martes, 6 de diciembre de 2011

LA REUNIÓN DE LAS ATEMPORALIDADES

Paúl Puma atento al análisis de Freddy Ayala.



Por: Freddy Ayala Plazarte

En referencia a la antología poética de Paúl Puma considero plantear el juego de las atemporalidades dentro de un esquema de temporalidad compleja, ambigua, con la visión y este mutable presente me permiten contextualizar la construcción atemporal, del no-tiempo, que representa su antología poética (Editorial Mar Abierto, 2011).

Pensar que después de haber interrogado al destiempo, y volver al lugar donde ya no caben los cuerpos, estar únicamente en el espacio donde caben las imágenes, es el juego de la temporalidad por la que el poeta Paúl Puma (Quito, 1972) ha optado en este libro. ¿Qué implica reunir cuatro libros y casi 16 años de trayectoria? Es posible que Paúl haya llegado al principal kilómetro de sus memorias; la consigna de congregar sus temporalidades poéticas.

Y en la amplia, trascendente y experimental poética de Paúl no encontramos con la ironía de encontrar sentido en el absurdo, ya no es el arte por el arte como marcaban las referencias simbolistas de la poesía europea, ya no es el absurdo por el absurdo, ahora es el absurdo por el sentido, más aún, el sentido del sin-sentido que Cortázar indagó en los relatos de sus cronopios (formas y objetos significantes que emitían significados), o más acertadamente doy un paso más allá de la metafísica e indago en la propuesta del patafísico Alfred Jarry, que edifica la condición del sujeto en el mundo desde un sentido consciente hacia lo inconsciente.

Y si nos referimos a lo absurdo desde la comprensión de lo que está atrás de las cosas que son vistas como “normales”, no obstante; para Albert Camus, la vida adquiere trascendencia y sentido cuando se comprende la absurdez de los actos que la rigen, como las falsas creencias existentes.

Paúl apuesta por el absurdo, para hallar soluciones imaginarias, a los héroes, a personajes poetas, pintores, y padres ancestrales; así me refiero a que el argumento de su poética se visualiza en la personificación del lenguaje, el empleo del lenguaje da como resultado la teatralidad del mundo, una teatralidad que dialoga con el mundo imaginario del personaje en cuestión, del lector y del mismo poeta, su obra es la suma de representaciones y modos experimentales del lenguaje y el sujeto, ambivalencia de la memoria entre el pasado; ancestral, heroico, versus el presente; pop, tecno, mecanizado, pocos poetas arriesgan la conciencia para empoderar significados, a partir de las referencias expuestas.




Antología personal, editado por Mar Abierto




Y entonces, es poesía atemporal por las reinvenciones metafísicas y absurdas dadas en el lenguaje y lo hace desde referentes de sus épocas que ha personificado como: Rimbaud, Verlaine, Natalie Bonjour, Eloy Alfaro, Felipe Guamán Poma de Ayala, Oswaldo Guayasamín y Luigi Stornaiolo, aquí caben, alfabetos cósmicos, sistemas numéricos, fórmulas cuánticas, grafías que sustituyen el lenguaje para pausar la mirada.


Temporalidad 1. Los versos animales (1995)

En el libro 1. El autor ha retomado el tiempo simbolista, con los poetas Arthur Rimbaud y Paúl Verlaine, quienes encarnaron la burguesía y el mundo bohemio, marginal y de liberación de la Francia del siglo XIX, y nos dice; “Tu verbo me huele a opio, a mordaza, a labio enfermo, a seducción (…)”, más aún; “Y claro, os culpo, o culpo a tu madre mariposa, de haberte elegido entre la edad de los huesos que pervierte al mundo”. Y finalmente; “Maldecir los animales por sus versos con la tinta del adiós”, son los pecados acometidos y la fijación inconsciente del poema, que se propone develar en estos dos personajes, quizá los versos expresan en mínimo grado la animalidad del hombre y el poeta lo pone en evidencia para que el cuerpo envanezca y para decirnos que somos palabra.

El libro 2. Natalia Bonjour, un personaje femenino que es maternal, y representa la figura del mantis, porque el poeta se ve como un hijo hedónico, seguidor de sus imperativas imágenes; “Le imagino cómo era: leona horizontal su lengua en cada coma orgásmico” “Natalia quiébreme su instinto hiena y chúpeme en su médula” “con tanta pena kilométrica, con tanto adiós en el pelaje, te amo, aquí (…)”. No hay linealidad al leer a Paúl Puma, es un juego lúdico de resonancias intertextuales y encuentros oníricos que se dibujan con la palabra, su escritura plantea un dislocamiento que halla el orden en el inconsciente, en el sentir, en el rito paroxístico de sus versos.




Paúl Puma compartiendo con el público parte de su poesía



Temporalidad 2. Eloy Alfaro hiper star (2001)

Y desde el inicio señalo que este libro es una revelación opuesta a la monumentalidad heroica que se practica en la actualidad; más bien, Eloy Alfaro el “viejo luchador” es dilucidado con un diálogo entre la memoria de un hombre que desacraliza la leyenda para cuestionar su identidad genética y posición ante el cosmos; aquí el héroe es un hombre que se pregunta por una deidad y por su condición de sujeto capaz de lenguaje e imaginación; “en el inicio dios creó la amargura/ la tierra estaba desordenada y vacía” “y dios extrajo la lágrima/ y dios extrajo la lágrima/ el cielo y la tierra”; no obstante, aquí el héroe no es el mito de la victoria, el macro poder, es decir, acertadamente aquí la poesía es un micropoder para historizar y contestar hechos acontecidos “mirada del poder/ de la confabulación cínica/ de la tiranía/ de la dictadura de la estupidez”.

Paúl Puma reclama un dios al abandono y a la desidia cometida; como dato histórico trágico, este largo poema confirma, el general fue un hombre de tierra ecuatorial, de ideales materializados y renovadores; “familia/ expatria/ repatria/ familia/ y tu H/ que es un hombre su costilla y su espejo y su sueño”. “eloy alfaro hiper star/ víctima de la carnicería/ cadáver irreconocible”.

Además; el lenguaje poético articula la imagen del héroe, el poeta se ha valido de grafías como el punto o la sustitución de palabras por dibujos para entablar conversaciones visuales desde la poesía, así le habla a Eloy Alfaro su “abuelo”; “ser de mi no ser/ fuera del punto y de la coma/ fuera del punto y de la coma”.

Entonces, tenemos memoria paterna, memoria de siglos y somos una memoria de memorias, Paúl reconoce una identidad colectiva que ha estructurado la caída de Eloy Alfaro, deconstruyendo el lenguaje; “epopeya de las cenizas vivas (…)/ en nosotros tus nietos/ en esto/ donde aún te sobremuero/ te bajo vivo/ te soy”.

Según Antonio Valdecantos; “nuestros yoes pasados nos son más cercanos que la mayor parte de las personas”. Y este “yo” trabaja Paúl Puma, porque precisamente está más cerca de la mimesis con la personificación del héroe, como un ícono en la historia del Ecuador, buscando la memoria colectiva de la Nación.







Temporalidad 3. Felipe Guamán Poma de Ayala (2002)

Como lo dijo ya el peruano Mariátegui que la literatura indígena históricamente ha sido escrita por mestizos, pero este señalamiento es un argumento para enfatizar el interés que ha congregado hablar sobre la condición del indio. En este intenso poema referente al tiempo de la colonia, Paúl Puma expone la dominación y también la reivindicación del indígena, donde se poetiza la cosmovisión andina y el tiempo del indio, donde Guamán Poma es el personaje para exponer la imaginería del mito, aquí Paúl ejerce una poética en la imagen paranoica, es decir, verse como el inca de la dinastía y como el poeta que habla del inca; “Y guardaste 600 años de silencio porque no tenías a quién contarle lo que ni siquiera recordabas: tu nombre”.

Mediante un lenguaje simbólico; nos encontramos con el mundo andino, la cosmovisión y la extirpada idolatría del indio, aquí no hay un tiempo lineal, aquí hay un tiempo fractal, primordial, además, desmitologiza el discurso escindido y territorial de Perú y Ecuador, porque Cuzco y la Mitad del mundo son finalmente mundos hermanos.

El spondylus, la piedra, los kipus, el poncho, el collar, el barro, los puntos cardinales, el ayllu, la oralidad, la Pacha mama, los amautas, la cebada, la quinua, así legitima como los símbolos ceremoniales y sagrados del indígena, Paúl escribe con absoluta destreza este libro, porque hace memoria de un pasado en el que físicamente no estuvo, pero, es posible que la imaginería esté más cerca de la sustancia de la cosa, que la misma ausencia sea el escenario que mejor habita la poesía, cito; “Ah, de ti Felipe, grupo de polvo, tremenda vía láctea, cuerpo celeste del uno/ tatarabuelo mío.” “Reto de enfrentar la colonización del lenguaje impuesto desde otro lenguaje”. Y entonces, ha encontrado en el lenguaje poético una memoria ancestral de los Andes, ha hecho cuerpo del dolor, y nombra a guerreros ancestrales como; Rumiñahui, Calarca, Tupac Amaru, Tupac Catari, Caupolican, Tehuelche.

Además, el indígena recobra su imagen ante el mundo porque ya no es un mitayo; “Me recuerdas que “los indios sin alma” también pueden sonreír”. Para Puma la metáfora del lenguaje trabaja en función que evoca la memoria y el arquetipo; “Y recordamos a Dios que la palabra indios termina en Dios”.

Felipe Guamán Poma de Ayala recoge la tradición y la praxis andina del indígena, su entorno montañoso, ceremonial, su equilibrio y entendimiento de la tierra para cosechar un tiempo primordial. Pero el poeta se cuestiona a sí mismo por la ausencia milenaria de su abuelo Guamán; “Perezca el día en que naciste y yo morí”. Al final, Paúl reposiciona su condición de pertenencia y se introyecta en la memoria patriarcal; “Eres Felipe Guamán Poma de Ayala: Soy Felipe Wamán Puma de Ayala/ Retornas a nosotros. / Al fin somos/ uno mismo.




Paúl Puma firmando su antología a varios de sus lectores





Temporalidad 4. PI (2010)

Pi, o la cifra numérica en el sistema matemático griego, considerada irracional, aquí Puma se apropia de este símbolo irracional, anticonvencional para reescribir la imagen de dos pintores relevantes en la pintura ecuatoriana; Oswaldo Guayasamin y Luigi Stornaiolo, en los fragmentos de estos poemas que el autor nos ofrece, noto la continuidad de sus anteriores obras, la hermética textual y la óptica inconsciente en la creación para elaborar el lenguaje, pero este propósito intencional revela que hay una mirada atrás del pintor y otra mirada que se interpela con el cuadro del artista, sin embargo, el espejo es la sociedad para elaborar significantes-significados en imágenes poéticas que teatralizan el “yo” interior, está en perspectiva la imagen de la sociedad; abolida, desencantada, que intenta retornar con el anima mundi.

En el poema a Oswaldo Guayasamín hay un hilo conductor de la A-Z para ir construyendo desde la letra inicial una metáfora del mundo, aquí ya no es la palabra la que da el sentido, es la visión del mundo que prevalece; “P de la palabra pueblo destruyéndose, rehaciéndose también en tus entrañas, /en tu mirada ansiosa de bondad para este mundo (…)” “P que se arrima al arte de pintar el gran Desastre de la humanidad”.

Sin embargo, la P es un punto cósmico para hablar de la primordial Amaruka-América; “oda cerámica precolombina, pariente de los molinos de la Isla de Pascua: nuestro más profundo Cementerio Inca (…)”. En Paúl la Letra es un símbolo minimal, que le permite mimetizar al mundo con rostros, personajes o lugares del pasado.

“Verbo de los óleos/ hacia el volumen. Cuerpo más acá del volumen/ Ser etéreo, cósmico”. Hay un conocimiento de las culturas precolombinas; “Sangre de la línea del ecuador celestes desde donde se mide la declinación de las estrellas y los planetas”. Entonces, Guayasamín ya no es un hombre ni el pintor indígena que expresó el dolor, Guayasamín es una imagen para decir lo que es el Ecuador de los ancestros y apus. “Autorretrato de todos nuestros próceres de nuestra raza vencida”, acaso para Paúl el pintor es el rostro de la conquista, el rostro físico de la derrota, pero no del espíritu indígena. “Oswaldo Pikero de Patas Azules Guayasamín. / Oswaldo Galápagos Guayasamín. / Oswaldo Guayasamín. /Guañasamín. Guayasamín. / Alli punlla Guayasamín.

Paradójicamente Luigi Stronaiolo está simbolizado desde una óptica urbana, contemporánea, donde Paúl interroga a Luigi como un espejo y desde sus cuadros personifica la condición existencial del ser; “el narciso penetrado en el espejo de sí mismo (…) el espejo del espejo del espejo”. La poética radica en composiciones isomorfas, para edificar la vejez como; “un cuerpo consumiéndose en sus ácaros/ ¡ácaros! (…) te agitas en la s de tu nombre (…)/ evocas la maldad de este mundo/ encarnas el pecado para matarlo un poco de ti (…) gritas en óleo”.

En la pictórica de Luigi nos encontramos con personajes deformes, y la monstruosidad del humano es un permanente referente para negarse en el mundo, el hombre expresa maldad en la medida que cuestiona una bondad tradicional, es la condición del ser en relieve peyorativo y ahí el pintor como un mensajero del “mal”, y ahí el poeta como un arqueólogo de la necedad, como un prójimo de la locura y el individualismo; “ilustrados de flagelados monstruos bordados por salivazos de lava/ un laberinto encontrado en el laberinto de tus ojos pintados (…). tu humilde escritor/ el narciso saliendo de mí mismo (…) hermano mío/ oro”

Paúl es un habitante del tiempo occidental y andino, porque en la medida que puede estar en estos tiempos ejercita su memoria poética, su noción del tiempo está estructurada en perspectiva de conciencia, tiene conciencia colectiva de sus orígenes y por eso retorna al ayer de la imagen para construir su presente lírico, y no trabaja la teatralidad con la kinésica corporal, no le interesa el cuerpo moderno, capitalista, a Paúl le interesa teatralizar desde el cuerpo la imaginación y la memoria, está por fuera de la normativa corporal.

Paúl Puma, este gran poeta ecuatorial, andino, latinoamericano nos ha demostrado todo un universo cosmogónico de formas poéticas, donde ha entablado con héroes, ancestros y pintores, una conversación etérea, es la poesía el mutismo (como acto reflexivo) en la cual nos desplazamos hacia otras dimensiones, quizá nuestras. La memoria e imaginación de Paúl han sido temporales (por el tiempo en el que escribe) y atemporales porque retorna al pasado, aquel pasado que es su presente conceptual y perceptivo.

Y no pretendo legitimar en este discurso a Paúl en su obra desde un ismo o escuela literaria del canon, no interesa saber si es un referente de su generación, creo que estas discusiones le corresponden a la poshistoria, pero si tengo la firme certeza de que su poética ejerce la vanguardia, ese estar replanteando lo que se calla en una determinada época, al igual que Hugo Mayo, Jorge Carrera Andrade, César Dávila Andrade, Gonzalo Escudero, Miguel Ángel Zambrano, Alfredo Gangotena, ha asumido con responsabilidad la tarea de inscribir el mármol de su patria, la memoria de nuestro país equinoccial, porque sabes reconocer la continuidad del mármol, la piedra desde donde escribes y reescribes, te deseo lo mejor.
Quito, 1 de diciembre 2011

(Texto leído en la presentación de la obra Antología personal de Paúl Puma, en el auditorio ICAPI del Centro de Convenciones Quito, dentro del marco de programación de la IV Feria Internacional del Libro Quito 2011, el jueves 1 de diciembre)

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