Narrativa
Por: Giovanni Aliatis
Dick 52 años, abogado, cabello negro, lacio, nariz aguileña,1.62 de estatura, de hombros anchos. Trabaja de ocho de la mañana a tres de la tarde en el departamento jurídico del Instituto de Seguridad Social, de tres a cinco en su despacho, Estudio Jurídico M y Asociados y de seis a nueve de la noche como Profesor de Derecho Romano en la Universidad.
Un viernes en el despacho una señorita desea hablar con él, rubia de dieciocho años, 1.70 de estatura, ojos color miel, la cara, la cosa más bella que ha visto en toda su vida, lleva un vestido entallado al cuerpo que deja ver los noventa centímetros de pechos, los sesenta de cintura y los noventa de caderas, unas piernas largas bien formadas que terminan en unos tacos altos para verla más imponente. Se sienta cruzando las piernas de manera que el abogado tenga una buena visión de sus muslos y un poquito más hacia adentro, él se percata que no lleva interiores, ella lo mira a la cara con una sonrisa provocadora.
En su cerebro la avidez y la lógica en guerra, mientras ella pausada le dice, es que mi primito ha perdido el año con usted, he venido a ver cómo solucionarlo, yo estoy dispuesta a todo. Dick con leve aplomo dice, no sé si pueda ayudarlo, ya pasé las notas y veo difícil rectificarlas. Giannina se acerca, le pone el escote en la cara y susurra, invíteme a unos tragos, vamos a bailar y luego decide.
En uno de los bares de la playa sentados, beben, ella juega con sus dedos en los cabellos de él, resbala su otra mano sobre las piernas hasta encontrar el sexo macizo del abogado, quien le suplica como deseando, tranquilízate un poco, es que me vuelves loca papacito le dice ella. Van al motel más cercano. Luego la conduce donde la chica vive, una casa de caña guadua y techo de cadi, se besan largamente, al despedirse Giannina ronronea, cuando era niña tuve un conejito que fue lo que más quise en esta vida, de hoy en adelante aunque ya no quieras volver a verme para mí tú serás mi conejito.
Dick llega a las once de la noche, su esposa Mireya de 52 años, le pregunta si le calienta la comida (…).
El lunes una llamada, ¡hola conejito!, soy Giannina, hola mi diosa, responde, ya mi asistente llevó el oficio a la Secretaria cambiándole la nota a tu primo, quiero verte, no tengo para el taxi, toma uno yo lo pago. Comilona y preludio para el motel, el abogado no regresó a sus trabajos, le propuso que se fueran a vivir juntos, ella que su papi la mataría, si quieres ayudarme conejito, dame el dinero para cambiar el techo de mi casa (…). A dos meses del primer encuentro Dick es un hombre feliz, sus colegas lo envidian, la casa de los papis de la diosa es de cemento armado, consiguió empleo para el papi, le resbalaban los reclamos de su mujer y sus hijos.
Los ingresos de Dick son alrededor de tres mil dólares mensuales, pero desde que la diosa bajó del cielo han mermado, los gastos se incrementan, conejito no me vas a decir que no te gusta verme guapa y atractiva para ti, decía ella cada vez que le pedía dinero (…) .
La situación entre Dick y Mireya se deteriora tanto que ella pide el divorcio, el juez ordena el congelamiento de las cuentas bancarias y encuentra un sobregiro de doscientos dólares en su cuenta. Una noche sus pertenencias están dentro de cajas de cartón y alquila un cuarto en una pensión de mala muerte (…).
Le propone a Giannina casarse, ella le da su promesa y cambia de tema, le dice, conejito has visto esos automóviles pequeños que promocionan, yo hago mis cuentas y con todo lo que gasto en taxi sería más económico si nos compramos un carro de esos, Mi diosa, las cosas están difíciles ahora, ay conejito, dice ella, es que eres tan ingenuo y no te das cuenta que tienes el dinero botado ahí, dinero?, dónde? dice él, mi primito dice que por qué tú no haces lo que hacen los otros profesores, cobran trescientos dólares para pasar de año a los alumnos que no estudian, pones exámenes difíciles y no tienes que aparecer para nada, mi primo hace el negocio, coge cien dólares para él y nos quedan dos cientos por alumno para nosotros, tú tienes tres paralelos de cincuenta alumnos cada uno, que pierdan la mitad el año a doscientos son quince mil conejito, lo que cuesta el carro que me quieres comprar. (…).
Toma examen final de Derecho Romano, el treinta y cinco ciento de los estudiantes sacan menos de cuatro sobre diez, en el examen de recuperación que se realiza ocho días más tarde el panorama es más desolador. El resultado, ella parada junto a un auto novecientos centímetros cúbicos rojo y de paquete.
Un viernes el cumpleaños del jefe del Instituto, el almuerzo y se abren las botellas para celebrar. Dick telefonea a la diosa por lo de la fiesta, quedan de encontrarse a la mañana. Como a las nueve de la noche se termina el licor, va con los colegas a un Bar Karaoke. Se acomodan en un rincón distante de la barra. En la pista la diosa baila con el primo cogida por las nalgas mientras la aprieta hacia su cuerpo y la besa. Le dicen ¡oye Dick! esa no es tu pelada?, Quiere golpearlos hasta matarlos, lo contienen, llora como un niño y deciden salir del sitio (…).
Veinte días han pasado desde la reconciliación, la diosa le habla de un tour a Cartagena, sería hermoso estar los dos solos amándonos en un sitio donde nadie nos conozca, no tengo plata mi diosa repite él como lo había hecho en los últimos días, pero conejito, dice mi primo que le ofrecen quinientos dólares por las preguntas del primer parcial, si haces dos tipos de examen por cada paralelo…
Los enamorados abordan el avión rumbo al Caribe. Se hospedan en un hotel todo incluido, terminan en borracheras que alborotan las hormonas de Giannina, Dick tiene serias dificultades para responder sus requerimientos, le reclama su falta de hombría. La última noche se porta a la altura, a pesar de lo bebido, la diosa no reclama. El avión de regreso parte a las diez. El abogado yace inmóvil y frio en la cama, Giannina recoge sus cosas, toma el efectivo del amante y llega al aeropuerto, a las diez y veinte despega el avión que la trae de regreso a casa.
El informe de la autopsia realizada por los forenses colombianos determina como causa de muerte un infarto cardiaco masivo por sobredosis de Viagra.
Dick 52 años, abogado, cabello negro, lacio, nariz aguileña,1.62 de estatura, de hombros anchos. Trabaja de ocho de la mañana a tres de la tarde en el departamento jurídico del Instituto de Seguridad Social, de tres a cinco en su despacho, Estudio Jurídico M y Asociados y de seis a nueve de la noche como Profesor de Derecho Romano en la Universidad.
Un viernes en el despacho una señorita desea hablar con él, rubia de dieciocho años, 1.70 de estatura, ojos color miel, la cara, la cosa más bella que ha visto en toda su vida, lleva un vestido entallado al cuerpo que deja ver los noventa centímetros de pechos, los sesenta de cintura y los noventa de caderas, unas piernas largas bien formadas que terminan en unos tacos altos para verla más imponente. Se sienta cruzando las piernas de manera que el abogado tenga una buena visión de sus muslos y un poquito más hacia adentro, él se percata que no lleva interiores, ella lo mira a la cara con una sonrisa provocadora.
En su cerebro la avidez y la lógica en guerra, mientras ella pausada le dice, es que mi primito ha perdido el año con usted, he venido a ver cómo solucionarlo, yo estoy dispuesta a todo. Dick con leve aplomo dice, no sé si pueda ayudarlo, ya pasé las notas y veo difícil rectificarlas. Giannina se acerca, le pone el escote en la cara y susurra, invíteme a unos tragos, vamos a bailar y luego decide.
En uno de los bares de la playa sentados, beben, ella juega con sus dedos en los cabellos de él, resbala su otra mano sobre las piernas hasta encontrar el sexo macizo del abogado, quien le suplica como deseando, tranquilízate un poco, es que me vuelves loca papacito le dice ella. Van al motel más cercano. Luego la conduce donde la chica vive, una casa de caña guadua y techo de cadi, se besan largamente, al despedirse Giannina ronronea, cuando era niña tuve un conejito que fue lo que más quise en esta vida, de hoy en adelante aunque ya no quieras volver a verme para mí tú serás mi conejito.
Dick llega a las once de la noche, su esposa Mireya de 52 años, le pregunta si le calienta la comida (…).
El lunes una llamada, ¡hola conejito!, soy Giannina, hola mi diosa, responde, ya mi asistente llevó el oficio a la Secretaria cambiándole la nota a tu primo, quiero verte, no tengo para el taxi, toma uno yo lo pago. Comilona y preludio para el motel, el abogado no regresó a sus trabajos, le propuso que se fueran a vivir juntos, ella que su papi la mataría, si quieres ayudarme conejito, dame el dinero para cambiar el techo de mi casa (…). A dos meses del primer encuentro Dick es un hombre feliz, sus colegas lo envidian, la casa de los papis de la diosa es de cemento armado, consiguió empleo para el papi, le resbalaban los reclamos de su mujer y sus hijos.
Los ingresos de Dick son alrededor de tres mil dólares mensuales, pero desde que la diosa bajó del cielo han mermado, los gastos se incrementan, conejito no me vas a decir que no te gusta verme guapa y atractiva para ti, decía ella cada vez que le pedía dinero (…) .
La situación entre Dick y Mireya se deteriora tanto que ella pide el divorcio, el juez ordena el congelamiento de las cuentas bancarias y encuentra un sobregiro de doscientos dólares en su cuenta. Una noche sus pertenencias están dentro de cajas de cartón y alquila un cuarto en una pensión de mala muerte (…).
Le propone a Giannina casarse, ella le da su promesa y cambia de tema, le dice, conejito has visto esos automóviles pequeños que promocionan, yo hago mis cuentas y con todo lo que gasto en taxi sería más económico si nos compramos un carro de esos, Mi diosa, las cosas están difíciles ahora, ay conejito, dice ella, es que eres tan ingenuo y no te das cuenta que tienes el dinero botado ahí, dinero?, dónde? dice él, mi primito dice que por qué tú no haces lo que hacen los otros profesores, cobran trescientos dólares para pasar de año a los alumnos que no estudian, pones exámenes difíciles y no tienes que aparecer para nada, mi primo hace el negocio, coge cien dólares para él y nos quedan dos cientos por alumno para nosotros, tú tienes tres paralelos de cincuenta alumnos cada uno, que pierdan la mitad el año a doscientos son quince mil conejito, lo que cuesta el carro que me quieres comprar. (…).
Toma examen final de Derecho Romano, el treinta y cinco ciento de los estudiantes sacan menos de cuatro sobre diez, en el examen de recuperación que se realiza ocho días más tarde el panorama es más desolador. El resultado, ella parada junto a un auto novecientos centímetros cúbicos rojo y de paquete.
Un viernes el cumpleaños del jefe del Instituto, el almuerzo y se abren las botellas para celebrar. Dick telefonea a la diosa por lo de la fiesta, quedan de encontrarse a la mañana. Como a las nueve de la noche se termina el licor, va con los colegas a un Bar Karaoke. Se acomodan en un rincón distante de la barra. En la pista la diosa baila con el primo cogida por las nalgas mientras la aprieta hacia su cuerpo y la besa. Le dicen ¡oye Dick! esa no es tu pelada?, Quiere golpearlos hasta matarlos, lo contienen, llora como un niño y deciden salir del sitio (…).
Veinte días han pasado desde la reconciliación, la diosa le habla de un tour a Cartagena, sería hermoso estar los dos solos amándonos en un sitio donde nadie nos conozca, no tengo plata mi diosa repite él como lo había hecho en los últimos días, pero conejito, dice mi primo que le ofrecen quinientos dólares por las preguntas del primer parcial, si haces dos tipos de examen por cada paralelo…
Los enamorados abordan el avión rumbo al Caribe. Se hospedan en un hotel todo incluido, terminan en borracheras que alborotan las hormonas de Giannina, Dick tiene serias dificultades para responder sus requerimientos, le reclama su falta de hombría. La última noche se porta a la altura, a pesar de lo bebido, la diosa no reclama. El avión de regreso parte a las diez. El abogado yace inmóvil y frio en la cama, Giannina recoge sus cosas, toma el efectivo del amante y llega al aeropuerto, a las diez y veinte despega el avión que la trae de regreso a casa.
El informe de la autopsia realizada por los forenses colombianos determina como causa de muerte un infarto cardiaco masivo por sobredosis de Viagra.
Giovanni Aliatis nació en Manta, su familia italiana se asentó en esta ciudad. Estudió en el colegio San José, y en la Universidad Central La Sapienza de Roma se especializó en neurología, tiene 25 años de experiencia profesional. Ha sido Director del Hospital Rafael Rodríguez Zambrano, Director Provincial de Salud, Presidente Nacional de la Liga Ecuatoriana contra la Epilepsia (LECE), sobre esta enfermedad escribió un libro.
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