miércoles, 14 de noviembre de 2012

Ecuador: novela o manicomio



Ha llegado el maestro Miguel Donoso Pareja para recibir con sobra de méritos el Doctorado Honoris Causa, el máximo galardón que otorga la Universidad por notables aportes al arte, la ciencia y la cultura. Y ella, la Universidad Laica Eloy Alfaro, se honra al asimilar su misión de Universidad y de institución que sabe lo que es, ser primero.

Lo primero será siempre saber qué somos y hacia dónde vamos, si perseguimos un sueño o una pesadilla, si construimos una realidad o somos una mentira, si caminamos en  el filo del tiempo  o en el filo de la navaja, si somos una novela o un manicomio, si somos ese Ecuador Esquizofrénico donde los locos andan sueltos, si somos esos poetas que van por ahí cargando su propio manicomio privado, construyendo escaleras de papel para tomarse el cielo por asalto, si somos los fantasmas que perseguían a Hugo Mayo o los ángeles bandidos que se ocultaban de Dios para las cosas del amor; si somos demonios metidos en un submarino de color limón, o qué clase de australopitecus se nos metió en el alma desde que existe la política como ciencia del desencanto. No lo sé, pero lo que podemos decir es que a lo mejor ya no existimos; el ser es una especie extinta hace milenios y por eso, lo que se ve por allí, no es sino la sombra de lo que fue el hombre en el espacio, una súper nova que desapareció hace siglos y nos permite vivir con el destello de su luz, porque ella murió inevitablemente. 
Víctor Arias Aroca dio su discurso en la Uleam.
La literatura desde siempre ha sentido una especial fascinación por el poder, desde el leviatán, de Hobbes, inspirada en el monstruo bíblico del mismo nombre, pasando por el Elogio de la Locura, hasta desembocar en esos monstruos más simpáticos de la jungla secreta donde habitan los patriarcas del poder mundial, que más que personajes literarios son una realidad superior a la fantasía, uno llamado Calígula que nombro cónsul a su caballo, uno llamado Idi Amín Dada, que se comió el corazón del enemigo, uno llamado Jean Bedel Bocaza que se coronó emperador con un traje de treinta millones de dólares, y veinticinco metros de largo, uno llamado Saddam Hussein, que bebía quince litros diarios de leche de camella para resistir a la madre de todas las batallas, una señora del poder  llamada Ismelda Marcos que tenia diecisiete mil pares de zapatos, en un pueblo descalzo y en nuestra fauna presidencial también tuvimos uno que por decreto quiso hacer que las tres de la tarde fueran las cinco de la mañana y otro de voz ronca que grabó un CD del cual no se ha venido ni un solo ejemplar.

Y qué somos. Somos una legión de gladiadores por la libertad, somos un ejército de soñadores por la paz, somos un escuadrón de idealistas por la justicia, eso somos y aquí estamos con la misma transparencia de la lluvia, con la misma resistencia de las rocas y con la misma perseverancia de las olas, en este mismo mar que canta en las mañanas, por eso estamos aquí y hemos venido a saludarlo don Miguel Donoso, hemos venido a celebrar su doctorado, con esa misma ternura ingenua con que nuestros antepasados salieron a recibir hace quinientos años en las playas de Manta, a un jovencito aventurero español llamado Bartolomé Ruiz, quien bajó del Galeón afiebrado  y enfermo, quien sintió un deslumbramiento allende el mar, ante el inesperado encuentro con una balsa manteña y aquel hombre se quedó convencido para siempre de que aquello era un  gigante que caminaba sobre el agua y encadenado fue llevado a España donde murió solo y triste en un manicomio, lo mismo que el gran  Almirante que lo había traído al país del dorado persiguiendo el sueño de la inmortalidad y de la gloria.
Víctor Arias Aroca, Jorge Zambrano, el homenajeado Miguel Donoso y Joselías Sánchez Ramos.
Y en estas mismas playas nos encontrábamos algunos cholos manteños tirados a poetas, en los años noventa, ayudando a Medardo Mora a construir su sueño de Universidad, cuando  llegó Miguel Donoso y encontrándose con Franklin Briones, Ramón Zambrano, Patricio Lovato, Ubaldo Gil, Pedro Gil y Libertad Regalado, nos dejó regalado su conocimiento y poco a poco nos fue enseñando que la escritura no es un acto político, que lo que más importa para la revolución es la redacción, que los escritores no hacen revoluciones, que la mejor manera de ser revolucionario es ser un buen escritor, que la literatura es para divertirse lo demás es cuento, que las faltas de ortografía pueden asesinar la obra, que hay que escribir bien y para ello hay que redactar bien, sin falsos adornos literarios, sin lirios y otras flores raras que afean la novela, sin poses de escritor lo que nos vuelve pequeñitos y sobre todo sin la vanidad de querer obtener el estatus de escritor que no es sino una muestra de mediocridad, pero el esfuerzo no fue en vano, ya que como una consecuencia del taller, esta Universidad creó la Editorial Mar Abierto, que bajo la dirección de uno de sus más connotados alumnos, Ubaldo Gil, se ha convertido en una de las principales editoriales del Ecuador, en ella muchos hemos tenido la oportunidad de publicar y publicar bien, algunos señores profesores han cumplido el sueño de escribir sus enseñanzas y hasta sus memorias, los señores estudiantes la oportunidad de convertirse en escritores probos, y hasta connotados creadores nacionales, algunos también alumnos suyos como Jorge Velasco Mackenzie, Wilman Ordóñez, Javier Oquendo, Ángel Emilio Hidalgo y Paúl Puma han publicado aquí y eso es también resultado del paso de Miguel Donoso por nuestra Universidad. 

Esta es una Universidad para el futuro, una Universidad hecha por ustedes señores Profesores, por ustedes señores Estudiantes: una Universidad que enfrenta la acreditación con la mirada fija en la excelencia. Y hoy se da el lujo de coordinar sus acciones con el GAD que ha venido en pleno a saludarla.

Fue un acto de elevada Justicia, que el Gobierno del Presidente Rafael Correa reconociera su trabajo de escritor al otorgar el premio Eugenio Espejo a Miguel Donoso, en la cumbre de su literatura y como una medida de que usted ya estaba entre los grandes.

Su carrera, su arte, su grandeza, no será medida seguramente por el Doctorado, pero será siempre recordada por su obra, especialmente sus novelas como Henry Black, Nunca más el mar, Lo mismo que el olvido, Sin ánimo de ofender, Todo lo que inventamos es cierto, Última canción del exiliado, Hoy empiezo a acordarme, La  muerte de Tyrone Power en el Monumental del Barcelona, y esos cuentos tan reales como El Hombre que Mataba a sus Hijos, Krelko y ese ensayo de Patria denominado Ecuador Identidad o Ezquizofrenia, radiografía a colores de un país enloquecido que todavía espera que no le llegue la demencia, pero que no niega que todavía nos queda la luz de las estrellas.
El escritor Miguel Donoso agradeció públicamente el reconocimiento.
Y ahora me voy, gracias Doctor Miguel Donoso por enseñarnos a escribir, gracias por enseñarnos a pensar un poco mejor, gracias por enseñarnos a reír de nuestras propias cosas, gracias por enseñarnos a dimensionar nuestra propia locura, gracias por enseñarnos que la literatura se expresa mejor que los que salen en televisión, gracias a Ivo Uquillas por darme la idea de este discurso. Me pongo al hombro mi escalera de papel me regreso a mi propio manicomio. Muchas Gracias a todos.

Texto leído por Víctor Arias Aroca en el acto de la sesión solemne por el Vigésimo Séptimo Aniversario institucional de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, desarrollado el martes 13 de noviembre del 2012 en el paraninfo "Dr. Alfonso Aguilar Ruilova".






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