martes, 28 de febrero de 2012

Así celebraremos nuestro aniversario

Mar Abierto y su celebración del trabajo



Mar Abierto celebrará el 1 de marzo su cumpleaños número 12 y lo hará con una jornada de trabajo como es su tradición. Ese ir contracorriente, esa tenacidad es la que hoy le permite contar en su catálogo casi un centenar de libros, el reconocimiento de la marca, el liderazgo editorial universitario de Ecuador. La cereza de este pastel es la revisión que la Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española realizarán a 20 títulos de diferentes colecciones, dentro del proyecto Corpus del Español del Siglo XXI (CORPES).

Se tiene previsto que Leonardo Moreira, vicerrector Académico de la Uleam, y Ubaldo Gil, director de Mar Abierto, inauguren la jornada a las 09:00, en el auditórium Héctor Uscocovich Balda, de la Facultad de Ciencias de la Comunicación. A las 09:30, del equipo profesional de la editorial, Alexis Cuzme y José Márquez compartirán sus experiencias en edición y diseño, respectivamente.

Se ha invitado a funcionarios de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senecyt) para una conferencia sobre las revistas indexadas. Guido Vásconez (Uleam) disertará sobre la Producción del libro universitario en la sociedad del conocimiento. En un foro se abordará el tema de revistas y libros universitarios, se espera la participación de representantes de varias universidades. Uno de los platos fuertes será la conferencia sobre Derecho de Autor.

También sesionará el Consejo Editorial del Departamento de Edición y Publicación Universitaria (DEPU) y se conformará el Consejo Editorial por áreas; se ha invitado a participar a escritores y académicos dentro y fuera del país. La idea es fortalecer la calidad de las publicaciones.


Frutos
Ubaldo Gil señala que lo que vive Mar Abierto son los frutos de un trabajo hecho con pasión por las letras y lo académico. “Es el resultado de creer en el talento y las capacidades inicialmente de los mantenses y manabitas, a quienes hemos abierto las puertas en todo sentido. Tanto en el financiamiento de los libros como el pago de Derecho de Autor, en algunos casos. Todo esto que llamo fruto que se da después de 12 años no fuera posible si pensábamos solo en nuestro Manabí, hemos pensado en el país, en la nación ecuatoriana, por el legado y compromiso que tenemos con nuestro patrono el estadista Eloy Alfaro, por ello hemos publicado libros de escritores de otras ciudades del país, algo que ellos jamás hubieran hecho, creo que cada cual da lo que su alma y tradición tienen”.

Gil también destaca que la Red de Editoriales Universitarias y Politécnicas del Ecuador (Reupde), que nació en la Uleam en el 2010 se la creó para saber qué es lo que las universidades están publicando en el país. “Otras universidades de Quito lo pudieron hacer, pero no lo hicieron por los egoísmos propios de un país todavía fragmentado o esquizofrénico como lo dice Miguel Donoso Pareja, como la historia lo ha demostrado es desde los márgenes que a veces podemos hacer cosas concretas para el desarrollo del país, más allá del discurso oficial”.

Eloy Alfaro y Leonidas Plaza Pasión y Traición



(Fragmento)


Por: Gino Martini Robles

Archer Harman no quería dejar ningún cabo suelto y seguía detallando en su informe la conveniencia de construir el ferrocarril, basándose en una dura pero real situación del Ecuador de mil ochocientos noventa y siete. Así, de manera muy didáctica explicaba como los productos de la tierra que se cosechaban en la región interandina, aumentaban su precio considerable y exorbitantemente al comercializarse en la Costa, es así, que una tonelada de papas de apenas dos pesos en Quito, costaba veinte o cuarenta pesos en Guayaquil. Y así con cada uno de los productos. Además el ingreso de productos importados desde Europa, costaba entre tres y cinco veces más en Quito que en Guayaquil.

Por medio cablegráfico, los inversores pidieron a Harman una estimación de cuáles podrían ser las ganancias anuales mínimas del ferrocarril, una vez en operación. A lo que Archer muy cauteloso, respondió que las ganancias serán grandes, pero que no daría su opinión al respecto para no ser tomado como demasiado optimista en el campo financiero, pero que a su entender se cubrirían todos los gastos fijos y virtualmente la garantía del gobierno. Ante una nueva insistencia desde Nueva York, Harman y Morley escribieron que la cantidad presumible era de un millón sesenta y ocho mil pesos oro.

Pero mientras que los norteamericanos hacían sus cálculos de ganancias a favor de los inversionistas, dentro del Congreso ecuatoriano la oposición exigía que se presente un informe muy pormenorizado de los costos reales de la inversión a realizarse en la línea férrea y el tiempo de construcción. Treinta días de intenso cabildeo se tomaron las sesiones entre la comisión del Congreso Nacional, presidida por Leónidas Plaza y Archer Harman para ponerse de acuerdo en el monto del contrato y las bases del mismo. Los diecisiete millones de dólares que Harman propuso se catalogaron como un atraco, dado que otros constructores como el último, el británico Mueller, habían hecho cálculos estimativos muy bajos a fin de ganarse el contrato. Pero la realidad era otra y finalmente el catorce de junio de mil ochocientos noventa y siete el Congreso del Ecuador aprobó cláusula por cláusula el contrato.

El contrato obligaba a Harman a mejorar la vía y mantenerla en los iniciales ciento cuatro kilómetros y construir la vía desde Chimbo a Quito. Además de hacerse cargo de la conexión entre Durán y Guayaquil, la construcción de todas las estaciones a lo largo de la vía y de los talleres de mantenimiento respectivos. Por su parte la compañía recibió el beneficio sin costo de todas las tierras adyacentes a la vía en cada pueblo y ciudad, incluidas Quito y Guayaquil, para el derecho de vía, donde se incluían todos los puentes y caminos existentes, las tierras de las estaciones y de los talleres, de las bodegas de los materiales, de los muelles y de las factorías. Si esas propiedades no eran gubernamentales, serían expropiadas a su favor por el gobierno.



Eloy Alfaro y Leonidas Plaza Pasión y Traición es una de las obras que publicará este año Mar Abierto. Otro libro que editará de Gino Martini Robles es ‘Códice del General’.

Mar Abierto inaugura colección de Teología




Como una Entidad espiritual constante en la evolución de la sociedad por más de dos milenios se encuentra la Iglesia, especialmente la Católica, con una presencia universalmente activa en el transcurso de la historia de los pueblos, ya sea integrada a la expansión y decadencia de imperios, en la formación de nuevos estados y repúblicas, o en los descubrimientos y conquistas de nuevos territorios, delineando geografías políticas, estableciendo fisonomías sociales en una permanente acción multiforme.

Siendo así, el tema es amplio y profundo, complejo. En la línea del tiempo esta Entidad espiritual confronta, se fusiona, antagoniza. Los poderes políticos que la acompañan asumen, confrontan y antagonizan su acción. Su influjo cultural atraviesa todos los comportamientos: si en la educación, en la conformación de mentes, en las costumbres, en la estructuración de bases morales. Si en las artes en lo arquitectónico, pictórico, escultórico. Incluso en la configuración de legislaciones. Tenemos como una “familiaridad” con el catolicismo.

Pero la Iglesia a más de ser esa Entidad espiritual constante llevada por el tiempo y sus espacios de influencia, es una sociedad estructurada, tiene una historia y métodos propios de enseñanza y una organización sustentada en jerarquías complejas. Gobiernos, órdenes y ordenanzas, que también se han modificado desde la relativamente sencilla iglesia primitiva hasta la actual. Siendo el Papa la cabeza suprema, el que tiene la primacía de jurisdicción sobre la misma.

En síntesis la Iglesia Católica, se fundamenta en su creación por Jesucristo y doce hombres herederos de su doctrina, uno de ellos Pedro, que es designado primado y desde entonces, son los Papas los representantes máximos y encargados de conducir los destinos de esta Entidad y aleccionar a sus fieles seguidores. Todo en contexto.
Pero por qué tratar este tema siendo laicos, desde una Institución laica como la Universidad Eloy Alfaro de Manabí, para así hacerlo no se puede ni debe prescindirse del principio de universalidad, que eso, es la esencia de la Universidad.

El libro póstumo de don Luis Mario Chávez Arcentales: Los Papas, es un largo recorrido compilatorio acerca de la vida y obra de cada uno de los pontífices que presidieron la Iglesia Católica desde su formación, con la premisa de la fe, han de aceptarse los evangelios citados por el autor y que legitiman su origen: “Tú eres el Cristo, el hijo de Dios vivo. Jesús respondió: Bendito seas Simón, hijo de Jonás, porque esto no lo revelaron los hombres, sino mi Padre en los cielos. Y en verdad os digo que tú eres Pedro, o sobre esta roca construiré mi iglesia, y las puertas del infierno no la vencerán. Te daré las llaves del reino celestial, cualquier cosa que ates en la tierra, será atada en el cielo, y cualquier cosa que desates en la Tierra, será desatada en el cielo.”

No así para el caso de los Concilios, sean del Vaticano o de Florencia donde se resalta la tesis de que la autoridad espiritual debe tener precedencia sobre el poder temporal con pena de excomunión, el autor marca una distancia con la imposición, a la que califica de muy poco cristiana, por ser contraria a las enseñanzas de Jesucristo y más bien se inclina hacia una libertad de conciencia, de pensamiento y actitudes.

Hombre ilustre e ilustrado, don Luis Mario Chávez, dejó una prolífica obra de investigación en varias ciencias, principalmente la Paleontología, y para lo relacionado con el género de las biografías, qué mejor que las vidas y obras de quienes han de conducir un poder expansivo y determinante para el mundo occidental, recorrer archivos, colecciones antiguas (Gallaud, Mansi, Lupus, Labbe, entre otras) documentos fidedignos, autores (Henrión, Sarracini, otros) y obras, muchas de ellas en otros idiomas y con su traducción, forman parte de este compendio sostenido por derechos y prerrogativas de los Papas, entre los que se destacan la “infalibilidad del Papa” en asuntos de la fe y las costumbres, la historia de la elección de los Pontífices en términos generales y cada uno en su postulación y ascenso, nos deja elementos que aclaran los actos llevados ya sea por los votantes o por los finalmente ungidos en la lucha por el poder.

Pero la verdadera fascinación de ver pasar nombres y hombres por el Papado, es la historia que los atraviesa, el entorno que debieron consolidar, sufrir, cambiar o destruir. Desde San Pedro “que vivió hasta el año 66 después de JC” hasta Juan XXIII, nombrado Papa entre 1958 hasta 1963, quedan, unos, elevados a la categoría de santos, mártires otros, tiranos, sabios, eruditos, codiciosos, promiscuos, en un amplio abanico, que más que “santos padres” se convierten en humanos.

También han de verse a los Papas y su acción desde otra perspectiva. En la antigüedad, la caída del Imperio romano, su caminar recio y fulminante durante la Edad Media con descubrimientos y bulas papales de por medio, o las guerras de los Cruzados, pasar revoluciones culturales como El Renacimiento, la misma Revolución Francesa, la Revolución Industrial, las Guerras Mundiales. Los inventos, como la radio que guardan la esencia del mensaje, pero no la forma de difundirlo.
Los Cismas internos que dejaron entre varios cambios sustanciales, otra iglesia Protestante mediante Lutero o Calvino.
Cubren así este compendio amplio y suficiente como para entender esta gran fuerza elevada a Entidad espiritual que gobierna muchedumbres en el orbe.

Patricio Lovato

Giannina



Narrativa


Por: Giovanni Aliatis
Dick 52 años, abogado, cabello negro, lacio, nariz aguileña,1.62 de estatura, de hombros anchos. Trabaja de ocho de la mañana a tres de la tarde en el departamento jurídico del Instituto de Seguridad Social, de tres a cinco en su despacho, Estudio Jurídico M y Asociados y de seis a nueve de la noche como Profesor de Derecho Romano en la Universidad.

Un viernes en el despacho una señorita desea hablar con él, rubia de dieciocho años, 1.70 de estatura, ojos color miel, la cara, la cosa más bella que ha visto en toda su vida, lleva un vestido entallado al cuerpo que deja ver los noventa centímetros de pechos, los sesenta de cintura y los noventa de caderas, unas piernas largas bien formadas que terminan en unos tacos altos para verla más imponente. Se sienta cruzando las piernas de manera que el abogado tenga una buena visión de sus muslos y un poquito más hacia adentro, él se percata que no lleva interiores, ella lo mira a la cara con una sonrisa provocadora.

En su cerebro la avidez y la lógica en guerra, mientras ella pausada le dice, es que mi primito ha perdido el año con usted, he venido a ver cómo solucionarlo, yo estoy dispuesta a todo. Dick con leve aplomo dice, no sé si pueda ayudarlo, ya pasé las notas y veo difícil rectificarlas. Giannina se acerca, le pone el escote en la cara y susurra, invíteme a unos tragos, vamos a bailar y luego decide.

En uno de los bares de la playa sentados, beben, ella juega con sus dedos en los cabellos de él, resbala su otra mano sobre las piernas hasta encontrar el sexo macizo del abogado, quien le suplica como deseando, tranquilízate un poco, es que me vuelves loca papacito le dice ella. Van al motel más cercano. Luego la conduce donde la chica vive, una casa de caña guadua y techo de cadi, se besan largamente, al despedirse Giannina ronronea, cuando era niña tuve un conejito que fue lo que más quise en esta vida, de hoy en adelante aunque ya no quieras volver a verme para mí tú serás mi conejito.
Dick llega a las once de la noche, su esposa Mireya de 52 años, le pregunta si le calienta la comida (…).

El lunes una llamada, ¡hola conejito!, soy Giannina, hola mi diosa, responde, ya mi asistente llevó el oficio a la Secretaria cambiándole la nota a tu primo, quiero verte, no tengo para el taxi, toma uno yo lo pago. Comilona y preludio para el motel, el abogado no regresó a sus trabajos, le propuso que se fueran a vivir juntos, ella que su papi la mataría, si quieres ayudarme conejito, dame el dinero para cambiar el techo de mi casa (…). A dos meses del primer encuentro Dick es un hombre feliz, sus colegas lo envidian, la casa de los papis de la diosa es de cemento armado, consiguió empleo para el papi, le resbalaban los reclamos de su mujer y sus hijos.

Los ingresos de Dick son alrededor de tres mil dólares mensuales, pero desde que la diosa bajó del cielo han mermado, los gastos se incrementan, conejito no me vas a decir que no te gusta verme guapa y atractiva para ti, decía ella cada vez que le pedía dinero (…) .
La situación entre Dick y Mireya se deteriora tanto que ella pide el divorcio, el juez ordena el congelamiento de las cuentas bancarias y encuentra un sobregiro de doscientos dólares en su cuenta. Una noche sus pertenencias están dentro de cajas de cartón y alquila un cuarto en una pensión de mala muerte (…).

Le propone a Giannina casarse, ella le da su promesa y cambia de tema, le dice, conejito has visto esos automóviles pequeños que promocionan, yo hago mis cuentas y con todo lo que gasto en taxi sería más económico si nos compramos un carro de esos, Mi diosa, las cosas están difíciles ahora, ay conejito, dice ella, es que eres tan ingenuo y no te das cuenta que tienes el dinero botado ahí, dinero?, dónde? dice él, mi primito dice que por qué tú no haces lo que hacen los otros profesores, cobran trescientos dólares para pasar de año a los alumnos que no estudian, pones exámenes difíciles y no tienes que aparecer para nada, mi primo hace el negocio, coge cien dólares para él y nos quedan dos cientos por alumno para nosotros, tú tienes tres paralelos de cincuenta alumnos cada uno, que pierdan la mitad el año a doscientos son quince mil conejito, lo que cuesta el carro que me quieres comprar. (…).

Toma examen final de Derecho Romano, el treinta y cinco ciento de los estudiantes sacan menos de cuatro sobre diez, en el examen de recuperación que se realiza ocho días más tarde el panorama es más desolador. El resultado, ella parada junto a un auto novecientos centímetros cúbicos rojo y de paquete.

Un viernes el cumpleaños del jefe del Instituto, el almuerzo y se abren las botellas para celebrar. Dick telefonea a la diosa por lo de la fiesta, quedan de encontrarse a la mañana. Como a las nueve de la noche se termina el licor, va con los colegas a un Bar Karaoke. Se acomodan en un rincón distante de la barra. En la pista la diosa baila con el primo cogida por las nalgas mientras la aprieta hacia su cuerpo y la besa. Le dicen ¡oye Dick! esa no es tu pelada?, Quiere golpearlos hasta matarlos, lo contienen, llora como un niño y deciden salir del sitio (…).

Veinte días han pasado desde la reconciliación, la diosa le habla de un tour a Cartagena, sería hermoso estar los dos solos amándonos en un sitio donde nadie nos conozca, no tengo plata mi diosa repite él como lo había hecho en los últimos días, pero conejito, dice mi primo que le ofrecen quinientos dólares por las preguntas del primer parcial, si haces dos tipos de examen por cada paralelo…

Los enamorados abordan el avión rumbo al Caribe. Se hospedan en un hotel todo incluido, terminan en borracheras que alborotan las hormonas de Giannina, Dick tiene serias dificultades para responder sus requerimientos, le reclama su falta de hombría. La última noche se porta a la altura, a pesar de lo bebido, la diosa no reclama. El avión de regreso parte a las diez. El abogado yace inmóvil y frio en la cama, Giannina recoge sus cosas, toma el efectivo del amante y llega al aeropuerto, a las diez y veinte despega el avión que la trae de regreso a casa.
El informe de la autopsia realizada por los forenses colombianos determina como causa de muerte un infarto cardiaco masivo por sobredosis de Viagra.







Giovanni Aliatis nació en Manta, su familia italiana se asentó en esta ciudad. Estudió en el colegio San José, y en la Universidad Central La Sapienza de Roma se especializó en neurología, tiene 25 años de experiencia profesional. Ha sido Director del Hospital Rafael Rodríguez Zambrano, Director Provincial de Salud, Presidente Nacional de la Liga Ecuatoriana contra la Epilepsia (LECE), sobre esta enfermedad escribió un libro.

Volver al mar


Ensayo de presentación de la novela Hallado en la grieta de Jorge Velasco Mackenzie

© Solange Rodríguez Pappe
(Febrero, 2012)

¿Qué es lo que nace del acoplamiento entre la vida y la muerte? ¿De la cópula entre especies que están exhaustas de vivir? El libro Hallado en la Grieta de Jorge Velasco Mackenzie lo explica con una metáfora donde se habla de la cría que nació del apareamiento del solitario George, el centenario galápagos sobreviviente al retiro de las Islas Encantadas: Te apareas con una hembra que un día los hombres te dan y luego te quitan, después viene un huevo por el que aguardan meses y al que tratan igual que una piedra preciosa y al final, para ironía científica, la cría nace muerta. La aventura ha sido despilfarros de esperanza para sus protagonistas. George retorna a la incesante soledad de los dinosaurios; tal vez es demasiado viejo, incluso para el amor, porque hay cuerpos que empiezan a volverse de piedra si han sufrido demasiado: Como el de Valdemar Ventura, como el de Aylin, como el de Amanda, protagonistas de esta novela que vuelven al mar, pero vuelven a ver estrellarse sus aspiraciones contra los arrecifes de palabras de un narrador que quiere olvidarlos para salvarse.

Este breve ensayo va a revisar en cinco bloques cómo las Islas Encantadas, desde la visión de Jorge Velasco Mackenzie inspirada en la obra Las Encantadas de Herman Melville, muestran a las Galápagos como un territorio que está lejos del idilio luminoso y despilfarrador de los cruceros y se asemeja mucho a una visión del infierno en el mar porque En las Encantadas, según el autor, todo se encalla y todo se pierde, menos las maldiciones.
I
Apenas diez años después de que Charles Darwin visitara las Islas Encantadas y contara al mundo de su maravilla, Herman Melville, el perseguidor de sueños arduos como ballenas, llega a ellas en 1843 y anuncia al mundo su horror:“ Desterradas de las bestias, —dice Melville — incluidos el hombre y el lobo”. Desesperado por deudas y en medio de una acuciante crisis económica y anímica, Herman Melville habla de estas Islas en una composición a manera de diez estampas donde se maneja, más que una narración, sensaciones y una filosofía: la tortuosa existencia de aquello que se ha mantenido al margen de la civilización. — entendiendo por civilización el orden humano— Fugitivos, náufragos, ermitaños, alimañas viviendo entre esas rocas. Melville añade en las primeras palabras del canto uno: “La vida aquí es un silbido” hablando de los reptiles que son los únicos bichos que parecen arreglárselas bien con la falta de lluvia porque las islas son descritas por él como “montones de ceniza” a donde quiera que la vista se levante.

Melville, publicó este tratado de desolación con el nombre de “Las encantadas”, en el tomo de historias “Piazza tales” (1854), donde relata, a más de otras aventuras marinas, cuentos de desterrados e incomprendidos como la famosísima narración de horror cotidiano“ Baterbly , el escribiente” donde un empleado copista, de tanto ejercer la misma labor, se queda sin voluntad para tomar decisiones propias.” Piazza” Tales tiene excelente acogida de la crítica pero bajas ventas porque el tono de Melville se ha llenado de desesperanza y su corazón, como el de Valdemar Ventura, protagonista de Hallado en la Grieta se ha “invadido” de un mal incomprensible.

En el primer capítulo de Hallado en la grieta, titulado “El infierno del paraíso”, Velasco Mackenzie explica en qué consiste este mal que Ventura intenta contrarrestar con la pastilla verde que toma todos los días para calmar su corazón averiado, la Nitro, porque es un hombre que aunque todavía vigoroso, acaba de sufrir un infarto leve “¿Una batalla desigual donde siempre gana la muerte, nunca la vida?” (12). medita acordándose del enfrentamiento de fuerzas tan titánicas como Aquiles y Héctor. Veinte años después de haberla raptado de esta misma tierra con la que ahora le toca dar batalla, Ailyn y Valdemar retornan a ver cuál de las dos es la derrotada en el enfrentamiento entre la muerte y la felicidad.

II
Hallado en la grieta es la historia de tres personajes que vuelven a las Islas Encantadas — Malditas — insistirá en llamarlas Valdemar, en busca de redención para su pasado. Valdemar Ventura, quien lleva el capricho del agua en su nombre, ha leído pocas historias marinas ya que la suya le parece suficiente: tiempo atrás compró a una joven descendiente de padres Japoneses que sobrevivieron al napalm de Nagasaki y quienes llegaron a las Galápagos en calidad de hibakushas, contaminados por la radiación de la bomba. Ellos fueron abandonados en una de los islotes desiertos del archipiélago, pero sobrevivieron al cometer uno de los secretos que el narrador mejor guarda en esta novela: asesinaron, porque para ganarle a la vida en Las Malditas, hay que matar. El liquidar a otros hombres también réprobos como ellos — una familia china — los ayuda a llegar a un lugar seguro; pero tienen miedo de que la muerte se las cobre con su hija, por eso, la encomiendan a Valdemar para que la lleve a un lugar seguro. Años después, la ya no tan joven Ailyn quiere retornar para conocer la tumba de sus padres y aquí empieza esta historia turbulenta.

Es Ailyn, el personaje con mayor energía de la novela, se la compara con un pájaro menudo que está siempre en movimiento y que va de acá y de allá trepando leve por las rocas. Ella es la que incita al viejo Valdemar a moverse y a volver a Las Encantadas porque a pesar de ser un hombre poderoso, él está cansado. Su vitalidad queda anulada frente a la energía de Ailyn quien también es la encargada de guardar la memoria. Tiene en las manos primero un madero que representa a los huesos de sus antepasados y luego un cuaderno donde consta la historia de su madre Junko San el día en que cayó la bomba en Nagasaki. Ella ha jurado vengarse de Valdemar y solicita ayuda a Eufemio, un capitán de navío donde hacen uno de sus recorridos de búsqueda, aunque sospecha que puede sola porque desde antes, la relación que existe entre Valdemar y ella, es la de dos enemigos que están acostumbrados a su odio.
Ese clima de venganza a punto de consumarse y que se posterga en cada bloque, llena la novela de tensión. Valdemar medita sobre esto en el capítulo “Las grietas”: “Estaba pensando que habría bastado solo un impulso (…) para que ella cayera y fuera a parar bajo las llantas del auto; las risas y los ruidos se hubieran transformado en susto; los lobos marinos aullarían”. ( 35-36). De manera similar, también fantasea Ailyn con la muerte de su raptor “ : …le dio la mano para ayudarlo a subir, lo tuvo asido un momento en el filo de la boca de la grieta, abierta al abismo donde brillaba el brazo de mar que entraba despacio, lo que le bastaba era soltarlo (...) y se rompería hasta la muerte” ( 47).

Sobre el tema del amor, imposible de construirse en medio del desierto de Las Encantadas, Valdemar concluye que Ailyn y él definitivamente han venido a odiarse más que a pasar una temporada de paz y el narrador lo reitera al contar caso de la bellísima extranjera que llegó a la isla Santa Cruz a sentirse deseaba pero al percatarse de que nadie la miraba decidió volverse al continente; cita también otro caso de amantes contrariados, lo relata al referirse a la Baronesa Wagner de Bosquet, quien llegó a la isla Floreana, acompañada de sus amantes para poner un hotel donde solamente fueran millonarios, pero la naturaleza y las pasiones tiraron sus planes al agua.

Cuando parece que la destrucción de Ailyn y Valdemar es inevitable porque ni él es perdonado por cometer su rapto — el robo de una mujer endémica — ni ella logra dar con los cuerpos de Yunko o de Toshiko, aparece un tercer personaje que va a agitar la trama todavía más: Amanda, ex amante de Valdemar Ventura, quien viene las Islas a buscar a Hipólito, un presidiario se ha fugado de la Colonia Penal y que fue su amor postrero. Los rencores se mezclan y los objetivos de los tres, alguna vez claros, se funden con la errática búsqueda de Amanda que los hace ir de isla en isla mientras se enfrentan los unos contra los otros como animales. Jorge Velasco lo ilustra al hacer referencia a la conducta de las aves que están asociadas con el augurio “El pájaro feo regresó a sobrevolar la isla” (59).

Y si Ailyn representaba la vitalidad, Amanda será la pasión, un poco trajinada y sin lustre porque se trata de una hembra bella que ha envejecido en el oficio de amar a los hombres, pero a contra punto de Ailyn que ni durmiendo desnuda a su lado es capaz de provocar el deseo de Valdemar “ Ella sin ropa no era una mujer para volver a mirar” (53) , Amanda (cuyo nombre significa la que ha sido amada) sabe que accionar los mecanismos del deseo masculino porque ha sido en el pasado una meretriz que laboraba en La Perla, un antro de la capital.

Allí la conoció un Valdemar con más fuerzas y supo agotarse en su cuerpo, viviendo juntos otros muchos años hasta que la vida dispuso otra cosa cuando ella se enamoró de Hipólito. Su arribo a la historia y a las Islas está cargado de sensualidad: “Amanda era alta y solía llevar el cabello suelto cayendo hacia atrás, usaba una de esas blusas que dejaba ver la espalda desnuda y que se atan al cuello con la misma tela del corpiño”(68) Entonces las confrontaciones se desvían y Amanda y Ailyn, en medio de las búsquedas de sus fantasmas, terminan peleándose, pero su enfrentamiento no es precisamente por un hombre si no por ver quién es la más valiente de las dos en esta historia, porque las mujeres que Velasco ha elaborado en Hallado en la grieta son bravas y las impulsa la pasión: “Qué escena más patética” opina el narrador “Dos ex convictos del penal observando a dos mujeres insultarse por un gigante de corazón invadido” (105).
La novela cuenta también otras historias de hombres y mujeres que a lo largo de su vida han venido a Las Encantadas a morir, la de Camilo Casanova; montonero de Alfaro que fue desterrado en la isla Santa Fe solo con un arma y sobrevivió cazando y bebiendo lo que allí había; la de Pedro, el loco que lanza sus profecías desde el comedor La Roca y que dice que llegó caminando desde por el agua; la del manco Antenor, dueño de un bar donde se bebe cerveza con hielo para pasar mejor las desgracias y la de los hombres de la Colonia Penal que salieron en desbandada hacia la muerte en el mar en lugar de hacia la libertad.

Fugitivos, náufragos, ermitaños, locos, irredententos, putas, huérfanos y criminales tal como antes lo había observado Melville, han dejado sus vestigios entre las hondonadas de las piedras de Galápagos como último rastro de humanidad. Velasco nos describe un entorno tan espantoso en su aridez que resulta diferente a la imagen paradisiaca que tienen los forasteros de las Islas Encantadas, un cielo para el turista que pueda pagarlo; lugar para alinear los chacras y liberar instintos. Muy diferente a la tierra de tormentos de los protagonistas, situación que pueden encarnarse en las palabras del panteonero de la Isla Floreana, él confiesa a Amanda que no necesitaba mujer porque la tierra era su amante “Cada mañana cavaba un hueco en las dunas de Playa Pietra, frente al mar, se acostaba bocabajo, abría los brazos y copulaba con ella ¿Qué hijo engendraría en el vientre de la tierra ese hombre extraño?” Un monstruo hijo del mundo, como todos nosotros”, le aseguró (121).

III
Pero hay otro personaje más esencial en Hallado en la grieta: La voz encarnada del narrador, quiere no quiere encontrar una historia entre las hendiduras y las cuevas de las Malditas como desean hacerlo Ailyn o Amanda, él quiere perderla. El narrador, quien es el traductor entre estos sucesos y los lectores, empieza a aparecer progresivamente desde los primeros bloques en afirmaciones como: “Ya dije que era muy alto y ancho de espaldas”,( 34) al referirse a Valdemar Ventura; hasta asomar con mayor contundencia en el capítulo “La isla del sombrero chino. “Yo le daba vueltas mentales a esa historia de mares donde un personaje narrador participa en el acto de la novela que él está contando, pero es una historia trágica” (49). En las Islas Malditas, hasta este narrador fracasa en la búsqueda de la construcción de lo que quiere fabular, tal como lo hacen los otros tres relegados que la protagonizan. “Comencé a darme cuenta de que nunca podría inventar completa esta historia. Desde el tiempo en el que llegué en El Albidón y comencé a esconderme detrás de los muros de estas palabras, lo supe” (78).

Este narrador nos da idénticos detalles una y otra vez, como si debiera recapitular para recordar en qué parte de la historia se encuentra o altera datos que alguna vez nos ha proporcionado confundiéndolos para, apropósito, crear la sensación de desvarío que por momentos presenta en Hallado en la grieta. Al final, porque en Las Encantadas ningún acto creador llega a buen término, como ya se afirmó líneas arriba, tampoco la historia de tragedia que va a contarse, sale bien, primero, el mal augurio: “ Imaginen cerveza antes de una historia donde todo está quemado, como encerrada en islas pero en celdas de fuego”. (146); y como esta presencia de la muerte inevitable viene haciéndose real desde las primeras hojas de la novela, El narrador es quien decide inmolarse “ Porque en esta historia está decidido que su tragedia alcance al narrador” (207), ya que Valdemar y Ailyn deciden amarse en la habitación de hotel Edén y no se aniquilan como todo el tiempo se ha podido predecir en su aventura de amor y de odio. “Pensar que te traje aquí para matarte, ahora no sé. Es una vieja historia donde, donde la víctima se enamora de su verdugo, Nadie la cree”(206).

Entonces para el narrador de Hallado en la grieta, morir es descubrirse, dejar a los personajes a la deriva con su historia a cuestas y desaparecer abandonado esta novela en algún lugar de las Encantadas, la roca Nerus, al igual que los marineros abandonan las cartas en los puertos, esperando que llegue alguna vez a ojos que comprendan que hay narraciones cuyo final es tan obvio, que espanta demasiado contemplarlo. Es cuestión de tiempo que Valdemar Ventura muera del corazón, Ailyn termine desamparada y Amanda pierda completamente su belleza y sus ganas de buscar a Hipólito. En algún momento la historia se quedará desierta. Velasco se detiene un punto antes de lo predecible y eso engaña a los lectores con otro de los espejismos con los que pueden jugar las crueles encantadas: la esperanza de un final feliz.

IV

Como es tradición en la producción narrativa de Jorge Velasco Mackenzie, las historias que se cuentan se desarrollan en entornos críticos como bares clausurados; arrabales de ciudades; puertos olvidados de la piedad de Dios, pero eso no impide que en el deslucimiento esté presente una poderosa carga poética que es proporcional a la marginalidad de su espacio, intentando embellecer con palabras, lo que la realidad ha aniquilado.

Se nota cuando Valdemar recita un poema de Antonio Cisneros antes de tomar la píldora que lo librará por ese día de una muerte súbita “ Oh, señor de las cápsulas venados/ Auxilio son de mi alma/ ballesta que me libera de la muerte”(15), o cuando Ailyn canta una canción en la ducha, antes de empezar la infructuosa búsqueda de las tumbas de sus padres: Díganle al mar que no lo quiero/ que no quiere nada conmigo/ que no lo quiero/ Solo verlo morir/ morir conmigo y Valdemar compara esta voz como una ola de cresta blanca que sacude cualquier cuerpo (25). La ilusión del verso es el presagio del posterior desastre.

Hay también una poesía que no es textual y que está presente en las imágenes que el escritor aporta en medio de sus descripciones, como la mujer condenada a dar vueltas en el tubo del prostíbulo Indefatigable porque el escenario está rodeado de un alambre de púas; en un inicio, uno de los personajes cree que se debe a que el local protege a sus bailarinas pero otro apunta a que en realidad se trata de que no puedan salir de allí. De igual manera, existe una metáfora mucho más amplia de este encierro cuando Valdemar medita sobre el cinturón de mar al que están sometidos: “El agua rodeaba las islas como las paredes de una prisión” (138) un encarcelamiento del que sólo podrá salir el narrador antes de dejar a sus personajes a la deriva.

V
Jorge Velasco Mackenzie es uno de los escritores de producción más abundante en Ecuador, se exige, se reta y vence. Ha incursionando en casi todos los géneros con gran éxito y ganando a mansalva premios literarios significativos. Esto no es el usual aporte biográfico de medallas y libros con el que pretendo explicar quién es el autor de cuya obra hablo esta noche. Lo menciono a manera de recordatorio, ya que a pesar de la contundencia innegable de estos hechos, su obra está diseminada y no consta como debería tanto en librerías, bibliotecas o en programas de educación; algo se rescata en la internet pero no lo suficiente. Junto con otros nombres como el de Javier Vásconez, Miguel Donoso Pareja, Jorge Dávila Vásquez, Sonia Manzano y Santiago Páez — siempre estas selecciones de autoridades literarias son indignas, coloco unos y soy ingrata con otros — constituyen parte de un canon referencial que se extiende más allá de su novela El rincón de los justos (1983), la más difundida, pero no por ello la única que representa su calidad como escritor preocupado por el análisis de la condición humana de los que no han nacido del lado claro de la vida.

Con Hallado en la grieta, Velasco Makenzie vuelve al mar de donde vienen y van todos los hombres, a nacer según Darwin o a morir según Melville, y deja abandonada su reciente novela en algún lugar de las Encantadas para que se la lleve el agua — todo escritor algo de autodestructivo tiene—. Es tarea de los lectores su salvación para que no se vaya a bogar como las botellas que sobreviven a los náufragos. Tomarla y llevarla a puerto seguro donde se aprecie como la obra de gran calidad que es, una “etiqueta negra” de la Literatura.



Bibliografía consultada.

Velasco Mackenzie, Jorge. Hallado en la grieta. Editorial Mar Abierto. Universidad Laica Eloy Alfaro. Primera edición, 2011. Ecuador.
Melville, Herman. Las encantadas. Artemisa ediciones. 2006. Madrid.
Kipus, revista andina de letras. Ficción e historia en la novela En nombre de un amor imaginario de Jorge Velasco Mackenzie. Universidad Andina Simón Bolivar. Año 12. 2010. Quito.

jueves, 16 de febrero de 2012

Velasco halló en Mar Abierto un puerto seguro para publicar

Desde la izq. Jorge Velasco (de pie), Ubaldo Gil y Solange Rodríguez. Foto Diana Zavala.


A Jorge Velasco las islas Galápagos no lo encantaron como a los turistas, pero sus rocas, su cárcel de agua, su forma inhóspita y el personaje que halló en un bar se le anclaron en el alma y lo llevaron a escribir la novela Hallado en la grieta. El lanzamiento de esta obra, publicada con el sello Mar Abierto en su colección Almuerzo Desnudo, se realizó en Guayaquil, la noche del 15 de febrero, en la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas.

Ubaldo Gil, director de Mar Abierto, explicó el proceso de 12 años de la editorial forjada en la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam). Destacó que la editorial publica no solo a los autores manabitas, un claro ejemplo es el guayaquileño Jorge Velasco. “Se financia todo el libro y se paga en algunos casos Derecho de Autor como reconocimiento al trabajo del creador o del académico. Esto no es común en un país sin recursos para el arte, dado que hay ghettos que atrapan el presupuesto e impiden surgir nuevos autores”.

Gil también compartió que la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española escogieron a Mar Abierto para revisar una veintena de textos dentro del proceso de elaboración del Corpus del Español del Siglo XXI. Entre los títulos solicitados se cuenta Hallado en la grieta, y obras de los guayaquileños Wilman Ordóñez y Ángel Emilio Hidalgo.


‘Volver al mar’
La escritora guayaquileña Solange Rodríguez fue la encargada de presentar Hallado en la grieta. Ella confesó que llegó a la novela sin haber leído todas las obras anteriores del autor (una veintena), que este libro la enamoró, que fue un descubrimiento. Rodríguez escribió un ensayo al que tituló ‘Volver al mar’ esa noche apenas compartió unas líneas, mediante preguntas privilegió la voz del autor, quien respondía desde el atril.


En este diálogo, Velasco compartió que Hallado en la grieta surgió a partir de un personaje real que halló en Galápagos, cuando fue por pocos días y se quedó tres meses. “Mi adicción como la del personaje Valdemar me llevó a un bar. Atendía una mujer muy delgada, joven, pero aparentaba ser vieja. Sus padres asiáticos salieron de Hiroshima después de que cayó la bomba. Conté, fabulé, investigué cómo se llamaban los padres. Les expulsaron del Japòn (los gobernantes) por ser portadores de radiación y el temor de que podían contaminar”.

Hallado en la grieta tiene un epígrafe de Herman Melville, de su relato Las Encantadas. Al igual que el inmenso escritor estadounidense, Velasco presenta a las islas como un lugar maldito. “Para empezar nos cobran por entrar . De Tortuga Bay me traje una muestra de arena blanca, me la quitaron y me multaron a la salida. La novela es un homenaje a Melville, él veía a las rocas como barcos fantasmas”. Velasco también habló del mar que lo seduce, que le hace desear esa casa para que la vida transcurra hasta al fin frente a él.

Experiencias con editoriales

Al final de la noche se habló sobre los avatares de la edición. Velasco comentó que desde su primer libro de relatos nunca le ha faltado sello editorial, de esto le quedan buenas y malas experiencias. Señaló que inicialmente pensó publicar Hallado en la grieta con Alfaguara, pero como no tuvo respuesta inmediata publicó con Mar Abierto, donde se le pagó Derecho de Autor por adelantado. También recordó cuando ganó un concurso literario y tuvo que esperar (presionar) dos años para poder cobrar el premio.

Solange Rodríguez destacó que “Jorge Velasco Mackenzie es uno de los escritores de producción más abundante en Ecuador, se exige, se reta y vence. Ha incursionando en casi todos los géneros con gran éxito y ganando a mansalva premios literarios significativos. Esto no es el usual aporte biográfico de medallas y libros con el que pretendo explicar quién es el autor de cuya obra hablo esta noche. Lo menciono a manera de recordatorio, ya que a pesar de la contundencia innegable de estos hechos, su obra está diseminada y no consta como debería tanto en librerías, bibliotecas o en programas de educación; algo se rescata en la internet pero no lo suficiente. Junto con otros nombres como el de Javier Vásconez, Miguel Donoso Pareja, Jorge Dávila Vásquez, Sonia Manzano y Santiago Páez — siempre estas selecciones de autoridades literarias son indignas, coloco unos y soy ingrata con otros — constituyen parte de un canon referencial que se extiende más allá de su novela El rincón de los justos (1983), la más difundida, pero no por ello la única que representa su calidad como escritor preocupado por el análisis de la condición humana de los que no han nacido del lado claro de la vida”.
Desde la izq. Ubaldo Gil, Solange Rodríguez y Jorge Velasco. Foto: Diana Zavala.