Guido Vásconez
Ilustración de José Márquez
En relación al sistema de créditos se destacan las siguientes ideas: un espacio común, que es una finalidad básica del proyecto europeo, exige un sistema de educación comparable, pero también estructuras y contenidos comparables. Sin sistemas de créditos fiables y basados en horas de trabajo de estudiantes, que sean entendidos de la misma manera por todos los interesados no podrán alcanzarse los objetivos de un espacio común de educación superior. Los créditos constituyen una importante herramienta para el diseño del currículo, así como para otros tipos de educación superior como estudios a tiempo parcial y programas de educación continua.
El sistema de créditos requiere de una metodología común para medir el trabajo de los estudiantes. Los créditos permiten calcular el volumen de trabajo del estudiante y ponen un límite razonable a lo que se puede exigir en un curso o año académico. El cálculo de trabajo o carga académica de un crédito debe incluir el número de horas estimadas para que un estudiante promedio logre los resultados del aprendizaje. Un sistema de créditos debe ser transparente, fácil de entender e implementar.
Sobre la calidad de los enfoques de enseñanza y aprendizaje, evaluaciones y rendimientos se enfatiza en que la calidad significa el grado de éxito que logra la educación superior para producir y transferir conocimiento y competencias a cada disciplina y nuevos tipos de aprendizaje. Este proceso exige un lenguaje común que se manifiesta en indicadores. Son indicadores del nivel de aprendizaje adquirido, además de los créditos, los resultados de aprendizaje y las competencias.
El desarrollo de este modelo es consustancial a un proceso que en Ecuador se rotula como “Proyecto Tuning”, mientras que en España es mejor conocido como el Plan Bolonia o el Proceso de Bolonia.
A pesar que en España repudiar el Plan Bolonia significaría algo así como excluirse de Europa, situación que al momento es simple y llanamente impensable, es reconocido por todos que el proceso de Bolonia es controversial y ha sido muy debatido. En España como en Ecuador las voces críticas y llamados de alerta no son escasos pues, en España, especialmente desde sectores estudiantiles e incluso de intelectuales -algunos de mucho peso como el filósofo Fernando Sabater o el investigador norteamericano cualitativo Roberto Stake- se han esgrimido fuertes argumentos en contra; incluso, algunos rectores han criticado el modo en que se ha implantado el proceso. Se suman a los opositores, por motivos de defensa gremial, los colegios de profesionales, como por ejemplo los colegios de ingenieros, para quienes el proceso devalúa la categoría de sus titulaciones.
Se reconoce en el Proceso de Bolonia europeo como hitos principales los siguientes:
La Declaración de la Sorbona rubricada en 1998 por cuatro países europeos: Reino Unido, Francia, Alemania e Italia, en la que se comprometieron a armonizar la arquitectura del sistema de educación europeo.
La Declaración de Bolonia firmada en 1999 por 29 países europeos, entre los que se incluye España.
El Comunicado de Praga, al que se suscribieron 33 países en el año 2001.
El Comunicado de Berlín suscrito en el 2003 por 40 países.
El Comunicado de Bergen celebrado el año 2005 con la adhesión de 45 países.
La Reunión de Londres llevada a efecto el año 2007 en la que, luego de experimentar algunas manifestaciones de rechazo en varios lugares europeos se incluye la “dimensión social” del proceso.
Se podría decir que el objetivo fundamental del Proceso de Bolonia es la constitución del llamado Espacio Europeo de la Educación Superior (EEES), para cuya definitiva consolidación se han programado varios pasos comunes que se han ido demarcando en cada uno de los encuentros y acuerdos bianuales antes anotados.
Uno de estos pasos consiste en estructurar la educación superior en tres ciclos: Bachelor – Master – Doctorado. Cabe indicar que anteriormente en España los niveles de la educación superior eran: Diplomado – Licenciado – Doctor.
El nivel de Bachelor, conocido también como primer ciclo, tiene por finalidad entregar una formación profesional generalista y comprende 240 créditos. Igualmente, se conoce este nivel como “estudios de grado” y de acuerdo a la regulación española tiene una duración de tres o cuatro años. Como ya se anotó, los contenidos deben ser de carácter básico y general con la finalidad de insertar al educando en el mercado laboral y en la sociedad. En este nivel cada asignatura deberá tener un mínimo de seis créditos.
El nivel de Máster o segundo ciclo entregará una formación profesional especializada y podrá comprender entre 60 y 120 créditos.
(Texto que formará parte de la revista libro Cyberalfaro # 21, a publicarse en las próximas semanas)
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