viernes, 8 de abril de 2011

Cuarto Creciente


María Leonor Baquerizo junto a Sina Mondavi


Por: María Leonor Baquerizo

Sina Mondavi nos ofrece su primera obra, la novela juvenil Cuarto Creciente, donde la magia de lo real se mezcla con la ficción; el amor, la ilusión, los temores, las fortalezas y las debilidades son parte de lo cotidiano y del imaginario colectivo de los adolescentes, quienes se sentirán atrapados en el escenario que ofrece la novela. Sina Mondavi activa una serie de reflexiones en el lector, a partir de los personajes, espacio, época y mundos posibles. Los protagonistas se mueven dentro del ambiente que la novela juvenil permite. Recoge vivencias, transforma e influye en el lector, que como tal construye también en su imaginario y orienta simpatías o antipatías, hacia determinados personajes, actitudes o puntos de vista, que con diferentes elementos la autora va exponiendo en cada capítulo que componen esta narración.

De entrada nos enfrenta a una fatalidad, la derrota de un planeta que nos devora y es devorado a su vez, cito: "El vacío lo destruía todo", se lee en el prefacio. Pero Mondavi nos llena de esperanza luego en sus 16 capítulos, que de manera ordenada nos va dando claves que van hilando cada suceso hasta formar una unidad que estructura la novela.



Medardo Mora Solórzano, María Leonor Baquerizo y Sina Mondavi, quien agradece a los que apoyaron y apoyan su trabajo literario


El narrador de Cuarto Creciente, desempeña un papel importante en el lector, desde su postura de contarlo todo, nos lleva dentro de una historia llena de misterio, romance, inciertos y sorpresas. Más allá de este romance que surge entre los protagonistas, se desprende una serie de reflexiones, el mundo interior de los jóvenes, lo que aflora naturalmente, lo que ocultan. Podríamos decir que dependiendo de la subjetividad de cada lector, este construirá su propia escala de valores.

Cito: “… sólo aquellos que alimentan buenos sentimientos al reencarnar, recuerdan, sólo ellos descubren su pasado y predicen su futuro. (…) ...Los que tienen buen corazón y no recuerdan, encontrarán su guía y volverán a ser quienes deben ser, sentirán cosas que para ningún otro ser serán mortales. No siempre creen en lo que ven y ven lo que quieren creer... "

De unos ocho años acá, han surgido una serie de narrativas juveniles, escrita por mujeres, tales como Stephenie Meyer con la saga de Crepúsculo, o J. K. Rowling y sus libros de Harry Potter, escritoras que dejando a un lado las historias convencionales, tienen la necesidad de crear otro mundo, el espacio y el tiempo parecen ser coordenadas esenciales en este punto misterioso, casi místico porque sin verlo nos conectamos con él; sólo está permitido el ver a medias, como en un cuarto creciente, manejando claves de un fenómeno siempre contrario, en el que lector se adelanta a completar.




Sina Mondavi siendo entrevistada para un diario nacional


Los jóvenes protagonistas de esta historia, son seres reales, van al colegio, son guapos, feos, engreídos, sencillos, se enamoran, se pelean, se asustan y algunas veces sienten envidia.

Cito: "mi madre me llama a mí para que la ayude a servir la cena (...) como no iba a serlo con una hermana de quince años, que se vestía gastando medio sueldo de mi padre, se arreglaba como artista de cine, caminaba como modelo profesional y hablaba con una voz que parecía un canto de aves."

Los protagonistas, Evelyn, vive en un continuo preguntarse, que la lleva a varios descubrimientos, y Edmond quien despertó su amor a primera vista, guarda un gran secreto, Evy, como la llaman sus amigas, persiste en saberlo todo, lo que entiende, lo que no, inclusive lo que no "debería saber", su vida transcurre sin malicia, y con un amor que es capaz de enfrentarlo todo, el personaje va descubriendo y a su vez descubriéndose.

Cito: "Edmond era un ser totalmente diferente y especial, me convencí que era como un cuarto creciente de luna, porque llenaba la mitad de mi vida con luz y amor, con energía casi divina y la otra mitad era oscuridad, me dejó muy claro que para él su misión prevalecía ante cualquier otra cosa."

La narración avanza en medio de este misterio, los deseos están expuestos, las opciones también, escoger entre el bien o el mal, el enigma de siempre. Tal vez es algo de lo que se ha hablado mucho, pero Cuarto Creciente con su narrativa va reforzando ese mundo joven, aventurero, regala esa posibilidad desde lo exterior y lo interior, para esto la autora se vale de metáforas, "las creaciones" que aparecen terribles, manchando todo, o muy claras, brillantes, permitiendo verlo todo mejor, siempre con el libre albedrío de escoger, manteniendo compromisos éticos y sociales, sin perder la mirada al pasado, pero sí, y sobre todo aprender a mirar un nuevo porvenir.




María Leonor Baquerizo leyendo su texto en torno a Cuarto Creciente


Es una lectura muy placentera, y si bien es cierto, la literatura no puede enseñarse si no se experimenta, la formación del lector literario no es fruto de la casualidad, ni esfuerzo del docente, es un compromiso social.

Sina Mondavi, nos entrega su fresca novela juvenil, que estoy segura despertará interés en los jóvenes, en un momento en que necesitamos modelos en que prevalezca el rescate de los valores, como lo hacen los protagonistas de su obra. Cuarto Creciente tiene un fin, pero no un final, queda abierta a muchas posibilidades.
Felicito y la autora e invito a todos a participar de la aventura de esta novela.
(Texto leído en el Café Galería Barricaña, el miércoles 6 de abril del 2011)

Arqueología y etnohistoria del señorío de Cancebí en Manabí Central


Marco Suárez, junto a las escritoras María Leonor Baquerizo, Sina Mondavi y Leticia Loor.


Por: Marco Suárez

Tócame el inmerecido honor de presentar ante ustedes el siguiente libro: Arqueología y etnohistoria del señorío de Cancebí en Manabí Central de los autores Jorge Marcos y Tatiana Hidrovo.

Si bien el libro lo inicia Marcos, para efectos del presente discurso comenzaré por la exposición de Hidrovo, ello sin menoscabo de la estrecha colaboración interdisciplinaria que trasunta la obra, y que se expresa en la frase que cito a continuación:

Cito a la autora: "Las evidencias arqueológicas y los testimonios escritos hispanos, demuestran que, en la costa central de lo que hoy es Ecuador, existió, entre los años 800 y 1350 un espacio articulado por un orden político integrando un conjunto social y económico mayor, que se extendía desde la actual provincia de Santa Elena hasta la de esmeraldas" (página 113). Este párrafo encierra la tesis central del libro.

Dirá Tatiana, cito: “Desde los Estudios Históricos nos proponemos mirar los testimonios producidos por los cronistas, algunos informes de funcionarios de la corona y mapas del siglo XVI, para extraer e interpretar datos que nos permitan definir ese espacio cultural y las peculiaridades de lo que ellos llaman Cancebí, Manta y Puertoviejo" (página 113).

La autora se explayará en sostener una argumentación en torno a ciertas palabras que aparecieron en el marco de la invasión hispana y que parecen hacer referencia a un mismo espacio; sumándose a la preocupación local por aclarar el origen del nombre del segmento central de la provincia actual. Recopila aportes de los cronistas más conspicuos, cito:

“Los primeros avances de las huestes españolas fueron por vía marítima, por lo tanto sus observaciones de la realidad continental estaba mediada por la distancia, y el único contacto próximo había sido el del encuentro con los indios balseros durante los primeros avances. En ese sentido, Pedro Pizarro fue uno de los españoles que vivió el estupor de pisar tierra tan extraña por primera vez. Dice su crónica que junto a Coaque se encontraba un puerto que se llamaba Cancebi, y agrega que Almagro se desembarcó y que desde Cancebi, venían a pie. En Coaque los españoles tomaron más de doscientos mil castellanos en chaquira de oro y de plata, coronas hechas de oro, esmeraldas y muchas piezas de metal precioso. Como de ahí en adelante los españoles no encontraron otro Coaque, el desencanto nubló la mirada de los advenedizos, para quienes cualquier realidad era juzgada por la diacronía opositora: buena tierra, oro y mucha gente; y mala tierra, manglares, lagartos, sin oro, sin gente, sin ovejas, donde nacían la berrugas a causa de dormir en colchones de ceybas o por comer pescado dado por los maliciosos. Por todas estas causas, una vez vaciado el oro de Coaque la tierra era mala, en oposición a la ideas de buena.” (página 125)





Que servirán para configurar su "espacio cultural" o espacio dotado de sentido por sus ocupantes, cito:
“El espacio físico se vuelve un espacio socio cultural cuando sus pueblos históricos lo dotan de sentido, construyen significados y desarrollan una forma específica de relacionarse entre sí y con sus ecosistemas. En él circulan elementos simbólicos comunes y se localizan distintos pueblos, los mismos que interconectados constituyen una dinámica que Brunet llama los “Juegos universales del espacio”. Ese espacio, es por otra parte, como dice Amodio, un espacio interno o internalizado en las representaciones de los habitantes, y su geografía es parte sustantiva de la identidad.” (página 159)

“Este conjunto de pueblos designados por los distintos cronistas formaron parte de un espacio cultural extendido, que se diferenciaba relativamente de los pueblos ubicados más al sur, alrededor de la península de Santa Elena y el interior de la cuenca del Guayas, según la insistente distinción que hacen Cieza de León, Zarate, Garcilaso y Benzoni, a partir de las costumbres, habla, forma de vestir y religiosidad. Cieza de León establece que los que están entre el río de Santiago (al norte) hasta Zalango se labraban el rostro, vestían con camisetas de algodón y adornaban con chaquiras coloradas. Para Cieza “los caraquez” pertenecían a otro “linaje”, andaban desnudos, no eran “labrados” y eran “behetrías”, criterio con el cual coincide Garcilaso. El Inca Garcilaso señala que estas naciones - behetrías eran las de Apichiqui, Pichunsi, Saua, Pecllansimiqui, Pampahuaci, y más al norte estaban los indios de Pasau. Esto plantea una complejidad porque significaría que en el mismo territorio donde supuestamente estaban los labrados, estarían las behetrías, caracterizadas por tener aparentemente menos organización social y política. Significaría acaso que la articulación política de los pueblos no estaría definida por fronteras territoriales claramente establecidas, como ocurre en el presente, sino por otras variables. Otra posibilidad es la de que existiese una división cultural dada entre los pueblos de tierra adentro y los del borde costero. Hoy, el pueblo de Pinpiguasí, cuya asociación sonora con la “behetría” Pampahuasi reportada por Garcilaso, queda al interior del valle del río Portoviejo y río Chico. La diferenciación cultural no significaría la carencia de una unidad política o sujeción de ciertos pueblos a una autoridad o centro administrativo. En ese sentido hay que recordar que en la crónica temprana de Samano se advierte que ciertos pueblos situados hacia el norte, estarían sujetos al Señor Calangone.” (página 165).

Y uno de cuyos símbolos es su denominación; argumenta que sí hay convergencia de criterios entre diferentes fuentes, entonces es un espacio reconocido, y estos se nota en la reproducción, la que se logra por el ritual (geografía sagrada, p. 195 párrafo final; y religiosidad, página 199 segundo párrafo y página 203 tercer párrafo; página 211, segundo y tercer párrafo).



Marco Suárez leyendo su texto


Marcos, se propone un abordaje de la arqueología desde una doble perspectiva; por una parte hace un paneo amplio de la evolución de la arqueología de la costa, que desembocará en la concepción de la región Manabí Central por parte de Estrada, con una mirada a los escenarios naturales en que ocurre y por otro, como estos diferentes aportes, pese a las limitaciones en que ocurren, van tejiendo una mirada del pasado local el cual, desde su posición teórica de ciencia social, derivara necesariamente en la conformación de entidades que los estudios clásicos habían definido como civilización pero que él reflexiona que no se puede hablar de la misma sin considerar que estas sociedades entran a ella conformadas en un Estado; así la constatación de pruebas de la existencia de cazadores recolectores, horticultores de campamento, primero y luego horticultores aldeanos, ya con un ideario de la realidad; relaciones a variada distancia, explotación de diferentes medio ambientes, emergencia de especialistas, etc., aportan con los diferentes ingredientes de una totalidad compleja de alto nivel, similar a la surgida en diferentes lugares tanto del continente local, como en el desarrollo de los conquistadores .
Cito “…Los primeros agroalfareros Valdivia demuestran su vocación navegante al colonizar, hace casi 6000 años, la isla de la plata a 25 millas de la costa. De esta vocación marinera surge un entramado de intercambio que unen y engendran lo que los arqueólogos de la primera mitad del siglo XX, intuían y llamaron América nuclear... en que el Ecuador formaba parte de un espacio geográfico cultural que llamaron el área intermedia. Hoy sabemos que el Ecuador Antiguo fue eje de ese sistema. Emergieron entonces en nuestro territorio sociedades complejas que evocan a las que aparecieron a lo largo de la ruta de la seda, o entre las ciudades-estado de la liga hanseática"(página 101).

Es aquí, en la concepción del “espacio geográfico cultural” como punto de convergencia de Tatiana y Marcos, que abordajes arqueológicos e históricos son articulados.

Hay pues, tanto desde la perspectiva histórica como de la arqueológica de Marcos e Hidrovo, reflexiones que confluyen a develar, a sacar a la luz, un proceso sistémico, que había estado ausente de las predecesoras argumentaciones pasadas, las cuales reconocen como herederos que son de ellas, pero que, a la luz de nuevos enfoques, nuevas formas de reflexionar y pensar sobre datos y teorías, proponen superarlas, y con ello esperan trazar una senda que es más que seguro será seguida por más de uno.

La lectura es amena sin los recovecos del lenguaje muy especializado, lo cual la hace apta para un público amplio, pues, más que un dictamen tajante, aportan con un conjunto de reflexiones que el mundo académico acoge con beneplácito; opción que estoy seguro será la elegida por la culta sociedad ecuatoriana.
(Texto leído en el Café Galería Barricaña, el miércoles 6 de abril del 2011)

Parecen buenos muchachos


Leticia Loor leyendo su texto, junto a ella la escritora Sina Mondavi


Por: Leticia Loor

En una tarde de profundo silencio que invitaba a la lectura, sentada en un sillón con el libro “Parecen buenos muchachos” de William Happe, hice un paréntesis para dejar vagar mi mente sobre estos relatos, …y un pensamiento muy sencillo fue lo primero que me afloró, algo que muchas veces al leer o al ver una película, nos formulamos con una simple pregunta: ¿cuál es el bueno y cuál es el malo?

Pues bien, en estos relatos de William Happe, esta pregunta se torna innecesaria, a medida que vamos leyendo, pues, nos vamos despejando y despojando de valores tradicionales, como el bien y el mal. Estos valores, se esfuman en esta literatura, donde el mal es prácticamente el protagonista de los cuentos; más bien nos podríamos cuestionar: ¿hay héroes o antihéroes? La Rochefoucauld, escritor y moralista francés dijo: “Hay héroes en el mal, lo mismo que los hay en el bien”.

Se dice, además que todos tenemos algo d buenos y algo de malos, entonces, ¿será que Happe, prefirió dedicarse a sólo una parte del ser: es decir, al mal? Bien decía Séneca: “donde quiera que haya un ser humano, existe una probabilidad para la bondad”.

Peor hablando de ese mal, en esta antología de relatos, vemos que no está presente para darnos enseñanzas moralistas, sino más bien que está entretejido en medio de las palabras que forman cada historia, como uso y recurso literario.




Helmond Happe (en medio y de rojo) hijo del escritor William Happe, representando a su padre en la presentación de Parecen buenos muchachos.


William Happe, nos muestra otro mundo, antítesis de escenarios frecuentes en la literatura, de ahí su título: Parecen buenos muchachos, donde los personajes salen de mundos bajos, y se desenvuelven en entornos de mafia, violencia, crudeza, venganzas, robos y asesinatos. El filósofo griego Epicteto, nos dice: “si quieres ser bueno, cree primero que eres malo” y es que en calidad de lectores, vemos que Happe, en sus relatos, nos presenta el mal que “acecha” y que domina a sus protagonistas, constituyéndose en el hilo conductor de estos cuentos.

La voz narrativa entonces, se convierte en un agente sensibilizador, para que podamos compartir y ser cómplices y testigos de las emociones de los personajes.

Si analizamos el lenguaje, reconocemos como el escritor nos da a conocer a los actantes sin necesidad de incurrir en delatarnos quiénes realmente son. En el relato “Irresponsables es la palabra”, cito: “Discúlpame brother…”, en otra cita: “Nos dirigíamos al carro, le dio a prender una grifa, pasaron los anormales y nos pararon…(y concluye) les di 15 lucas que cargaba…”, con este léxico, nos va dibujando a unos marihuaneros, donde cada uno tiene apodo; algo inusual entre ellos, y nos lleva a vivir las aventuras de estos seres, con sus angustias de ser atrapados y lo que van sintiendo cada uno, llegando el lector a percibir y cuestionarse, ¿cuál es el proyecto del que hablan? ¿cuál es el traidor? Y por supuesto, el mal está ahí latente. ¿Serán buenos muchachos?, en este relato apreciamos la buena caracterización de los personajes, por ejemplo, el jefe del operativo, aparece, con cadenas, brazaletes y anillos de oro, típica representación de un jefe de la mafia, que nos hace pensar en un nuevo “Padrino siciliano”.




Parte del público, atento al análisis de Loor.


En el relato “Acorralados”, nos acerca al hombre que tiene una carga emocional a la que el autor nos conduce con frases, cito: “Recordar significa traer a su mente un cementerio”, ¿nos quedará duda alguna de que se trata de un asesino? El mal, está impregnado en el protagonista, ni como cualidad ni como defecto, simplemente, como una parte de su ser, cito: “El tormento de los muertos se fue convirtiendo en indiferencia”.

Yo mencioné “Héroes y antihéroes”, en el cuento “No me abandones por favor”, Dago, es el héroe de dolores quien tiene puesta las esperanzas en él para su libertad, cual personaje de las novelas de caballería, donde la amada espera que su héroe la salve. Leemos las peripecias que él hace para lograrlo, pero así mismo descubrimos, que él mismo es su propio antihéroe, con todas las actitudes y acciones que va realizando.

William Happe, al jugar con nuestras emociones, donde somos testigos y cómplices, nos va transformando en lectores “activos”, que como bien decía Cortázar, es el objetivo de todo buen escritor.

Podemos entonces hablar que Happe en esta antología nos muestra el retrato de la literatura negra por sus personajes, por la violencia, la crudeza y ambientaciones.

La literatura negra es, como la definió Raymond Chandler en su libro El simple arte de matar, que esta debe su nombre a ciertos factores: como a los ambientes “oscuros” que bien se pueden asociar a un tipo de novela policiaca, pero donde la resolución del misterio o es el objetivo principal, aclara que esta literatura es habitualmente muy violenta, y que las divisiones entre el bien y el mal están bastante difuminadas, sostiene además, que la mayor parte de sus protagonistas, son individuos derrotados, en decadencia, que buscan encontrar la verdad.

En la Feria Internacional del Libro en Caracas, en el 2007, se trató sobre el tema de la literatura negra. Aquí algunos críticos señalaron, que estas obras se las puede relacionar con el contexto social, apareciendo algunas veces, como tono de denuncia y de crítica social. Considero, que este criterio, en el caso que estoy tratando, no se aparta mucho de esta realidad. Posiblemente la intención del autor, no fue esa, pero al sumergirnos en sus relatos, con estas fotografías universales, no podemos descartar, que ese contexto es real, y es aquí, donde la literatura entra a darle sus toques de ficción.



Leticia Loor en entrevista para programa televisivo manabita.


En los relatos “Todo lo que ha pasado”, “Llamada privada”, “Ya estamos llegando, Matías”, “Mejor vamos otro días”, la ambientación emocional es esa, violencia, asesinatos, seres que se desenvuelven en un escenario del mundo bajo, lujuria, prostitutas, transexuales que confiesan poseer el virus del SIDA, como en “Llamada privada”, que la mujer confiesa y se arrepiente, cito: “Fui tremenda, tremenda” y lo hace reiterativamente. En “Todo lo que ha pasado”, el autor narra la historia a través de juegos con la memoria, donde el protagonista es el héroe de su hijo y el antagonista es su memoria misma. Asimismo, en “Ya estamos llegando, Matías”, el mal está insertado en su personaje, cito: “De aquí a mañana, sabremos todita la verdad, y no quedará ninguno para que cuente el cuento”, pero este mal tiene pluralidad, cito: “Empujándonos por los rumores o el soplo del viento, sin preguntar si eran bueno o malos los que íbamos dejando tirados en el camino”. Es preciso que mencione que en este cuento, su ambientación me transfirió a los cuentos de Juan Rulfo, cuando los personajes avanzan y esperan llegar a algún pueblo donde se puedan acabar sus conflictos.

En el relato “Parecen buenos muchachos”, nombre de esta antología, los lectores, no estamos de simples espectadores, estamos frente a una lectura activa, donde nos transformamos en testigos y hasta cómplices al ver a Mike frustrado de que no le resulta ningún trabajo y recurre como estrategia para salir de sus problemas, a asaltar un banco. Él nunca había hecho nada malo, al punto que el oficial que los atrapa dice: “Parecen buenos muchachos”. ¿Es el juego del destino? ¿es el mal que se nos mete en el cuerpo? En este cuento, Happe, literalmente coloca la lucha entre el bien y el mal, y por supuesto, si estamos dentro de la literatura negra, el mal triunfa.

Dentro de estas ambientaciones, no pueden faltar los juegos de azar, donde el ser humano siente la adrenalina revoloteándole por dentro mientras hace sus apuestas. En “Rumbo a los casinos”, entre apuesta y apuesta, van insertándose historias realizadas por sus personajes, quienes tienen una visión del mundo tan baja que exclaman: “El mundo está repleto de mierda”.

Como lectora atrapada por estas historias, me remonté a la novela de Geoconda Belli “El infinito en la palma de la mano”, obra en la que la escritora nicaragüense, recrea literalmente la historia de Adán y Eva; en estas páginas, percibimos (como en la Biblia) como el mal triunfó sobre el bien, y como estos dos seres cambian sus vidas por su propia elección.

“Él era un buen hijo”, se desarrolla en un ambiente rural, donde nos presenta la búsqueda de una mejor vida, pero nos conduce a concluir, que para lograr el éxito, el personaje tuvo que intimidar con el mal. Cito: “Cuando regresó con mucho dinero compa, él ya no era el mismo…cargaba unos pistolones igual que sus tres amigos”.

Y nuestras emociones vuelven a alterarse al leer: “Dile que lo andan buscando”, ya el título nos transporta a la historia en sí. El protagonista está encerrado físicamente en sí mismo, pues sabe que lo andan buscando y tiene que esconderse. No se precisa su falta, pero no es necesario, sus temores de ser encontrado, lo delatan todo, su miedo y sus angustias lo persiguen y atormentan, no se siente libre por más que lo intente, cito: “Quiere sentir la carne fresca de una mujer, capaz de hacerlo olvidar el peligro que corría si salía a la calle”. En este relato, el protagonista sabe y siente que el mal no lo abandona, que es como un fantasma que lo acosa.

Para concluir, si retomamos el estudio de la literatura negra, no podemos dejar de pensar en Edgar Allan Poe, quien se caracterizó por la literatura policial y negra, tal como su cuento “Crimen en la calle Morgue”, donde el misterio, la violencia y el horror hacen gala en la historia, algo gótica también. Este tipo de obras, nos conectan directamente con William Happe, quien toma para recrear historias, experiencias de un mundo que está presente, mundo de las crónicas periodísticas de nuestros días, cuyos habitantes circundan por las calles, topándose en silencio con nosotros, y tal vez si los miramos, podemos pensar: “parecen buenos muchachos”.
(Texto leído en el Café Galería Barricaña, el miércoles 6 de abril del 2011)

jueves, 7 de abril de 2011

Mar Abierto posiciona a sus autores

Ubaldo Gil dirigiéndose al público

El Café Galería Barricaña, en Guayaquil, fue una vez más el escenario donde se presentaron tres de las obras editadas por Mar Abierto: Cuarto creciente de Sina Mondavi, Parecen buenos muchachos de Willian Happe, y Arqueología y etnohistoria del señorío de Cancebí en Manabí central de Jorge Marcos y Tatiana Hidrovo.

Libros que, desde sus distintas materias, están logrando una visibilización nacional, sea por los acertados y profundos análisis que los acompañan, como por la presencia en las cadenas de librerías más reconocidas en el país.

Ubaldo Gil: el trabajo del editor

Previo los análisis correspondientes a las obras a presentarse, Ubaldo Gil, director y editor de Mar Abierto, compartió con el público la importancia del acto en pro del conocimiento de nuevos aportes literarios e investigativos, la funcionalidad de un editor dentro del mercado al que debidamente busca insertar las publicaciones. Así dio algunos breves detalles de los libros, como el que Cuarto creciente es la primera novela juvenil del sello editorial y una de las pocas en Manabí, que destaca por la armonía entre diseño y contenido. De igual manera destacó la obra de los coautores Jorge Marcos y Tatiana Hidrovo por la contundencia de sus argumentos, y finalmente a Parecen buenos muchachos, un libro editado en el 2007 cuyos cuentos y trabajo del autor se mantiene vigente.


Leonardo Moreira (Vicerector Académico ULEAM) Medardo Mora (Rector ULEAM) María Leonor Baquerizo, Sina Mondavi, Leticia Loor y Marco Suárez.

Leticia Loor: un escritor del mal

Concluida la intervención de Gil, la escritora Leticia Loor procedió a compartir con el público su lectura en torno a Parecen buenos muchachos, obra a la que se comparó como un trabajo en la línea de los grandes precursores de la novela negra: Edgar Allan Poe y Raymond Chandler, por las ambientaciones, la crudeza, la violencia, el lenguaje y recursos estilísticos del género, pero además por los valores invertidos que reflejan sus personajes. “Estos valores, se esfuman en esta literatura, donde el mal es prácticamente el protagonista de los cuentos”, aseguró Loor.

Y es que para ella “William Happe, nos muestra otro mundo, antítesis de escenarios frecuentes en la literatura, de ahí su título: Parecen buenos muchachos, donde los personajes salen de mundos bajos, y se desenvuelven en entornos de mafia, violencia, crudeza, venganzas, robos y asesinatos”. Por ello confirma que “(…) en calidad de lectores, vemos que Happe, en sus relatos, nos presenta el mal que “acecha” y que domina a sus protagonistas, constituyéndose en el hilo conductor de estos cuentos”.


El infaltable y fiel público de Barricaña.

María Leonor Baquerizo: una fresca novela juvenil

La siguiente en compartir su análisis fue María Leonor Baquerizo, quien dijo en torno a Cuarto creciente que “con su narrativa va reforzando ese mundo joven, aventurero, regala esa posibilidad desde lo exterior y lo interior, para esto la autora se vale de metáforas, “las creaciones” que aparecen terribles, manchando todo, o muy claras, brillantes, permitiendo verlo todo mejor, siempre con el libre albedrío de escoger, manteniendo compromisos éticos y sociales, sin perder la mirada al pasado, pero sí, y sobre todo aprender a mirar un nuevo porvenir”.

No olvidó mencionar que “Sina Mondavi activa una serie de reflexiones en el lector, a partir de los personajes, espacio, época y mundos posibles” lo que hace destacar en su género a esta primera novela de su autora. Por lo tanto enfatizó que “Sina Mondavi, nos entrega su fresca novela juvenil, que estoy segura despertará interés en los jóvenes, en un momento en que necesitamos modelos en que prevalezca el rescate de los valores, como lo hacen los protagonistas de su obra. Cuarto creciente tiene un fin, pero no un final, queda abierta a muchas posibilidades”.


Medardo Mora resalatando la importancia de la triple presentación.

Marco Suárez: lo arqueológico e histórico

Continuaría Marco Suárez, analizando la obra Arqueología y Etnohistoria del Señorío de Cancebí, quien argumentó que el punto de convergencia entre los trabajos de los coautores es la concepción del espacio geográfico cultural, donde son articulados lo arqueológico e histórico. Además afirmó que “tanto desde la perspectiva histórica como de la arqueología de Marcos e Hidrovo, reflexiones que confluyen a develar, un proceso sistémico, que había estado ausente de las predecesoras argumentaciones pasadas, las cuales reconocen como herederos que son de ellas, pero que, a la luz de nuevos enfoques, nuevas formas de reflexionar y pensar sobre datos y teorías, proponen superarlas, y con ello esperan trazar una senda que es más que seguro será seguida por más de uno”•


Wilman Ordóñez, Sina Mondavi, Medardo Mora, Helmond Happe (hijo de William Happe) Leticia Loor, Marco Suárez y María Leonor Baquerizo.



Sina Mondavi: agredecimiento al apoyo

Por su parte Sina Mondavi volvió a agradecer a quienes creyeron desde el inicio en su obra: su familia (esposo e hijas) e institución (Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, en nombre de su rector Medardo Mora Solórzano y del director de Mar Abierto, Ubaldo Gil).

Finalmente Medardo Mora Solórzano, Rector de la ULEAM, concluyó este importante acto cultural fomentando a los autores a que sigan produciendo conocimiento y felicitando por el aporte que el sello editorial cada vez va reafirmando dentro del contexto nacional.

martes, 5 de abril de 2011

Mar Abierto presenta libros en Guayaquil


Estos libros se comercializan en Mr. Book, Librería Española, Librería Científica y Fybeca.

La editorial manabita Mar Abierto, anexa a la ULEAM, retoma las presentaciones nacionales de libros de diversos géneros. Hoy, a las 19:00 en el café galería Barricaña, presentará los libros Cuarto Creciente, de Sina Mondavi; Parecen buenos muchachos, de William Happe y Arqueología y Etnohistoria del Señorío de Cancebí en Manabí Central, de Jorge Marcos y Tatiana Hidrovo.

Con la novela Cuarto Creciente la editorial inaugura su colección de literatura juvenil. Ésta es la ópera prima de Sina Mondavi (nacida en Irán-radicada en Manta). Cuarto Creciente ofrece al lector una historia entretenida que aborda además la transformación personal y espiritual. El análisis de esta novela, en Barricaña, estará a cargo de María Leonor Baquerizo.

Arqueología y Etnohistoria del Señorío de Cancebí recoge los resultados de los estudios arqueológicos e históricos sobre las sociedades que poblaron el área que hoy corresponde a la costa central del Ecuador – Manabí – en la Época Aborigen o Prehispánica. Esta valiosa obra será analizada por Marcos Suarez.

Parecen buenos muchachos es un libro de relatos, del mantense William Happe Cedeño (radicado en Estados Unidos). Según Nara Mansur, poeta y teatróloga cubana, “el escritor concibe sus historias, las siente, las padece y deja al lector deseoso de acompañarlo o refutarlo, incluso de olvidar o recordar a quién, cuándo leyó algo que se le parece” (…) En Barricaña el análisis estará a cargo de Leticia Loor.