A manera de prólogo
Un Códice para no olvidar la memoria: Alfaro replanteado por la literatura histórica.
Nadie, como Eloy Alfaro, supo la terrible verdad, de las palabras de San Pablo, de que "la vida, es un combate".
La muerte del cóndor. José María Vargas Vila. Capítulo XI.
“Alfaro dejó en consecuencia una clara lección que no quedó reducida a sus proclamas, a sus luchas, a su pensamiento y creencias, su objetivo fue hacer todo cuanto pudo por un Ecuador que tuviese condiciones para ser considerado un país vivible, un país que proporcionara a sus habitantes posibilidades de una buena calidad de vida”.
Eloy Alfaro, un líder del ayer y un ejemplo del mañana. Medardo Mora Solórzano. Pág., 68.
Este es el
libro del escritor Gino Martini que actualmente está editando la Editorial Mar
Abierto y su Departamento de Edición y Publicación Universitaria y que pronto
será presentado a la colectividad mantense y manabita.
Con esta
obra su escritor se propone recuperar el oficio de la narrativa contando hechos
donde los protagonistas han sido los campesinos de las diversas etnias
asentadas en nuestro Ecuador.
Georg Lukacs en su “Teoría de la novela” indica que "rigurosamente, el héroe de epopeya no es jamás un individuo. En todos los tiempos, se ha considerado como una característica esencial de la epopeya el hecho de que su objeto no es un destino personal, sino el de una comunidad". Esta verdad sociológica de Lukacs permite, -a distancia del liberalismo radical-, observar que el principio y fin del proceso-tragedia de Alfaro, no haya sido destino individual sino que, un amatorio colectivo donde la clave de fe y compromiso fue un país, -y por ello su pueblo-, que lo asistió en la cima del triunfo y en el hundimiento de la hoguera bárbara (plebes y criollos falsos e ingratos en complicidad para matar al héroe y su epopeya).
Alfaro fue, en palabras del Códice de Gino Martini, un destino nacido de la voluntad popular. Ya que una vez convertido en héroe, todos, -incluido sus lugartenientes-, consideraron que Alfaro ya no era de Alfaro (sujeto individual) sino que les pertenecía a todos (sujeto colectivo) los que pudieran ver a través de él un nuevo país y una cada vez desarrollada mentalidad moderna.
Me asiste esta reflexión cuando Gino Martini escribe una bien lograda novela sobre nuestro general pensada en medio de pasajes y sucesos rústicos de diversas etnicidades campesinas. Los cholos, zambos, mulatos, montubios, blancos y mestizos son sus protagonistas. En esto Manabí está recuperando el oficio de la narrativa escrita dejada por una inigualable estética de “la mula ciega” de Osvaldo Castro y “Un hombre y un río” de Horacio Hidrovo Velásquez. Cuyas referencias al entorno y simbolismo naturales hacen que desaparezca la idea de una novela histórica, metiéndose donde un autor como Martini que conserva una identidad, memoria y patrimonio: desde lo montubio y su cultura.
Hoy, después de la ardorosa lección que sobre historia nos dejara escrita Wilfrido Loor, el ícono mayor de la revolución alfarista, don Eloy, está siendo repensado y refuncionalizadas sus ideas desde la literatura, el folklore, la música y la política. Esto es válido, mucho más cuando las ideas alfaristas se tornan frescas para el bien social de esta tardía posmodernidad ecuatoriana.
Gino Martini nos vuelve los ojos a la memoria local manabita con un libro lleno de ardor y mucho fuego. Altivo como nuestro sagrado Himno Nacional. Relatado en tercera persona con una omnisciente probabilidad de los sucesos. El Códice es una metáfora del Decálogo alfarista que el general escribiera en 1896, publicado en el periódico “El Pichincha” y legitimado por un pueblo soberbio y revolucionario que veía en el general un genuino mártir para su causa. Cuando corifeos y marchantes asesinos a sueldos de la Iglesia y los feudos terratenientes serranos y costeños lo esperaban en Quito para "exterminar" lo que para deshonra de sus asesinos, cómplices y encubridores, jamás pudieron erradicar de las mentalidades ecuatorianas: la intachable moral de uno de los más grandes ecuatorianos de todas las épocas: Eloy Alfaro Delgado.
Estas premisas están
evolucionando el corazón y las mentes de los ecuatorianos que a la luz del
siglo XXI enrumban nuevas maneras de comprender su historia. Por ello no me es
extraño suponer que el general Eloy Alfaro no ha muerto, ni sus ideas fueron
encerradas en un laberinto. Hoy, la historia política moderna recupera
para la gloria eterna su heredad consagrada al liberalismo radical.
Requiere el Ecuador un nuevo estatus. Requiere una nueva visión y misión
contemporánea. Y parecería que el presagio del propio general se estuviese
cumpliendo: La hora más oscura, es la más próxima a la aurora. Es decir, su
mala muerte en Quito, es hoy la guía y luz de todos los ecuatorianos. ¿Tamaña
paradoja verdad?
Años multiplicados de explotación, despotismo e irracionalidades hemos tenido que pasar para al fin propiciar cambios a las estructuras y superestructuras del Ecuador en ciernes. Diría que ya no es un Ecuador en ciernes sino un Ecuador propiciador de un mañana con mejores niveles de vida y mejores instituciones que los respalden. Alfaro quiso esto. No vio esto. Pero puso todo lo que un hombre correcto debe poner para marchar hacia caminos de gloria.
Gino Martini, que en la obra aparece como un narrador que todo lo sabe y conoce, está dispuesto a contarnos la vida del general a partir de sus propios recuerdos. Buena combinación de ficción+realidad+ficción. No obstante, esto y un cierto juego de palabras, pueden no ser ciertas o quizás pueden llegar a ser tan reales como reales son nuestras cotidianas calamidades sociopolíticas. El general convertido en narrador de su propia historia, un gran acierto de esta novela. Pocas veces leemos en la narrativa manabita este "extraño" recurso narrativo. Lo que permite que al leerse el Códice no solo aprendamos de historia sino que nos divirtamos por la forma dual de ser contada esta historia. ¿Para ello debe servir la literatura? Más allá de ideologías comprometidas o no comprometidas ciertamente que la literatura debe solazar nuestro espíritu y volvernos más humanos.
Martini reinventa el Decálogo Alfarista en este fresco Códice moderno y restituye símbolos y símiles pasados y remotos que propiciaron y propician profundos cambios en la sociedad ecuatoriana. Es un libro lleno de nostalgias históricas. Un libro donde el tiempo no pasa, el tiempo va único, elíptico, hacia Ítaca donde todo será posible y distinto. Bien por Martini que ingresa en la nueva narrativa ecuatoriana con su Códice del general, bien por la literatura manabita que vuelve a reinventarnos un general cada vez mayor y más noble. El resto lo cuenta el libro, solo es asunto de acercarnos y leerlo. Nada más.
Años multiplicados de explotación, despotismo e irracionalidades hemos tenido que pasar para al fin propiciar cambios a las estructuras y superestructuras del Ecuador en ciernes. Diría que ya no es un Ecuador en ciernes sino un Ecuador propiciador de un mañana con mejores niveles de vida y mejores instituciones que los respalden. Alfaro quiso esto. No vio esto. Pero puso todo lo que un hombre correcto debe poner para marchar hacia caminos de gloria.
Gino Martini, que en la obra aparece como un narrador que todo lo sabe y conoce, está dispuesto a contarnos la vida del general a partir de sus propios recuerdos. Buena combinación de ficción+realidad+ficción. No obstante, esto y un cierto juego de palabras, pueden no ser ciertas o quizás pueden llegar a ser tan reales como reales son nuestras cotidianas calamidades sociopolíticas. El general convertido en narrador de su propia historia, un gran acierto de esta novela. Pocas veces leemos en la narrativa manabita este "extraño" recurso narrativo. Lo que permite que al leerse el Códice no solo aprendamos de historia sino que nos divirtamos por la forma dual de ser contada esta historia. ¿Para ello debe servir la literatura? Más allá de ideologías comprometidas o no comprometidas ciertamente que la literatura debe solazar nuestro espíritu y volvernos más humanos.
Martini reinventa el Decálogo Alfarista en este fresco Códice moderno y restituye símbolos y símiles pasados y remotos que propiciaron y propician profundos cambios en la sociedad ecuatoriana. Es un libro lleno de nostalgias históricas. Un libro donde el tiempo no pasa, el tiempo va único, elíptico, hacia Ítaca donde todo será posible y distinto. Bien por Martini que ingresa en la nueva narrativa ecuatoriana con su Códice del general, bien por la literatura manabita que vuelve a reinventarnos un general cada vez mayor y más noble. El resto lo cuenta el libro, solo es asunto de acercarnos y leerlo. Nada más.
Sobre Gino Martini
Desde 1997 Gino Martini ha
escrito para la prensa manabita: El Diario y La Hora. Ha sido invitado como
conferencista y ha concedido entrevistas en varios medios de comunicación sobre
la Revolución Liberal y el General Eloy Alfaro. Fue profesor de Historia y
actualmente es Funcionario de la Función Judicial.
El escritor Gino Martini nos obliga a rebelar nuestras conciencias en este
siglo XXI de profundos cambios en sus estructuras. Martini escribe acorde
al proceso de transformación sociopolítica latinoamericana. Deber mayor de todo
escritor e intelectual que se precie de serlo. Ya que no podemos recuperar
hechos y sucesos históricos tradicionales sino responde esto a un deber moderno
de comprender nuestra historia bajo las premisas de los acontecimientos
presentes.
En los años 80 estuvo radicado en Nueva York y en el año 2000 recibido la
ciudadanía israelí (por derecho de sus hijos), país en el que vivió hasta el
2010 año en que retorna al Ecuador para concluir proyectos académicos.
Actualmente ha presentado sendas tesis para titularse en Ingeniería de la
Administración en la Universidad Técnica de Manabí y en Ciencias Jurídicas,
humanísticas, sociales y políticas en la Universidad Técnica Particular de
Loja. Entre sus proyectos literarios tiene el propósito de escribir sobre las
vicisitudes del Pueblo del Libro y otro sobre el realismo psicológico en una
trama costumbrista y rural.
Gino Martini escribe una
novela sobre el general Eloy Alfaro pensada en medio de pasajes y sucesos rústicos
de diversas etnicidades campesinas.
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