Por: Medardo Mora Solórzano
www.medardomorasolorzano.blogspot.com
Un “Ensayo de Patria: Anhelos y Realidades Nacionales”, busca ser una síntesis de los cuentos, mitos, leyendas, fábulas, vicisitudes, angustias, esperanzas, y sobre todo de hechos y realidades pasadas y presentes de este país llamado Ecuador, situado justamente en la línea imaginaria que divide al globo terráqueo en Norte y Sur; quizás aquello explique la tesis de modernos historiadores, sociólogos, politólogos, culturólogos, tecnócratas, revolucionarios, que apuntan a señalar que el Ecuador hay que construirlo y reconstruirlo, al haber vivido de imaginarios sociales que han hecho deambular en el tiempo a nativos y residentes de su territorio, alejados de una realidad, al haber sido desorientados con concepciones fabricadas por los intereses del poder político y económico de turno.
De mi parte sólo aspiro a contribuir a orientarnos en lo que ha sido y es nuestra realidad como país, me limito a exponer lo que se ha escrito y vivido en la todavía joven historia ecuatoriana, hay personajes y episodios que nos han colocado en el mapa continental o al menos en lo que es América Latina y el Caribe, por ello cito la gesta independentista y libertaria de Simón Bolívar, que es en parte nuestro, al haber sido él el líder de la Gran Colombia, que comprendía lo que actualmente son los territorios de Venezuela, Colombia y Ecuador, Confederación de países al que él siempre quiso mantener unidos, sin perjudicar su anhelo de descentralizar administrativamente y desconcentrar políticamente a la Gran Colombia, al genio de Bolívar, hay que añadir, el nombre de otro líder inmenso, Eloy Alfaro, un luchador por la libertad, por la democracia, por la dignidad latinoamericana, por una sociedad donde exista justicia, ética, sin duda su nombre es parte de la historia latinoamericana, además de esos dos gigantes de América Latina y el Caribe, menciono a dos ecuatorianos ilustres en el Ecuador del siglo XX, cuyos nombres trascendieron las fronteras patrias, por su talento y brillantez intelectual, el uno, Leopoldo Benítes Vinueza, primer latinoamericano en alcanzar la Presidencia del más alto organismo de las Naciones Unidas, su Asamblea General, escribió dos obras que son un verdadero testimonio de su visión sobre el país profundo, “Ecuador: Drama y Paradoja” y “Argonautas de la Selva”, el otro, Benjamín Carrión, hombre de extraordinaria cultura, en su inmensa producción bibliográfica, pienso que “ El Cuento de la Patria” es una de las pocas hermosa y esperanzadora recopilación de lo que ha sido nuestro país, existen otros compatriotas de superior estatura humana y clara inteligencia, que se destacaron en las actividades en las que emprendieron o a las que dedicaron su vida, pero pienso que todos comprenderemos y sentiremos que los mencionados alcanzaron un indiscutido prestigio internacional, por ello prefiero no excederme en nombres para evitar hacer inclusiones, omisiones o exclusiones que pueden generar equívocos.
Este ensayo procura, que sin olvidarnos de nuestro pasado y seguir haciendo un recuento repetitivo o interpretativo de lo que hemos sido y vivido, considera que la historia se construye con el vivir presente, para con la sublime emoción de un sentimiento nacional y/o regional, hilvanar la construcción del futuro, sin que aquello nos haga olvidar lo que ha sido nuestro pasado, nuestras costumbres, nuestro ancestro, lo que fueron y siguen siendo nuestros anhelos y realidades, para que aquello sea entendible, hay que recurrir al análisis de aspectos vinculados a nuestras vivencias como país, sin esa contextualización, el análisis no pasa de ser parcial y eso está lejos de las exigencias del mundo internacionalizado de nuestros días, en cuya alborada del siglo XXI, todavía se respira el aire de una civilización que no termina de morir, para dar paso a otra que no termina de nacer.
De mi parte sólo aspiro a contribuir a orientarnos en lo que ha sido y es nuestra realidad como país, me limito a exponer lo que se ha escrito y vivido en la todavía joven historia ecuatoriana, hay personajes y episodios que nos han colocado en el mapa continental o al menos en lo que es América Latina y el Caribe, por ello cito la gesta independentista y libertaria de Simón Bolívar, que es en parte nuestro, al haber sido él el líder de la Gran Colombia, que comprendía lo que actualmente son los territorios de Venezuela, Colombia y Ecuador, Confederación de países al que él siempre quiso mantener unidos, sin perjudicar su anhelo de descentralizar administrativamente y desconcentrar políticamente a la Gran Colombia, al genio de Bolívar, hay que añadir, el nombre de otro líder inmenso, Eloy Alfaro, un luchador por la libertad, por la democracia, por la dignidad latinoamericana, por una sociedad donde exista justicia, ética, sin duda su nombre es parte de la historia latinoamericana, además de esos dos gigantes de América Latina y el Caribe, menciono a dos ecuatorianos ilustres en el Ecuador del siglo XX, cuyos nombres trascendieron las fronteras patrias, por su talento y brillantez intelectual, el uno, Leopoldo Benítes Vinueza, primer latinoamericano en alcanzar la Presidencia del más alto organismo de las Naciones Unidas, su Asamblea General, escribió dos obras que son un verdadero testimonio de su visión sobre el país profundo, “Ecuador: Drama y Paradoja” y “Argonautas de la Selva”, el otro, Benjamín Carrión, hombre de extraordinaria cultura, en su inmensa producción bibliográfica, pienso que “ El Cuento de la Patria” es una de las pocas hermosa y esperanzadora recopilación de lo que ha sido nuestro país, existen otros compatriotas de superior estatura humana y clara inteligencia, que se destacaron en las actividades en las que emprendieron o a las que dedicaron su vida, pero pienso que todos comprenderemos y sentiremos que los mencionados alcanzaron un indiscutido prestigio internacional, por ello prefiero no excederme en nombres para evitar hacer inclusiones, omisiones o exclusiones que pueden generar equívocos.
Este ensayo procura, que sin olvidarnos de nuestro pasado y seguir haciendo un recuento repetitivo o interpretativo de lo que hemos sido y vivido, considera que la historia se construye con el vivir presente, para con la sublime emoción de un sentimiento nacional y/o regional, hilvanar la construcción del futuro, sin que aquello nos haga olvidar lo que ha sido nuestro pasado, nuestras costumbres, nuestro ancestro, lo que fueron y siguen siendo nuestros anhelos y realidades, para que aquello sea entendible, hay que recurrir al análisis de aspectos vinculados a nuestras vivencias como país, sin esa contextualización, el análisis no pasa de ser parcial y eso está lejos de las exigencias del mundo internacionalizado de nuestros días, en cuya alborada del siglo XXI, todavía se respira el aire de una civilización que no termina de morir, para dar paso a otra que no termina de nacer.
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