miércoles, 30 de junio de 2010

Varios frutos del Encuentro y Muestra de Editoriales

Conesup, Universidad Técnica de Ambato, Universidad Técnica del Norte, Universidad Politécnica Salesiana, Universidad Tecnológica Equinoccial de Quito, Universidad Alfredo Pérez Guerrero, Universidad Estatal de Milagro, Universidad Estatal de Guayaquil exhibieron libros.

El Encuentro y Muestras de Editoriales Universitarias dejó como resultado final la conformación de la Red de Editoriales Universitarias de Ecuador, pero no solo en este paso necesario radica la importancia de este evento desarrollado, del 16 al 18 de junio, en el Vicerrectorado Académico de la Uleam , pues las conferencias, foros y exhibición de libros sirvieron para que los editores despejen dudas, discutan problemáticas comunes y vislumbren el panorama de lo que se hace en el país y fuera de él.
Pablo Xavier Grijalba, representante de la Universidad Técnica del Norte (Ibarra), fue uno de los participantes que trajo muestras de lo que hacen en la editorial universitaria y aprovechó para conocer los libros de Mar Abierto de la Uleam. “Es importante conocernos, pues en cada región, en cada ciudad se trabaja a espaldas de lo que se hace y eso hay que cambiar”.
Mar Abierto fue la organizadora y anfitriona de esta cita donde se analizaron los temas: marcas, procedimiento de registro e influencia en el contexto comercial; la edición universitaria, circulación y visibilidad; fundamentos de derecho de autor; el libro digital y la difusión del conocimiento; el trabajo en red y los retos de la edición universitaria; la capacitación como instrumento de cambio y gestión. Además se socializaron experiencias editoriales de México, Colombia, Brasil, Costa Rica y por Ecuador los casos de análisis fueron Abya – Yala, Universidad Alfredo Pérez Guerrero; y Uleam.

Marcas y derecho de autor
Marcas, derecho de autor, y de explotación fueron quizá los temas que más preguntas generaron entre los participantes. Andrés Ortega, de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt), aclaró que cuando una investigación es financiada por una institución pública (universidad estatal por ejemplo) no se puede decir “esto es mío”, los derechos de explotación le pertenecen a la universidad. “Si en la investigación, en el desarrollo de un producto no han intervenido fondos públicos eso sí puede registrarse con el nombre del investigador.
Destacó que lo más importante cuando se tiene una invención o un modelo de utilidad (mejoramiento de productos ya existentes) es registrarlo antes de llamar a la prensa, publicar un libro o subir fotos y más información a internet.
Para Flavio Arosemena, del Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI), el tiempo fue corto para su conferencia “Fundamentos de Derecho de Autor” dada la cantidad de preguntas que, alternando a su exposición, contestó eficazmente. Aclaró que la propiedad privada es muy diferente a la propiedad intelectual, pues ésta última en todas sus formas está sujeta al límite de tiempo. “A diferencia de las marcas, para reclamar derechos de autor no se necesita de registro, el derecho de autor es automático”.
Arosemena precisó que los derechos económicos son renunciables, se puede negociar, por ejemplo, con una editorial. Pero los derechos morales no. “La editorial no podrá alterar la obra sin permiso del autor. Si se trata de un pintor, el puede vender el cuadro, pero puede disponer de él para una exposición”.

La distribución
Mario Castillo, experto fundador de editoriales en Costa Rica, señaló que los textos no deben regalarse, pues la venta permite financiar otros libros y ayudan a que las editoriales desarrollen nuevos proyectos de crecimiento. Puso como ejemplo que cuando se dona un libro se sugiere su lectura, pero no se garantiza que quien lo recibe sin pedirlo finalmente lo lea. Al contrario, cuando alguien hace una inversión, por mínima que ésta sea, se asegura la lectura. Manuel Albán, de la Universidad Estatal de Bolívar (Guaranda) y Luis Álvarez, de la Politécnica Salesiana del Ecuador, discreparon con esto, pues consideran que el rol de las universidades es la vinculación con la comunidad y que la difusión del conocimiento es una forma de lograrlo.
Ramiro Arias, de la editorial Eskeletra, puntualizó que en Ecuador hay el fenómeno de reducción de tiraje y que esto tiene que ver con el hecho de que las editoriales no desean tener un stock que aumente sus inventarios, además de ocupar espacio en sus bodegas tiene efectos tributarios que se vuelven insostenibles cuando no hay movimiento.
“Uno de los canales de distribución tradicionales de la editorial es la librería, pero actualmente ésta solamente elige lo que le conviene y su primer pedido generalmente no pasa de 10 ejemplares. ¿Hace falta una política de coordinación de lo que se publica entre lo que quiere la librería? Es por ello que la editoriales buscan distribuciones alternativas como la Campaña de Lectura Eugenio Espejo que entrega sus libros a los usuarios después del pago de la planilla de la luz o del agua potable, otras en cambio trabajaban con los profesores entregándole un valor agregado como cursos o conferencias breves de capacitación sobre temas que tienen que ver con su docencia y aplicación de sus lecturas, otras hacen ferias itinerantes, etc”, detalló Arias.

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