la vida, generen trabajo y alimenten el progreso dentro de la múltiple naturaleza y sicología humana.

 Por tanto, en una visión panorámica después de 31 años, debemos decir que esos adolescentes no eran solo emoción por emoción, ya tenían un norte que lo confirmaron con sudor, lágrimas y trabajo, y con resultados que hoy son evidentes aunque es obvio que todavía falta mucho por hacer y uno de esos adolescente aprendió que dentro de la dinámica teatral ese cuento de la “creación colectiva” funcionaba solo cuando el que fungía como Director lo quería, lo mío es mío y lo que no lo es, es de todos. Fue en ese contexto en el que le puse el nombre “La Trinchera” al grupo, como lo confirma Raymundo en este mismo medio y en otros.