jueves, 25 de abril de 2013

Libros manabitas que andan por el mundo



Crónica y signos
 
  Ubaldo Gil



  Todo se lo debo a los libros y esto gracias a que el Gran Padre me enseñó que la vida no es más que un Gran Libro que hay que leerlo todos los días con la inocencia del niño que recién va a la escuela. Ahora estoy en la bañera del Hotel Tequendama en Bogotá para la Feria Internacional del Libro que se da del 18 de abril hasta el 1 de mayo. Es una bañera enorme con distintos grifos de agua, yo he estado en hoteles de lujo, he pasado en hoteles Cinco Estrellas, he amanecido en residenciales al aire libre, he estado en la pensión La Poza por noches enteras pero este hotel Tequendama se pasa y lo hace con el agua que no quiere salir y si sale, sale demasiado fría o demasiado caliente. Y me llama Bahie para preguntarme cómo ando pero yo sé que lo hace para saber si no he recaído porque su Amor es un Libro Abierto. Entonces le digo que estoy muy bien, pero no le digo que estoy muy bien enjabonado hace rato, luchando porque salga una agua que no esté ni muy caliente ni muy fría. Hasta que logro limpiarme con una toalla para ir al evento de presentación de nuestros libros de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí.

 
Ubaldo Gil junto a Esteban Mora durante la presentación de libros de Mar Abierto en la Filbo 2013.

 El acto de presentación de los libros de Tatiana Hidrovo Quiñónez y Jorge Marcos, Rafael Tejeda, Raymundo Zambrano, Jorge Velasco Mackenzie y Pedro Gil fue todo un éxito, considerando incluso que los organizadores de la Embajada de Ecuador en Colombia nos pusieron un jueves cuando todavía están armando las carpas de los libros y hay un ajetreo en la preparación y ajustes finales; lo mejor empieza el sábado. Tampoco nos habían ayudado con las invitaciones de rigor y aunque la gente hubiese querido ir no podía porque era horario de trabajo, las primeras horas de la tarde.



   Uno ya se las sabe en estas vainas. Así que con anticipación organicé las cosas invitando a mis amigos y personalidades de arte y letras, entre ellos Esteban Mora, un amigo cachaco quien también estuvo en el sueño inicial de la Editorial Mar Abierto, veinte y cinco años atrás, cuando leíamos enciclopedias completas entre las que recordábamos los 100 tomos de la Historia del Pensamiento, editorial Orbis, y escribíamos para el Séptimo Día, y borroneábamos nuestros escritos literarios.



  Esteban, con una pasión y amor por las  letras y la pedagogía que no ha hecho más que crecer desde que se regresó a Bogotá hace unos 15 años, justo cuando empezaba yo a concretar el sueño editorial, hizo una lectura académica y humana de la poesía de Pedro y del libro de Rafael Tejeda. Ahora que Esteban fundó y dirige un Instituto Pedagógico de Educación y se dedica a aplicar justo todo lo que tiene que ver con los paradigmas de las competencias, el libro “La educación basada en competencia” le cayó como anillo al dedo.



 Fue una presentación atípica porque íbamos presentando los libros e íbamos armando un foro con los presentes. Y hablábamos de Pedro, de Tatiana, del Negro Valencia y Raymundo, muy conocidos, y desde luego del gran novelista ecuatoriano Jorge Velasco Mackenzie.



 Pero es que en Ecuador se lee medio libro por año como promedio, de acuerdo a la UNESCO y esto generó una serie de comentarios penosos y entonces yo argumentaba que se trataba de una serie muy compleja de variables. Pero sí concluimos que una mala educación crea además de malos profesionales y malos seres humanos, gente que funciona solo por interés personal aunque recite una consigna de interés social.



 Una cosa es el escritor que debe dedicarse a escribir y tener las condiciones para hacerlo todos los días y vivir de lo que escribe, que es lo que estamos logrando con Mar Abierto, hecho celebrado por tratarse de una editorial de pueblo y mucho más porque es parte de una universidad. Otra es el editor que tiene que pensar en el contenido, pero en el objeto libro, un editor debe velar por la vida misma del libro, desde su edición, diseño, circulación, presentación y un largo etcétera. Así que acá, como me las conozco, las cosas iban como para que no se visibilice mucho nuestro catálogo y en cambio sí se muestren los funcionarios de turno que vienen a representarse a ellos, pero no a la literatura ni a la academia ecuatoriana.



Volví a confirmar lo que vengo diciendo hace años, casi nunca aparece el Ecuador representado de modo compacto, con unidad de criterios, en las ferias internacionales de libros. En estas ferias deben participar los catálogos editoriales y los autores realmente reconocidos como tales. Un ejemplo lo ilustra todo, en el stand de los libros de Ecuador con el cuento de que no se los puede vender ni regalar además de que no hay espacio, no puedo poner los libros de la Editorial Mar Abierto, en cambio sí se venden libros como La Ilíada, El diario de Ana Frank, hasta de Pinocho y otros textos de tesis de grado. Cuando en una feria se promocionan son las editoriales con los nuevos y grandes autores para lograr tener escritores de exportación, ya no los de siempre sino ir abriendo  paso a los relevo. Y tengo que acudir a mis amigos editores universitarios para  que nuestros libros sean promocionados y circulen en la fiesta del conocimiento, boquiabierto me quedan viendo y les explico qué pasa y nos morimos de vergüenza.



 Como la existencia es un Gran Libro, todos los días leemos y escribimos sin darnos cuenta, nos dejamos llevar por el azar y el misterio, esto que ahora comparto no es más que una pasaje de la escena de un capítulo del libro que tú estás escribiendo ahora que lees pero realmente escribes y con una alegría inmensa no te das cuenta.

 
Ubaldo Gil firmando el libro en el que aparece su ensayo Metafísica y transtextualidad en la narrativa de Borges.


Manta, 24 de abril del 2013

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