martes, 22 de noviembre de 2011

Hallado en la grieta, lo nuevo de Almuerzo Desnudo

Esta obra se presentará en la Feria Internacional del Libro, Quito 2011

La novela Hallado en la grieta, de Jorge Velasco Mackenzie, es la novedad del catálogo literario Almuerzo desnudo, del sello Mar Abierto. Compartimos detalles sobre la obra y su autor.
COMENTARIO
Una nostálgica narrativa de tormentos e insidiosos idilios, se entreteje durante el desenlace de la última urdimbre novelesca de Jorge Velasco Mackenzie (Guayaquil, 1949), al permitimos compartir este, su vigésimo segundo engendro literario, que muy insular e inspiradamente, ha bautizado como Hallado en la grieta.

Nosotros, hipócritas e incautos lectores, asistimos a la tormentosa historia amorosa entre dos personajes que revelan y rememoran, su escabroso enlace amatorio y paradisiaco peregrinaje isleño, transcurrido en los entrañables escenarios de nuestro archipiélago, donde se fabulan los entretelones de los convulsionados acontecimientos y circunstancias, que aureolan la vida, pasión y experiencias de Ailyn y Valdemar Ventura.

Voluptuoso vínculo aquel, que se remonta a un tétrico y turbio pasado pletórico de dolorosos recuerdos que reflejan -desgarradoradamente, en la memoria de la protagonista-, el pavoroso estallido atómico perpetrado contra Hiroshima y Nagasaki, en siniestro aquelarre de tatuadas lágrimas ante los hibakushas japoneses, inmolados por el atroz bombardeo.

La lectura de esta sobrecogedora narración novelística de Velasco Mackenzie, nos convida a dilucidar el recuento de todo un engranaje enmarañado de lujuriales intrigas, odiosidades y venganzas, que envuelven a los personajes en su desfile por las cautivantes páginas de esta obra, consignando las borrascosas vivencias de estos embriagados seres, motivados por la desmesurada ambición de escarbar acerca de una historia trágica sucedida en aquellas ínsulas extrañas, finalmente hallada en una grieta de Corona del Diablo, siguiendo la travesía a bordo de una nave del mal.

Embarquémonos pues, a desentrañar esta enigmática aventura escrita con minuciosa pasión…
Víctor Garay Oleas

FRAGMENTO
El infierno del paraíso
“Hay una edad en que la vida, más que dar te quita”, dijo Valdemar mirando la línea verde nítida en el horizonte. El Albión avanzaba sobre aguas procelosas y había un cielo abierto, sin nubes. Él estaba de pie, apoyado en la borda, y ella tendida en la reposona, sus manos ocupadas en sostener grandes vasos de cerveza amarilla, libres de espuma. La espuma tampoco estaba en el mar que golpeaba despacio el casco del barco.

Las islas aún se hallaban lejanas y el tiempo se terminaba. Eran esas islas encantadas y malditas que atraían a turistas de todas partes del mundo; ellos venían aquí a morir, o a ser felices antes de que esa fatalidad los alcanzara.

Valdemar se volteó para verla: largo tiempo había dejado de ser bella, o poseía una belleza lejana de la que apenas conservaba un rasgo, esa parte del asombro que lo conturbó años atrás. Se llamaba Ailyn y sus padres habían venido de Oriente para engendrarla aquí: “Lejos del continente y las pestes”, como acostumbraba decir.

Valdemar era viejo, un hombre de manos fuertes y espalda ancha; encanecido, gozaba de una extraña vitalidad que lo mantenía despierto desde el alba hasta muy entrada la noche. Había heredado una pequeña fortuna de un padre laborioso, fabricante de objetos de tagua: botones, llaveros, insignias, anillos y collares; pulseras que pulía en delicados tornos que él mismo inventaba. Valdemar nunca lo ayudó, o el viejo Valdemar padre jamás le pidió que lo hiciera. Se ocupó en otras cosas del mundo: viajes, libros, mujeres, muchos vinos y su irrefrenable pasión por el mar. Semanas atrás lo había atacado un infarto leve y su vida cambió; esa palabra dejó de pertenecerle a los otros enfermos y desde esa mañana formó parte de su vida.

Jorge Velasco Mackenzie (Guayaquil, 1949): Narrador, catedrático universitario y ensayista. Coordinó los Talleres Literarios del Banco Central en Guayaquil. Ha ejercido por varios años el periodismo.

Entre su vasta bibliografía constan las novelas: El rincón de los justos (1983), Tambores para una canción perdida (1986), El ladrón de Levita (1990), En nombre de un amor imaginario (1997). Río de sombras (2003), entre otras.

También ha publicado en cuento: De vuelta al paraíso (1975); Como gato en tempestad (1977); Raymundo y la creación del mundo (1979); Músicos y amaneceres (1986); Palabra de maromero -antología personal- (1996); Clown y otros cuentos (Guayaquil, 1988); Desde una oscura vigilia (1992).
En poesía: Colectivo (1981) y Algunos tambores que suenan así (1981)
En teatro: En esta casa de enfermos (1983).
Su obra, en distintos géneros, ha obtenido prestigiosos premios y reconocimientos.

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