Por:
Cecilia Luzardo*
El
niño sordo y su mundo de silencio
No existe un camino fácil para que el
niño sordo pueda comunicarse o ponerse en contacto con el mundo oyente. Muchos
padres, pierden valioso tiempo antes de empezar a ocuparse de su entrenamiento,
unos lo hacen porque les cuesta aceptar su limitación, muestran indiferencia
hacia ellos, o los sobreprotegen al considerarlos débiles o dignos de un trato
diferente que a los demás y - como los niños no pueden opinar- dejan que el
tiempo se encargue del asunto, manteniéndose ellos, en un estado de duelo eterno.
¡Deja ese lamento! Dios te ha proporcionado el material
indispensable para hacerte más humano, excelente profesional, mejor persona.
Para ser un escultor y constructor de ideas y formación de la personalidad de
tu hijo.
¡Anímate a conocer, a entender, a
interpretar, y sobre todo a saber amar a
tu hijo!
¡Ayúdale a construir su mundo!
¡Empieza hoy a intentar penetrar en su
mundo de silencio!
Lo primero que debes hacer es aprender a
conocer a tu hijo, sus gustos o rechazos, temperamento, potencialidades o necesidades, porque aún
teniendo la misma edad, un niño es diferente a otro. Para así adaptar el
material con el que vas a trabajar a sus intereses y capacidad.
No hay que olvidar que cada niño es
único en muchos aspectos y para comunicarse con él, debes saber llegar a él.
Que papá y mamá, y toda la familia,
deben contribuir con este derecho que desde su mundo de silencio les implora a
gritos su hijo(a).
Y si tu hijo no escucha, llévale el
sonido a su vida, rodéale de objetos sonoros, debes darle la oportunidad de
incluir el sonido en ese mundo silencioso, y a enseñarle que el cuerpo es un
fácil transmisor del sonido, que su tacto y su piel, también son importantes
para que pueda sentir y expresar sonidos.
Lo importante es vencer tabúes, no creer
en las limitaciones que te impone la desinformación, sino atreverte, crear y creer que puedes hacerlo. Y esa seguridad y
confianza se las transmitirás a tu hijo.
¡Ustedes marcan el ejemplo! La noción
que tiene de su entorno el niño sordo, la adquiere principalmente por la vista.
Y aprende del ejemplo de los que lo rodean, especialmente durante sus primeros
años.
De la observación de las expresiones
faciales en los demás, aprende a reconocer el descontento, la irritabilidad y
el desaliento.
Así mismo aprenderá lo que es la
alegría, los valores.
En virtud de que el niño(a) no solo
capta las expresiones, sino también el comportamiento, adquirirá las costumbres
de los miembros de la familia.
Entonces la pulcritud, el orden, los
buenos hábitos, son cualidades que necesita, y que solo podrá adquirirlas por
medio del ejemplo. Por supuesto, como cualquier otro niño, será la imagen del
hogar de donde proviene.
Descubriendo
y verificando el diagnóstico
Como autora y protagonista de esta
realidad. Cuando cumplí dieciocho años, ya era madre, con el sentido de la
responsabilidad que ello implicaba.
Todo transcurrió en mi vida sin mayor
alteración, con los altos y bajos cotidianos.
Tuve mi segundo hijo con la alegría que todo
niño al nacer trae consigo.
Mis dos primeros hijos poseedores de un
oído muy fino y desarrollado para la música, desde muy pequeños se les
descubrió un talento musical, fue una de las situaciones que me permitió notar
la dificultad auditiva de María Belén, mi hija, aunque hasta los siete meses no
mostraba ninguna señal de sordera, pues ella balbuceaba y gorjeaba en la etapa
que le correspondía.
En ese tiempo yo desconocía que ma ma ma
ma ma no era hablar, era una palabra espontánea, que pronto dejaría de repetir…
*Es una mujer con un compromiso
ilimitado por sus hijos, su familia y los estratos sociales con capacidades
distintas. Inquebrantable en su autoformación y capacitación dentro y fuera del
país en la estimulación temprana para bebés sordos. Creadora de métodos propios
y aplicados científicamente con esos fines. Fundadora de centros de
instrumentación pedagógica, Licenciada en Ciencias de la Educación y madre de
María Belén. El texto adjunto es apenas un fragmento de su obra que será
publicada en los próximos días por editorial Mar Abierto.
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