Por: María Leonor Baquerizo
Sina Mondavi nos ofrece su primera obra, la novela juvenil Cuarto Creciente, donde la magia de lo real se mezcla con la ficción; el amor, la ilusión, los temores, las fortalezas y las debilidades son parte de lo cotidiano y del imaginario colectivo de los adolescentes, quienes se sentirán atrapados en el escenario que ofrece la novela. Sina Mondavi activa una serie de reflexiones en el lector, a partir de los personajes, espacio, época y mundos posibles. Los protagonistas se mueven dentro del ambiente que la novela juvenil permite. Recoge vivencias, transforma e influye en el lector, que como tal construye también en su imaginario y orienta simpatías o antipatías, hacia determinados personajes, actitudes o puntos de vista, que con diferentes elementos la autora va exponiendo en cada capítulo que componen esta narración.
De entrada nos enfrenta a una fatalidad, la derrota de un planeta que nos devora y es devorado a su vez, cito: "El vacío lo destruía todo", se lee en el prefacio. Pero Mondavi nos llena de esperanza luego en sus 16 capítulos, que de manera ordenada nos va dando claves que van hilando cada suceso hasta formar una unidad que estructura la novela.
Medardo Mora Solórzano, María Leonor Baquerizo y Sina Mondavi, quien agradece a los que apoyaron y apoyan su trabajo literario
El narrador de Cuarto Creciente, desempeña un papel importante en el lector, desde su postura de contarlo todo, nos lleva dentro de una historia llena de misterio, romance, inciertos y sorpresas. Más allá de este romance que surge entre los protagonistas, se desprende una serie de reflexiones, el mundo interior de los jóvenes, lo que aflora naturalmente, lo que ocultan. Podríamos decir que dependiendo de la subjetividad de cada lector, este construirá su propia escala de valores.
Cito: “… sólo aquellos que alimentan buenos sentimientos al reencarnar, recuerdan, sólo ellos descubren su pasado y predicen su futuro. (…) ...Los que tienen buen corazón y no recuerdan, encontrarán su guía y volverán a ser quienes deben ser, sentirán cosas que para ningún otro ser serán mortales. No siempre creen en lo que ven y ven lo que quieren creer... "
De unos ocho años acá, han surgido una serie de narrativas juveniles, escrita por mujeres, tales como Stephenie Meyer con la saga de Crepúsculo, o J. K. Rowling y sus libros de Harry Potter, escritoras que dejando a un lado las historias convencionales, tienen la necesidad de crear otro mundo, el espacio y el tiempo parecen ser coordenadas esenciales en este punto misterioso, casi místico porque sin verlo nos conectamos con él; sólo está permitido el ver a medias, como en un cuarto creciente, manejando claves de un fenómeno siempre contrario, en el que lector se adelanta a completar.
Cito: "mi madre me llama a mí para que la ayude a servir la cena (...) como no iba a serlo con una hermana de quince años, que se vestía gastando medio sueldo de mi padre, se arreglaba como artista de cine, caminaba como modelo profesional y hablaba con una voz que parecía un canto de aves."
Los protagonistas, Evelyn, vive en un continuo preguntarse, que la lleva a varios descubrimientos, y Edmond quien despertó su amor a primera vista, guarda un gran secreto, Evy, como la llaman sus amigas, persiste en saberlo todo, lo que entiende, lo que no, inclusive lo que no "debería saber", su vida transcurre sin malicia, y con un amor que es capaz de enfrentarlo todo, el personaje va descubriendo y a su vez descubriéndose.
Cito: "Edmond era un ser totalmente diferente y especial, me convencí que era como un cuarto creciente de luna, porque llenaba la mitad de mi vida con luz y amor, con energía casi divina y la otra mitad era oscuridad, me dejó muy claro que para él su misión prevalecía ante cualquier otra cosa."
La narración avanza en medio de este misterio, los deseos están expuestos, las opciones también, escoger entre el bien o el mal, el enigma de siempre. Tal vez es algo de lo que se ha hablado mucho, pero Cuarto Creciente con su narrativa va reforzando ese mundo joven, aventurero, regala esa posibilidad desde lo exterior y lo interior, para esto la autora se vale de metáforas, "las creaciones" que aparecen terribles, manchando todo, o muy claras, brillantes, permitiendo verlo todo mejor, siempre con el libre albedrío de escoger, manteniendo compromisos éticos y sociales, sin perder la mirada al pasado, pero sí, y sobre todo aprender a mirar un nuevo porvenir.
Sina Mondavi nos ofrece su primera obra, la novela juvenil Cuarto Creciente, donde la magia de lo real se mezcla con la ficción; el amor, la ilusión, los temores, las fortalezas y las debilidades son parte de lo cotidiano y del imaginario colectivo de los adolescentes, quienes se sentirán atrapados en el escenario que ofrece la novela. Sina Mondavi activa una serie de reflexiones en el lector, a partir de los personajes, espacio, época y mundos posibles. Los protagonistas se mueven dentro del ambiente que la novela juvenil permite. Recoge vivencias, transforma e influye en el lector, que como tal construye también en su imaginario y orienta simpatías o antipatías, hacia determinados personajes, actitudes o puntos de vista, que con diferentes elementos la autora va exponiendo en cada capítulo que componen esta narración.
De entrada nos enfrenta a una fatalidad, la derrota de un planeta que nos devora y es devorado a su vez, cito: "El vacío lo destruía todo", se lee en el prefacio. Pero Mondavi nos llena de esperanza luego en sus 16 capítulos, que de manera ordenada nos va dando claves que van hilando cada suceso hasta formar una unidad que estructura la novela.
Medardo Mora Solórzano, María Leonor Baquerizo y Sina Mondavi, quien agradece a los que apoyaron y apoyan su trabajo literario
El narrador de Cuarto Creciente, desempeña un papel importante en el lector, desde su postura de contarlo todo, nos lleva dentro de una historia llena de misterio, romance, inciertos y sorpresas. Más allá de este romance que surge entre los protagonistas, se desprende una serie de reflexiones, el mundo interior de los jóvenes, lo que aflora naturalmente, lo que ocultan. Podríamos decir que dependiendo de la subjetividad de cada lector, este construirá su propia escala de valores.
Cito: “… sólo aquellos que alimentan buenos sentimientos al reencarnar, recuerdan, sólo ellos descubren su pasado y predicen su futuro. (…) ...Los que tienen buen corazón y no recuerdan, encontrarán su guía y volverán a ser quienes deben ser, sentirán cosas que para ningún otro ser serán mortales. No siempre creen en lo que ven y ven lo que quieren creer... "
De unos ocho años acá, han surgido una serie de narrativas juveniles, escrita por mujeres, tales como Stephenie Meyer con la saga de Crepúsculo, o J. K. Rowling y sus libros de Harry Potter, escritoras que dejando a un lado las historias convencionales, tienen la necesidad de crear otro mundo, el espacio y el tiempo parecen ser coordenadas esenciales en este punto misterioso, casi místico porque sin verlo nos conectamos con él; sólo está permitido el ver a medias, como en un cuarto creciente, manejando claves de un fenómeno siempre contrario, en el que lector se adelanta a completar.
Los jóvenes protagonistas de esta historia, son seres reales, van al colegio, son guapos, feos, engreídos, sencillos, se enamoran, se pelean, se asustan y algunas veces sienten envidia.
Cito: "mi madre me llama a mí para que la ayude a servir la cena (...) como no iba a serlo con una hermana de quince años, que se vestía gastando medio sueldo de mi padre, se arreglaba como artista de cine, caminaba como modelo profesional y hablaba con una voz que parecía un canto de aves."
Los protagonistas, Evelyn, vive en un continuo preguntarse, que la lleva a varios descubrimientos, y Edmond quien despertó su amor a primera vista, guarda un gran secreto, Evy, como la llaman sus amigas, persiste en saberlo todo, lo que entiende, lo que no, inclusive lo que no "debería saber", su vida transcurre sin malicia, y con un amor que es capaz de enfrentarlo todo, el personaje va descubriendo y a su vez descubriéndose.
Cito: "Edmond era un ser totalmente diferente y especial, me convencí que era como un cuarto creciente de luna, porque llenaba la mitad de mi vida con luz y amor, con energía casi divina y la otra mitad era oscuridad, me dejó muy claro que para él su misión prevalecía ante cualquier otra cosa."
La narración avanza en medio de este misterio, los deseos están expuestos, las opciones también, escoger entre el bien o el mal, el enigma de siempre. Tal vez es algo de lo que se ha hablado mucho, pero Cuarto Creciente con su narrativa va reforzando ese mundo joven, aventurero, regala esa posibilidad desde lo exterior y lo interior, para esto la autora se vale de metáforas, "las creaciones" que aparecen terribles, manchando todo, o muy claras, brillantes, permitiendo verlo todo mejor, siempre con el libre albedrío de escoger, manteniendo compromisos éticos y sociales, sin perder la mirada al pasado, pero sí, y sobre todo aprender a mirar un nuevo porvenir.
Es una lectura muy placentera, y si bien es cierto, la literatura no puede enseñarse si no se experimenta, la formación del lector literario no es fruto de la casualidad, ni esfuerzo del docente, es un compromiso social.
Sina Mondavi, nos entrega su fresca novela juvenil, que estoy segura despertará interés en los jóvenes, en un momento en que necesitamos modelos en que prevalezca el rescate de los valores, como lo hacen los protagonistas de su obra. Cuarto Creciente tiene un fin, pero no un final, queda abierta a muchas posibilidades.
Felicito y la autora e invito a todos a participar de la aventura de esta novela.
(Texto leído en el Café Galería Barricaña, el miércoles 6 de abril del 2011)
No hay comentarios:
Publicar un comentario