Por Patricio Lovato Rivadeneira*
Asomarse a los nuevos escenarios
que le presentan a la editorial universitaria resulta fascinante, dada la serie
de desafíos que afronta o ha de afrontar. Uno, la Universidad a la que
representa en publicaciones replantea procesos para certificarse hacia nuevas
exigencias propias de la dinámica de autoevaluación o de mandato de organismos
de control para la educación superior. Dos, medir la calidad del trabajo
intelectual realizado por sus docentes o investigadores la vincula directamente
con el conflicto: calidad o cantidad. Tres, las reglamentaciones, pares y
consejos editoriales con su valedero juicio hacia el producto académico o
artístico a publicar. Cuatro, el proceso interno de corrección, diagramación y
diseño que han de presentar en un libro o revista, llámese impreso o
electrónico.
Este conjunto de procesos
enunciado nos deja ver el carácter multidisciplinario y complejo del mundo de
la edición, al que debe añadirse inevitablemente el desarrollo de nuevas
tecnologías de la información que lo atraviesan. Resultado. El ciclo editorial
debe someterse a etapas de cambio, rápidas y eficientes, con el fin de
integrarse a la “cibercivilización” en donde destacan novedosos métodos de
impresión y tratamiento de recursos digitales.
Si de las ideas complejas ha de
aterrizarse en soluciones sencillas, como como ha sido el principio aplicado
desde la creación de Editorial Mar Abierto en su plan estratégico, aún más, si
se cuenta con un aliado eficaz y sensible a estas realidades en el Rectorado de
la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, la primera fue la integración,
mediante la fundación de una Red de Editoriales Universitarias y Politécnicas
del Ecuador (REUPDE), iniciativa y acciones que partieron desde esta casa
editorial, mejor si expandimos nuestra unidad y organización a otras geografías
cuyos afiliados cuentan con tradición editorial y vigorosa como la Asociación de Editoriales
Universitarias de América Latina y El Caribe (EULAC).
Juntos, convocados en Manta en el
marco del “II Seminario Internacional de
Editoriales Universitarias”: editores, directores de publicaciones, diagramadores,
diseñadores gráficos, correctores de prueba y estilo, conjuntamente con
autoridades vinculadas al ámbito académico, administrativo y financiero,
pudimos compartir de entrada nuestras experiencias editoriales, para
principalmente ubicar en perspectiva el escenario del futuro del libro, impreso
o digital, con tres integrantes: la
Universidad, el editor y el lector, indisolubles protagonistas de nuestro
quehacer, para combinarlos en un conjunto de variables y probar factibilidades
adaptadas a cada sociedad.
Recoger en una memoria todas
estas exposiciones tiene sus motivos: para estudiarlas con detenimiento, con la
preocupación por adaptarse de inmediato a los desafíos planteados, acogerlas
para medir las secuencias de los procesos emprendidos y sus alcances, mirar el
recorrido de las construcciones sólidas que da una tradición editorial sostenida
por algunas casas editoriales en sus publicaciones y las preocupaciones por redimensionar sus
competencias, incluso visualizar de cerca el oficio de editor a través del
tiempo y su consolidación.
Quedan impresas en este número de
Cyberalfaro que va más allá, enlazando, las investigaciones acerca del libro y
el lector que tiene un organismo determinante en la región como el Centro
Regional para el Fomento del Libro en América Latina y El Caribe (CERLALC). Donde
se pueden observar datos globales acerca de los movimientos en la producción de
libros, la participación de las editoriales latinoamericanas y los hábitos de
lectura por regiones. Datos actuales y determinantes al momento de fijar
horizontes en los estudios de factibilidad.
En este contexto abrimos los
contenidos con el discurso de bienvenida del Director de REUPDE y editor
general de Mar Abierto Ubaldo Gil, quien reseña las vicisitudes de la
legislación universitaria ecuatoriana vigente y entusiasta por los cambios,
necesarios, aunque marcan contraste con la exigencia a indexarse en revistas,
sin apenas haber pasado por el humanismo, la cultura o la interculturalidad,
también, por aspirar la masificación de doctorados Ph, impuestos, sin completar
una cadena de vacíos en la educación básica o media. La conformación de REUPDE
y planes estratégicos para la circulación de los libros universitarios
construyendo nichos para los lectores es su punto culminante.
Uno de los editores de mayor prestigio
en la región, José Castilho Márques Neto, tiene una preocupación: la media en
Latinoamérica es de un lector por un no lector,
en algunos países (como el nuestro 65% son no lectores) este porcentaje
aumenta entre los encuestados que no leen, en este viaje encontramos sentidos
al acto de leer y búsquedas de formas para crear nuevos lectores. Enseguida
toca el tema de la concentración de la industria editorial y el fenomenal salto
social de pasar de la oralidad a la escritura digital con una intención:
diseñar el futuro del libro en formas variadas e integrales.
La consolidación de casas
editoriales en algunos países latinoamericanos ha dejado resultados estupendos,
sin embargo los desafíos son de carácter general y se vinculan con las
limitaciones que afrontan las universidades en decisiones para con el campo
editorial, es el tema que aborda Mario Castillo Méndez, un editor de tradición
para con la exitosa experiencia de la Editorial Tecnológica de Costa Rica.
En lo nacional la participación
de las universidades en publicaciones de carácter científico con fines de
evaluación abre algunos interrogantes, en especial en cuanto a revistas
indexadas se refiere. Varias respuestas que cuestionan la aplicación de las
normas nos trae en su artículo Manuel Albán.
A partir de un juego de palabras,
con ingenio y por supuesto ilustración Juan de Althaus, nos deja tras el
discurso un significado del oficio de editor a través del tiempo y el papel de
la editorial universitaria entre el mercado y el Estado al servicio de la
difusión virtual, sin descuidar la presencia del lector y su participación, un
nutritivo tema.
Publicar como requisito para
ascender o acceder a profesor principal es el conflicto que rebasando la
condición del docente, se traslada a la edición universitaria. Un proceso en
marcha, que a pesar de la inexperiencia de quienes optan es emprendido con
varias recomendaciones en la exposición de Jeovanny Benavides Bailón.
Margarito Cuéllar es un escritor
y básicamente desde esa visión, dada su experiencia como editor, señala los
caminos a seguir para torcer el destino que llevan, al que deben llevar los
libros: “renovarse o morir”. Una deficiente planeación de programas
editoriales, alcances marginales en la producción o la falta de fomento de
lectores, entre otros, como gerencia autónoma, sistemas burocráticos, incide, desde
el ámbito mexicano similar para países latinoamericanos. Su mensaje más que una
advertencia contiene elementos de racionalidad económica para migrar de carga
universitaria a empresa, para de ahí atravesar los nuevos formatos del libro.
El sentido de lo social para
dinamizar el conocimiento sustenta el discurso de otro referente en la
tradición editorial universitaria, Juan Felipe Córdoba Restrepo. El permanente
aprendizaje del editor, la razón de ser de la investigación universitaria con
el conocimiento y el uso hacia la colectividad, privilegiando la formación del
lector resaltan en su propuesta. Su paso experto por la EULAC y como director
de publicaciones de la Editorial Universidad del Rosario en Bogotá, dejan
importante información para reflexionar.
Publicar sin ética sería como
construir sin cimientos, eso nos demuestra, define y reseña Jesús Aguinaga, que
junto a otro maestro de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE)
Alfonso Sánchez, apuntala otro pilar dentro del proceso de edición como es la
corrección de estilo.
Un resumen relacionado a los
soportes de programas que brindan herramientas técnicas a los asistentes a
talleres de escritura científica, nos describe Concepción Díaz Mayans.
Dentro del proceso editorial,
Alexis Cuzme y Joselo Márquez, asistente de edición, el primero, y diseñador
gráfico de editorial Mar Abierto el otro, nos acercan sus experiencias del día
a día dentro de las publicaciones universitarias.
Quienes leen la vida y la
entienden, devuelven su comprensión con la sencillez de su experiencia, es el
caso de Medardo Mora cuando nos habla del rol protagónico del libro.
La anchura y fácil traslado de la
nueva experiencia del libro electrónico y sus componentes con una puesta en
perspectiva son revisados por Guido Vásconez.
Expandir la circulación de las
líneas editoriales que nos lleven más lejos, junto con la modernización en el
diseño de políticas públicas relacionadas con el libro, pero más que nada,
entrenar al explorador (investigador /lector) para que se beneficie de estas
posibilidades queda en la propuesta que desde la experiencia brasileña, nos
deja Flavia García Rosa.
Finalmente, como enunciamos al
comienzo, tomamos investigaciones valiosas, del CERLALC (2011), acerca de la
lectura y la evolución del libro electrónico por distintos países y cifras, que
resultarán de enorme interés para los protagonistas que se unen en la relación:
Universidad, editor y lector.
*Corrector de prueba y estilo de la editorial Mar Abierto.
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