viernes, 7 de septiembre de 2012

Un libro que orienta el conocimiento de la compleja realidad

Por Guido Vásconez



Guido Vásconez fue el encargado de analizar y presentar el libro "El pensamiento crítico y la investigación científica".

Tratando de evitar lesionar en lo más mínimo el principio de honestidad intelectual, creo pertinente iniciar precisando en cuanto a la autoría de este texto que, como se anota en la página preliminar que contiene datos editoriales, corresponde a un trabajo de investigación auspiciado por el Departamento de Investigación de la Uleam y dirigido por el economista Freddy Soledispa Lucas, pero que además contó con la colaboración de Genny Álava Giler como ayudante y María Belén López Giler como becaria; junto a la asesoría de la economista Elvira Rodríguez Ríos.

Entrando en materia, en su configuración formal el texto consta de 145 páginas y cinco partes: la primera se refiere a la filosofía; la segunda a la epistemología; la tercera a la ciencia; la cuarta al método; la quinta a la investigación científica e incluye una parte final en la que como anexo se desarrolla un ejemplo práctico.

Se trata, como se puede caer en cuenta por la denominación de las diversas partes o capítulos de un texto inductorio a los antecedentes teóricos de la investigación científica y creo que aquí reside su particularidad que el confiere la originalidad como para convertirse en un texto publicable. Por otra parte, esta incursión en campos filosóficos y epistemológicos es lo que nutre en mayor medida la importancia, interés y utilidad de su contenido.
 

El autor del libro, Freddy Soledispa, también se dirigió al público presente.


La parte primera: la filosofía, nos presenta un breve pero agradable recorrido por el quehacer filosófico desde los presocráticos, pasando por los más connotados filósofos clásicos universales de todos los tiempos, hasta llegar a las corrientes del pensamiento del siglo XX, entre las que se destacan el existencialismo de tanta transcendencia en el siglo XX; una de cuyas referencias, en la página 43, refresca axiomas por mi muy queridos como el de que: “La existencia implica libertad y conciencia”. Otra corriente del siglo XX que se la revisa es la fenomenología, la misma que tuvo enorme influencia en la investigación cualitativa de profusa utilización en la segunda mitad del siglo XX como modelo alternativo de investigación social.

Cabe destacar que a manera de cuadro se dejan esbozadas cuatro corrientes filosóficas del siglo que vivimos, el siglo XXI.  En este punto debo indicar que otro aporte relevante del texto es la inclusión didáctica de 22 cuadros explicativos como elementos pedagógicos que junto a múltiples diagramas permiten una mejor comprensión de los temas desarrollados.

La parte dos se refiere a la epistemología; igualmente, luego de una breve referencia histórica se analizan tres posiciones epistemológicas claves del siglo XX: el positivismo lógico que luego prefirió autodenominarse empirismo lógico para desligarse de la sombra de Augusto Comte y a cuyos pensadores se los identifica con el “Círculo de Viena”; el relativismo científico de Thomas Kuhn quien con su teoría de los paradigmas científicos presentada en su obra “La estructura de las revoluciones científicas” publicada en el año 1962, marcó un hito revolucionario en la concepción de la generación de la ciencia. Finalmente se estudia el relativismo critico de Karl Popper filósofo que sostiene que el objetivo de la ciencia es buscar teorías verdaderas según criterios de racionalidad, teorías que una vez enunciadas demostrarán su validez científica mientras no sea refutadas y falsadas (teoría del falsacionismo).

En ese punto aprovecho la oportunidad para advertir el peligro epistemológico de la tendencia tan seductora en nuestro tiempo –a la que se hace referencia en la página 56– de seguir el principio positivista que postula que para la ciencia es irrelevante conocer la forma en que se llega a producir el conocimiento científico (contexto descubrimiento), frente a lo verdaderamente importante que son los resultados finales de la investigación científica (contexto de justificación). Principio que en ocasiones pueden tornarse letal para la convivencia humana.


El auditorio del Vicerrectorado Académico, donde se realizó el acto, lució lleno.


La parte tres trata la ciencia, que como se señala en el epígrafe del respectivo capitulo tiene como objetivo más general llegar a teorías con un alta eficacia para resolver problemas. Como no podía ser de otra manera este capítulo igualmente inicia con referencias al pensamiento griego; nuevamente a manera de cuadro se insertan algunos de los principales triunfos de la ciencia moderna e igualmente se topa el pensamiento de Kuhn, lakatos, Feyerabend y Edgar Morin. De este último place extraer la hermosa afirmación que “la ciencia debe constituirse en un conocimiento abierto, inacabado y autocorrectivo”. Axioma que desconocer u olvidan algunos académicos que seducidos por una una determinada moda intelectual, creen haber conocido el non plus ultra del saber o haber arribado a lo que Fukuyama llamó “el fin de la historia”.

En la parte cuatro se desarrolla el método que, entre una de las definiciones citadas por el texto (página 90) se lo considera: “un conjunto de pasos fijados de antemano por una disciplina con el fin de alcanzar conocimientos válidos mediante instrumentos confiables”. En una sintética revisión de las concepciones sobre el método a lo largo de la historia se incluyen ideas de Aristóteles de Francisco Bacon de René de Descartes y se termina presentando los métodos inductivo-deductivo; a priori-deductivo y al método hipotético deductivo. Este último constituido en estandarte de la investigación cuantitativa.

Hasta aquí corresponde la presentación de lo que como había anotado al inicio podría considerarse los presupuestos teóricos de la investigación científica. Presentación que se la desarrolla con un lenguaje sencillo, claro y directo; mérito que no es de menor cuantía y lo digo por experiencia personal, cuando se explicitan temas complejos y en ocasiones abstrusos, como es el caso de los tópicos filosóficos y epistemológicos.

La parte cinco, cuyo título es la investigación científica, se refiere básicamente al proceso de diseño de una investigación académica, se anotan las partes; su secuencia y las características y contenidos de cada una de ellas. Si bien es cierto que sobre este tema en esta misma editorial ya hay otra publicación, esta nueva versión no deja de tener importancia como fuente de orientación para los estudiantes que encaran su tarea final de graduación, propósito que se fortalece, como lo indiqué al inicio, con el anexo de un ejemplo práctico de tesis de grado en el área contable.

Como palabras finales quiero retomar ideas del mismo texto expresadas por el economista Freddy Soledispa Lucas en la presentación (páginas 13 y 14), donde manifiesta que este libro responde a una finalidad noble y amplia que es orientar el conocimiento de la compleja realidad ; ayudar a que la universidad recupere su rol en la investigación y fortalecer la formación integral de sus estudiantes. Asimismo, en la contraportada la economista Elvira Rodríguez anota dos ideas que las hago mías a propósito de la presentación de este texto: la necesidad que tiene nuestra universidad de “transitar un camino arduo en la formación de una cultura de investigación” y la de “abrir espacios ambiciosos para el trabajo investigativo académico y profesional”. Grandes propósitos que encuentran en esta obra un aporte oportuno y significativo.

Mis felicitaciones finales al economista Soledispa y mi gratitud por haberme permitido el honor de realizar esta presentación.

Gracias.

Texto leído el miércoles 5 de septiembre en el auditorio del Vicerrectorado Académico de la Uleam durante la presentación del libro “El pensamiento crítico y la investigación científica”.

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