Por: Siomara España
Para abrir el dialogo con la poesía de Ernesto Intriago inevitablemente pienso en: “Gimen de amor los muertos, su primer poemario, donde la melancolía y candorosidad son los referentes con que aborda su inicial palabra poética, textos con los que se lanza a la tarea de escribir poesía.
Desde entonces hasta hoy Ernesto ha trabajado y presentado sus poemas en múltiples antologías, revistas, recitales, y cada vez con más fuerza su nombre ha ido afianzándose dentro del grupo de novísimos escritores ecuatorianos, sin duda alguna en un país donde los escritores jugamos al juego de los lobos voraces, el hecho de que Ernesto tenga ya un espacio, un territorio marcado por su poética, nos habla de la valía de su trabajo, que simultáneamente con el “OFICIO” de escribir, ha ido evolucionando y seguramente pronto dará el gran salto hacia la voz individual con que todo escritor divaga.
El propio David Ledesma Vásquez adjuró sus primeras obras, y a los textos de su primer libro CRISTAL, los calificaba como “poemas que no poemas”, esto parece ser un recurrente en la mayoría de los poetas, fue el caso también de Mario Benedetti quien en un recital con jóvenes en la capital ecuatoriana dijo que hasta su 5to libro su poesía no le convencía.
Hoy Ernesto Intriago nos convoca para la presentación de su segundo libro en solitario y a la rápida lectura de sus líneas versales su poesía se abre, y se explaya como luz que multiplica su renovada palabra, una escritura marcada por el bombardeo de sensaciones auditivas y visuales, consolidadas en la rememoración del panorama urbano donde el juego de palabras sorprende por su chispeante procacidad.
Cito “… sonrío desgraciado … los virtuosos juerguistas juegan con la muerte… tiemblo lejano de todo un mundo criminal, lejano de todo un inmundo criminal … guerras porque nadie viola nada, guerras porque nadie vio la nada” Y DE AZUL Y BRUMOSO “… los pastores alemanes ladran a los pastores y sus ademanes … les auguro parabienes dentro de mis paranormales males” y en GAJES DEL OFICIO nos dice “… yo me aguanto los riesgos a los que acudo y sacudo … no estoy para aromarle el camino a nadie ni estas por ser flor de tantas flores que andan floreandose por los pasajes …”
Este ejercicio a veces divertido, a veces ingenioso, le sirve no solo para cumplir un efecto lúdico sino que vale para dar gran dinamismo a su poesía.
Ya en el análisis de fondo de DEDICADENCIA dos son las vertientes que emanan de la pluma de Ernesto Intriago:
La primera, el tema del lenguaje coloquial y desenfadado.
La segunda, las constantes evasiones psicológicas a manera de intertextos.
El lenguaje coloquial
Una de las características más evidentes en la poética de Ernesto Intriago es lo coloquial y urbano con que construye y reproduce formas y estructuras propias de la cotidianidad, Ernesto toma absoluta distancia del lenguaje crucigramado y se orienta hacia los temas que le son cercanos, tan comunes y corrientes que nos hace juez y parte de ellos, como si fueran nuestras propias experiencias las que están siendo poetizadas, es decir el poeta logra que seamos parte activa de sus textos.
Muchísimas veces estamos tan inmerso en nuestro nimiedades que nos olvidamos de ver y escuchar las cosas sencillas que justamente por serlo reflejan tanta belleza en sus significantes, y es solamente la mirada acuciosa del poeta, de Ernesto, quien las extrae para sí, y a partir de esto, construye para nosotros los lectores, los referentes que con la sencillez del decir nos lleve a la sorpresa.
Ernesto Intriago con una inesperada madurez transita también por los misterios de la vida y la muerte, poetiza sobre el dolor de la pérdida, sobre el desasosiego de las calles, semáforos y esquinas, la conversación en el confesionario de una iglesia, los perros, los gallinazos o el padre nuestro que llueve las migajas de siempre. Esta voz coloquial y urbana es la del poeta fascinado y autorreflexivo que nos ayuda a visualizar ese mundo paralelo en el que caminamos muchísimas veces a ojos cerrados.
La evasión psicólogica
Este segundo referente, la EVASION se presenta mayoritariamente en textos narrativos y a manera del esquema aristotélico podemos inferir y disfrutarlos a cabalidad, en el caso de Intriago, sus textos han sido creados de tal modo, que las ideas oscilan y se diluyen entre continuos aislamientos, tan lucidos y “volados” a la vez, que su construcción evoca en la memoria la Luz Lateral del gran escritor lojano Pablo Palacio.
Una vía de escape de la realidad del texto lineal, una fuga como único subterfugio para movernos de nuestra comodidad de lectores silenciosos, escarbar en nuestro interior, ha de servir de tirabuzón contra esa tendencia que impide al hombre mirar con ojos limpios hacia dentro y desde ahí al mundo.
Por eso la EVASION es necesaria para que haya un escape dentro del mismo poema, una evasión que nos lleve a retomar el texto y preguntarnos: donde fue que me perdí, que significantes se encuentran ocultos en el interpuesto. De cualquier modo, también será el lector quien desde su propia lectura, se evadirá de la realidad o se comprometerá con ella.
La búsqueda y experimentación se presenta de mínima manera en las jóvenes generaciones de poetas, es por esto que encontrarnos con un poeta que continuamente se va renovando, nos indica que aun tenemos para largo.
(Texto leído en la presentación de la obra Dedicadencia el miércoles 13 de julio en el marco de la Expolibro 2011)
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