miércoles, 4 de agosto de 2010

Un tributo a la Uleam


Por Guido Vásconez

Voy a leer mi intervención, para no desperdiciar un segundo; ni decir una palabra más, ni una menos de las que se pueden decir en el tiempo asignado por los organizadores de este evento.

Empiezo reafirmando mis agradecimientos al Dr. Medardo Mora, magno Rector de nuestra universidad y al licenciado Ubaldo Gil, Director de la Editorial Mar Abierto, por permitirme hacer realidad este sueño y, obligación a la vez, de todo académico: ser capaz de sistematizar un puñado de pensamientos para que tomen la forma de un libro. Mi gratitud también a Alfredo Sánchez por su acertada presentación y generosas palabras.

Remitiéndome al prólogo del libro debo recordar que la génesis del texto está vinculada a las oportunidades que me dio la misma Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam) para desempeñar las funciones adjetiva y sustantivas básicas: gestión como Decano de la Extensión de El Carmen; docencia como profesor de la Sede de El Carmen y de la Facultad de Trabajo Social en la Matriz; investigación, como docente investigador en el Departamento de Investigación, donde en calidad de director de proyecto realicé mi primera publicación titulada "Cultura gastronómica manabita"; y, extensión como Director del Departamento de Vinculación con la Colectividad.

Este texto, por tanto, no es más que un reflejo y tributo de retribución a la generosidad institucional de la ULEAM. Aunque -utilizando un término coloquial-, modestia aparte, cabe advertir que no se limita a relatar simples experiencias vivenciales, sino que incorpora, un considerable sustento teórico.

Quiero reafirmar que el objetivo y propósito fundamental de la publicación del texto no es solamente sumar un mérito más a mi hoja de vida personal, sino entablar un diálogo a través de sus páginas con mis colegas y compañeros docentes de la ULEAM, y en la medida que sea posible con académicos de otras universidades, con la finalidad de enriquecer la reflexión y el debate sobre el quehacer universitario, indispensables en momentos como los actuales en que se le exige a la universidad la urgente, pertinente y suficiente generación de ideas innovadoras y propuestas relevantes.

Para visualizar el significado que tiene para mí el libro, debo confesar que soy muy lento para producir y que cada página escrita me ha tomado no menos de quince horas entre lectura, reflexión, escritura y múltiples correcciones; por consiguiente en el libro entrego a cada lector, 2400 horas de mi vida, por lo cual, aspiro a que lo que expreso en él pueda ganar el grado de interesante y quedaría encantado si alcanza el grado de útil. Por consiguiente, me enorgullecería saber que algunas de las disquisiciones esbozadas en el texto han permitdo entender o servir mejor a nuestra querida Alma Mater.

El momento que haya dos o más personas que lean el texto y lo interpreten desde sus personales marcos de referencia dejará de ser mi texto para convertirse en un bien intelectual colectivo. El conocimiento es siempre un proceso inacabado hay aquí algunas reflexiones surgidas desde la Uleam, sobre la Uleam y para la Uleam. El ideal sería que las ideas contenidas en el texto se multipliquen y enriquezcan a través de los colegas académicos que lo lean. De esa manera, estaremos contribuyendo a generar conocimiento. Ese es el mejor precio y la mayor satisfacción que puedo recibir.

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