viernes, 19 de abril de 2013

Libros manabitas para y por el mundo



Semiótica y vida
                        
Ubaldo Gil
   El acto de presentación de los libros de Tatiana Hidrovo Quiñónez y Jorge Marcos, Rafael Tejeda, Raymundo Zambrano, Jorge Velasco Mackenzie y Pedro Gil fue todo un éxito, considerando incluso que los organizadores de la Embajada de Ecuador en Colombia nos pusieron un jueves cuando todavía están armando las carpas de los libros y hay un ajetreo en la preparación y ajustes finales; lo mejor empieza el sábado. Tampoco nos habían ayudado con las invitaciones de rigor y aunque la gente hubiese querido ir no podía porque era horario de trabajo, las primeras horas de la tarde. 

  Uno ya se las sabe en estas vainas. Así que con anticipación organicé las cosas invitando a mis amigos y personalidades de arte y letras, entre ellos Esteban Mora, un amigo cachaco quien también estuvo en el sueño inicial de la Editorial Mar Abierto, veinte y cinco años atrás, cuando leíamos enciclopedias completas entre las que recordábamos los 100 tomos de la Historia del Pensamiento, editorial Orbis, y escribíamos para el Séptimo Día, y borroneábamos nuestros escritos literarios.

 Esteban, con una pasión y amor por las  letras y la pedagogía que no ha hecho más que crecer desde que se regresó a Bogotá hace unos 15 años, justo cuando empezaba yo a concretar el sueño editorial, hizo una lectura académica y humana de la poesía de Pedro y del libro de Rafael Tejeda. Ahora que Esteban fundó y dirige un Instituto Pedagógico de Educación y se dedica a aplicar justo todo lo que tiene que ver con los paradigmas de las competencias, el libro “La educación basada en competencia” le cayó como anillo al dedo.

 Fue una presentación atípica porque íbamos presentando los libros e íbamos armando un foro con los presentes. Y hablábamos de Pedro, de Tatiana, del Negro Valencia y Raymundo, muy conocidos, y desde luego del gran novelista ecuatoriano Jorge Velasco Mackenzie.

 Pero es que en Ecuador se lee medio libro por año como promedio, de acuerdo a la UNESCO y esto generó una serie de comentarios penosos y entonces yo argumentaba que se trataba de una serie muy compleja de variables. Pero sí concluimos que una mala educación crea además de malos profesionales y malos seres humanos, gente que funciona solo por interés personal aunque recite una consigna de interés social.

 Una cosa es el escritor que debe dedicarse a escribir y tener la condiciones para hacerlo todos los días y vivir de lo que escribe, que es lo que estamos logrando con Mar Abierto, hecho celebrado por tratarse de una editorial de pueblo y mucho más porque es parte de una universidad. Otra es el editor que tiene que pensar en el contenido, pero en el objeto libro, un editor debe velar por la vida misma del libro, desde su edición, diseño, circulación, presentación y un largo etcétera. Así que acá, como me las conozco, las cosas iban como para que no se visibilice mucho nuestro catálogo y en cambio sí se muestren los funcionarios de turno que vienen a representarse a ellos, pero no a la literatura ni a la academia ecuatoriana.

Volví a confirmar lo que vengo diciendo hace años, casi nunca aparece el Ecuador representado de modo compacto, con unidad de criterios, en las ferias internacionales de libros. En estas ferias deben participar los catálogos editoriales y los autores realmente reconocidos como tales. Un ejemplo lo ilustra todo, en el stand de los libros de Ecuador no puedo poner los libros de la Editorial Mar Abierto porque no hay espacio, por tema de organización y en cambio sí se venden libros como La Ilíada, El diario de Ana Frank y otros textos de tesis de grado. Cuando en una feria se promocionan son las editoriales con los nuevos y grandes autores para lograr tener escritores de exportación, ya no los de siempre sino ir abriendo  paso a los relevos.

Bogotá, 19 de abril del 2013

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