miércoles, 3 de octubre de 2012

“EL ENCANTO DEL ADIÓS” SE ACERCA A LA VIDA DE MIGUEL DONOSO




Un libro construido para seguir las huellas de una vocación marinera, que busca apoyarse en los recuerdos del viajero para seguir en lo posible su recorrido, aunque deja claro que el biografiado admita que parte de lo inventado como inventario de vida, es real para quien cree, de esa manera nos pone en una línea para nada única, más bien en la múltiple de “todo lo que inventamos es cierto”, escrito por Flaubert  y tomado como una de las premisas en  la escritura sin concesiones que conforman la obra de Miguel Donoso Pareja.

Quien escribe este libro es David Sosa, autor cubano radicado hace algunos años en Guayaquil y fascinado por la vida del personaje a descubrir. Nos propone un acercamiento en la obra biográfica “El encanto del adiós”, que se convierte en un vertiginoso viaje desde la infancia hasta la declaración como deseo para una lápida, solicitado por el mismo Donoso Pareja: “aquí murió El Muerto”. No sólo humor de por medio, rasgo distintivo en los textos del biografiado, sino todo el intermedio que da una vida, bien vivida: marino mercante, profesor de colegio, abogado, titiritero, exiliado… escritor/maestro de creadores, principalmente.

Como tal, desde dos patrias, su oficio determinante, escribir y suscitar. Escribir: poesía, novela, cuento, ensayo, crítica, en múltiples registros narrativos. Suscitar talleres literarios, en México, su lado del exilio, en ese espacio de creación surgieron destacados escritores como: Juan Villoro, premio Herralde de novela; Luis Felipe Rodríguez, Premio Nacional de Ciencias, Carlos Chimal, notable divulgador científico; Jaime Avilés, connotado periodista de “La Jornada”; Guillermo Samperio, ganador del premio Casa de las Américas; Mario Santiago Papasquiaro, personaje Ulises en la novela de Roberto Bolaño “Los detectives salvajes”; José Jesús Sampedro, poeta y director de la revista “Dosfilos”, Ignacio Betancourth, David Ojeda, entre otros. 

Talleristas de Miguel Donoso, entre los que constan Patricio Lovato, Yuri Cadena, Pedro Gil, Alba Muentes, Leonardo Moreira (arriba); Freddy Solórzano, Miguel Donoso Gutiérrez, Ubaldo Gil, Raymundo Zambrano y Eduardo Vélez (abajo).
En Ecuador, a la hora del retorno de su exilio, creó talleres en Quito, Guayaquil y Manta. Talleristas con sus lecturas y sus textos expectantes, en un proceso con dos premisas: honestidad y voz propia. Nombres de autores como Raúl Vallejo, Huilo Ruales, Jorge Velasco Mackenzie, Jorge Martillo, Gustavo Garzón, Pablo Salgado, Fernando Itúrburu, Fernando Balseca, Jenny Carrasco, Gilda Holst, son sólo algunos de los más destacados. 

Hizo un taller que duró cinco años en Manta, entre 1988 y 1992, mediante un convenio entre la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manta (ULEAM) y la entonces Dirección de Cultura del Banco Central del Ecuador. Siete fueron sus integrantes destacándose Pedro Gil, poeta cuya trascendencia sobrepasó los límites patrios y quien ha replicado dos generaciones de jóvenes autores con este método de trabajo dentro de la ULEAM. También conformaron este grupo: Ubaldo Gil, Víctor Arias, Ramón Zambrano, Libertad Regalado, Franklin Briones y Patricio Lovato. Personas que en los desdoblamientos de sus actividades hacen su vida conforme lo construido en ese lapso, una práctica a fondo dentro de los textos en una disección de los mismos, miradas estructurales, manejo de bloques de tensión en el discurso, entre otras, era la tónica de las reuniones quincenales.

La vida de Miguel Donoso Pareja es resumida en este viaje corto de 115 páginas, estamos convencidos que vendrán más libros, dada la ya legendaria imagen que proyecta el escritor/maestro. La publicación se encuentra dotada con el equipaje necesario que son las reseñas de sus libros escritos, las experiencias de la memoria intacta y la ciudad donde nació, Guayaquil, para decir que “la gente joven me mantiene la curiosidad, la vitalidad” en esta travesía.

La editorial Mar Abierto publicará esta obra “El encanto del adiós” como la pauta inicial para revelar la construcción de vida de uno de los escritores vivos más importantes del país. Así como impulsó el otorgamiento del Doctorado Honoris Causa, aprobado por el Consejo Universitario y que será entregado al autor en el aniversario de nuestra Alma Mater.      
Le debemos, quienes fuimos sus alumnos, el encuentro con una vida honesta, llena de los desafíos por una creación válida y la recompensa: escuchar de los libros, decirles, hablarnos.    


  

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