martes, 25 de marzo de 2014

Intercambio de palabras: sobre Ubaldo Gil (1965-2013)

Texto tomado de la revista Revolución 3.0 edición de Marzo del 2014. Autor Juan Ramírez, redactor de dicha revista y de paso por la embajada de Ecuador en México, mientras se presentaba la novela de Ubaldo Gil.


“D.F. 18 de Nov/2013” es el garabato plasmado en mi memoria por el puño y letra de alguien que no tenía cara de escritor, ni hablaba como tal. A la presentación de su libro en la embajada de Ecuador, podía tenérsele poca o mucha expectativa (lo más atractivo, sin detalles, era el vino de honor y algunos conocidos); el apetito era mediocre pero me despertó un hambre voraz que comencé a satisfacer mientras, cenando tacos al pastor (y anexos), pude hacerle otras preguntas.

La primera pregunta que avivó mi interés pude formularla en los pasillos, con el vino a la mano y una polémica entre la (in)satisfacción por la figura central del evento. No era una pregunta por su obra literaria, sino por su persona ¿Por qué animaba una editorial cuando no había tenido esa oportunidad para sí mismo? Aquello parecía haberle construido una distancia insondable con la figura de escritor que ahora promovía para otros. A esta duda morbosa se le asociaba la dificultad existencial que había demostrado Ubaldo para distinguir, hablando de su novela, entre la ficción y su propia experiencia de vivir aquello que lo llevó a escribirla.

(Entran dos personas levantando las sillas. Algunos comensales murmuran para sí, antes que para otros)
— No hubo decoro.

— Qué mal lo dijo.

— ¿Pero qué dice?

— Este tipo está mal.

— ¡Impúdico!

Supe que los libros los regalaba la embajada. Estaba ya en la fila, mirando al moreno que se concentraba para poner las dedicatorias.

—Me llamó la atención que no se pudiera distinguir entre la escritura y la vida— le dije, antes de poner el ejemplar del libro en la mesa, buscando su mirada.

—Escribir rabiosamente, como necesidad vital. Eso lo acerca a Onetti o a Arguedas— añadí. 

Me estaba poniendo mamón pero ilusionado; él se detuvo y levantó la cara.

—Ahí está Onetti, sí… esta novela, ¿cómo se llama? Los Adioses, creo— dijo y me preguntó mi nombre. Su reacción estuvo empañada por una turbación que lo acompañaba como hálito incómodo.

Por azar terminamos en unos tacos, en Coyoacán. En el camino leí la contra carátula y otros detalles del libro. Filólogo, Borges… etcétera. La pregunta que le hice entre el ajetreo de me pasas el guacamole y ¿pedimos más cebollitas? fue: si estudió tanto a Borges, ¿por qué no sucumbió usted ante la tentación de trabajar su texto posteriormente? (nos había dicho ya que Amor más allá de Madrid lo había hecho prácticamente de una sentada). Sin darle oportunidad contesté yo, con una pregunta apresurada, como el enamorado que adivina una razón escondida pudorosamente: ¿tocar algo de ese texto era una profanación? Sólo dijo sí.
* * *
El libro
Dos ideas pueden llevarnos al centro de esa especie de tumba faraónica que es su novela: el miedo a la locura y el amor erótico, pero a pesar de eso no es aburrida. Ambas ideas piden ser leídas a la luz de una distinción más general sobre la existencia humana: lo sagrado y lo profano.  Quiero recordar a Mircea Eliade, de su libro de 1956.

Al manifestar lo sagrado, un objeto cualquiera se convierte en otra cosa sin dejar de ser él mismo, pues continúa participando del medio cósmico circundante. Una piedra sagrada sigue siendo una piedra; aparentemente (con más exactitud: desde un punto de vista profano) nada la distingue de las demás piedras. Para quienes aquella piedra se revela como sagrada, su realidad inmediata se transmuta, por el contrario, en realidad sobrenatural. En otros términos: para aquellos que tienen una experiencia religiosa, la Naturaleza en su totalidad es susceptible de revelarse como sacralidad cósmica. El Cosmos en su totalidad puede convertirse en una hierofanía.

No diré mucho más. Sólo comentaré que esta novela salió al aire en abril del 2013 por la Editorial Mar abierto, casa que él fundó, y que es un libro, un objeto feliz. Se compone de 3 secciones: una novela, dos colecciones de cuentos y un apartado de reseñas sobre el autor, con una pequeña entrevista. Como Alfonso Reyes, se auto-editó.

Los cuentos se interconectan veladamente, como un edificio de puertas secretas y pasadizos. Algunos son mejores, todos son interesantes. Algo hay de lamento lúcido por el mundo que nos dejó tras suyo. Murió en su tierra a las orillas del mar. Por las reincidencias que tiene en el libro, tengo ganas de ir a la playa del Murciélago, allá en Manta, Ecuador.

Traeré por último a colación los fragmentos que él eligió como claves para su lectura. Entre lo aquí escrito y esas epígrafes habita un acertijo.


Pero cuando se conduce a un hombre casi hasta la locura y cuando, para su propia sorpresa quizá, descubre que todavía le queda alguna resistencia, alguna fuerza propia, entonces es probable descubrir que esa clase de hombre actúa en gran medida como un hombre primitivo. Esa clase de hombre es capaz de volverse no sólo terco y obstinado, sino también supersticioso, un creyente de la magia y un practicante de la magia. Esa clase de hombre se sitúa más allá de la religión… de lo que sufre es de su religiosidad.
Henry miller, Trópico de capricornio 


Pensó con dolor y orgullo y desesperación que nunca volvería a encontrarla en los ojos de nadie.
Antonio Muñoz Molina, El invierno de Lisboa 


Iba como flecha por la noche vacía. Porque la única gente que me interesa es la gente que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que no bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz y todo mundo suelta un Ahhh.
Jack Kerouac, En el camino 


El concepto de texto definitivo no corresponde sino a la religión y al cansancio.
Jorge Luis Borges


Nada más. Pistas: La primera y cuarta citas pueden explicar la relación que Ubaldo guarda con la escritura. La segunda y la tercera, describen el potencial amoroso y la pasión con que nos comunica el mundo.


1 comentario:

DenniZu dijo...

me encanta encontrar blog asi son geniales!