martes, 30 de julio de 2013

El peligro de amarte

Dotar de instrumentos para escribir literatura es tarea de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí y publicarla de la editorial universitaria Mar Abierto. De lo científico a lo artístico, de la madurez a la juventud, las colecciones y líneas de producción se encuentran organizadas, por etapas de selección y control de calidad. Destacamos para este caso la promoción de autores jóvenes, en colecciones para motivar lectores. Por aquí pasaron firmas frescas como Yuliana Marcillo, Diana Zavala o Ernesto Intriago, entre otros. Para este caso, una obra sencilla y no menos importante la tenemos lista para los próximos días. “El peligro de amarte”, autoría de Natalia M. Rodríguez, una novela juvenil donde el amor y el peligro se ven las caras donde se encuentren, un fragmento, lo describimos:  

LIBRO. Esta es la portada tentativa elaborada por nuestro diseñador gráfico José Adrián Márquez. La fecha de presentación de El Peligro de amarte será dentro de pocas semanas.
 (…)No sé cuánto tiempo me quedé al filo de la cama tratando de unir cabos sueltos, pero la verdad es que tenía solo eso: cabos sueltos. Ninguna conexión. Aunque algo era seguro, conocía a Dominic Stevens. Hablaban muy amistosamente aquella noche en el club en Londres.
¿Quién eres “Justin”? ¿Quién rayos eres?, me dije.
Pensé que encontraría quizá algo más en aquella maleta, sin embargo, me detuve al sentir el clic de un arma detrás de mi cabeza.
Más vale que tengas una buena excusa de tu irrupción en este lugar, porque en serio tú me caes bien —aquella voz masculina estaba a mis espaldas y no precisamente seduciéndome a besos—. Ya decía yo que era demasiada casualidad haberte visto aquella mañana frente a esa cafetería en Londres, y además a bordo de este crucero. ¡Ah! Casi lo olvido: Y que también se pierda mi llave. ¡Qué eficiencia la de recepción al tener copias!
¡Diablos! No solo me atrapaba, incluso me había visto en Londres. ¡Maldito!
No me iba a dejar apuntar así nada más. En un movimiento rápido volteé sacando mi arma de mi muslo, justo escondida en mi falda y lo apunté igualmente.
¿Me buscabas, belleza? —me guiñó un ojo mientras mostraba una sonrisa fastidiosamente cínica.
Cometes un error al apuntarme —lo desafié.
Dime, ¿qué pudiste encontrar interesante dentro de estas cuatro paredes?
A un idiota con un arma—soltó una carcajada.
No, linda, esa no la has visto aún.
¡Y estoy segura de que no tiene ni calibre de 25, cariño!—volvió a carcajear.
Me encanta tu sarcasmo, pero eso no te va ayudar, Vanessa—enfatizó de modo especial el nombre. Cada vez me daba más desconfianza.
Pues al parecer tú tampoco eres muy inocente aquí, ¿no? —seguíamos apuntándonos uno al otro y no había duda de que ambas armas estaban cargadas.
De acuerdo. Yo creo que es mejor que… —retiró sus brazos extendidos lentamente— nos calmemos un poco —llevó ambas manos al aire a la altura de su cabeza—, ¿no cree…, Agente Williams?
Parpadeé en desconcierto puro sintiéndome nerviosa de repente. ¿Cómo sabía mi nombre?, era la única pregunta que rebotaba en mi mente. En una fracción de segundo cambió mi humor a una rabia apenas contenida al apretar ligeramente el gatillo. Tenía que darme una buena explicación si no quería terminar encharcado en su propia sangre.
Distraída, perdí la concentración de tal forma que en un movimiento rápido el idiota me quitó el arma y me acorraló con mis brazos en la espalda,  aprovechó para apuntarme con mi propia pistola en la sien.
Sí, preciosa, sé quién eres —me dio a forma de respuesta ante mi mirada confusa.
¿Entonces qué? ¿Me matarás y ya? Cariño, no creo que te convenga hacer eso. Te vas a meter en problemas, te lo advierto.
Problemas es mi segundo nombre. Estuviste jugando con fuego todo este tiempo, Williams. Muy en el fondo sabía que no eras solo una chica en busca de una noche de placer.
Casi funciona, ¿no? —aproveché para liberarme de un tirón y puse su peso en mi espalda lanzándolo al suelo en una perfecta llave de judo. Al dejarlo en desventaja me apresuré en quitarle el arma—. ¡Te dije que era un error apuntarme, imbécil! ¿Cómo sabes quién soy? —lo apunté firmemente mientras la punta de mi tacón aguja ejercía presión sobre su garganta.
¿Tanto te preocupa? —otra vez esa sonrisita cínica.
¡Más vale que me respondas de una vez antes que te atraviese la garganta! ¿Cómo sabes quién soy? —se me agotaba la paciencia.
Se supone que hay que conocer al equipo con quien uno trabaja.
¡Yo no trabajo para tu bando, idiota!
Pues fíjate que sí, de hecho, ambos lo hacemos.
¡Ya, déjate de rodeos!
¡Cálmate!
¡Habla de una vez!
¡Dios! Williams, me estás lastimando con esta cosa —se quejó de mi tacón que seguía en su cuello.
¿Por qué cada vez que yo estoy en un lugar tú también lo estás?
Porque tenemos el mismo objetivo, compañera.
Mira, estoy a tres segundos de clavarte una bala entre las cejas, ¡ya dime quién demonios eres! —me distrajo el sonido de mi celular.
Te apuesto lo que quieras a que es Fox, listo para darte instrucciones.
¿Cómo conoces a Fox? —me desesperé más.
Contesta, ya deberías saber que no le gusta esperar —el desgraciado tenía razón, pero… ¡diablos! ¿Cómo sabía todo eso?...

Acerca de “El peligro de amarte”
Sobre la novela, el escritor quiteño Juan Secaira expresa que esta es una novela que, en el mejor sentido del término, entretiene, y presenta una continuidad semejante a un thriller con los ingredientes clásicos del género de espionaje. Un grupo del crimen organizado, denominado El Sol, unos agentes en busca de cumplir con una misión secreta, engaños, suspenso, tensión. Y sin embargo, no es solamente una novela de espionaje sino de amor, del descubrimiento del amor en manos de un personaje femenino creíble y con propósitos que van desde su anhelo de venganza hasta la creación de una vida distinta.

Un amor que nace y crece en condiciones de completo riesgo, en medio de la acción, de bombas y tiroteos, para demostrar que el sentimiento es mucho más poderoso y vigente, más aún en un contexto en el cual se va perdiendo la conciencia de la humanidad.

Una novela entretenida debido a la proliferación de diálogos y a precisas descripciones, con un lenguaje que prefiere centrarse en la trama que en la configuración de grandes metáforas o pomposos discursos.
En ese entramado de la relación entre los personajes se sostiene la historia, en sus maniobras y en sus sueños, en la capacidad por no convertirse en máquinas de matar sino en personas de carne y hueso dispuestas a cumplir misiones peligrosísimas mientras cuidan las unas de las otras, y hasta se enamoran y se aman de verdad.
 
Natalia M. Rodríguez es una joven que se está formando como escritora. Su primer libro saldrá en la colección de Narrativa Juvenil.
Datos de la joven autora
Natalia M. Rodríguez tiene 19 años es bachiller en el Colegio Técnico Nacional “Manta”, especialidad de Informática, por ese tiempo incursionó en la literatura, en los ratos libres que sus obligaciones académicas le proporcionaban. Actualmente es estudiante de la carrera de Publicidad y Mercadotecnia en la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí.
Esta es la primera obra que publica de su autoría, en la colección de Narrativa Juvenil de editorial Mar Abierto.
Varios de sus textos se han publicado en formato digital con gran aceptación.



 

No hay comentarios: