miércoles, 24 de diciembre de 2014

Ubaldo Gil: dar más


Por: Patricio Lovato
Manta, 23 de diciembre del 2014

Transformar una realidad que vaya más allá de la condición personal, más bien que integre a toda la comunidad regional, del país y busque encuentros con el mundo, deja ver un proceso largo y que debe tomar generaciones de un trabajo incesante. Esa realidad fue asumida en un inicio por el joven Ubaldo Gil Flores, nacido en Manta en el año 1965, cuando si acaso esta ciudad crecía en obras portuarias, flota pesquera e infraestructura industrial, aunque su condición de aldea de pescadores era visible, para él, a partir de la educación, y dentro de este amplio espectro, la cultura, el arte, principalmente el camino que conduce a ellas, la lectura.
Ubaldo Gil junto a sus colaboradores Alexis Cuzme y Carla Mendoza.
Cuando el poder se desentiende de los grupos sociales y no le interesan sus derechos básicos, tan solo su fuerza de trabajo, es factible que los niños y jóvenes se echen a perder, en especial cuando nacen en barrios pobres. Pocas posibilidades quedan para que algunos se echen a ganar, y más que intuyan, se convenzan que los libros son el aliado perfecto para conocer, incluso entretenerse para encontrar nuevos horizontes que amplíen la visión, prácticamente se autoformen básicamente y tomen como complemento la educación formal de escuela, colegio y universidad.
Ubaldo Gil (1965-2013). 
De esta condición y con esta práctica creció Ubaldo Gil, arrimándose pronto a los pocos intelectuales que merodeaban por la ciudad y ubicando las obras que recomendaban, las que lo llevaban a nuevas lecturas y de estas a perfilar su personalidad que decantó en la obsesión por transmitir lo que leía, lo que alimentaba su conocimiento para ampliar el sentido de la realidad que ahora debía transmitirlo como docente a sus alumnos del colegio.
Ubaldo junto a su última publicación "Amor más allá de Madrid".
Sus horizontes se ampliaron desde la universidad, lugar al que llegó ya con una clara misión de establecer una editorial. Repetía constantemente: lo que se investiga y se escribe, y no se publica, no existe. Para hacerle mucho bien a él personalmente y luego a la ciudad en un grupo de jóvenes, llegó a Manta, mediante un convenio suscrito entre el Banco Central del Ecuador con su División de Cultura y la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (ULEAM) en 1992, llegó el escritor guayaquileño Miguel Donoso Pareja, promotor con mucho éxito de talleres literarios para jóvenes autores, ya sea en México DF o en ciudades como Guayaquil o Quito. Durante cinco años participó en prácticas de revisión de textos de los participantes donde se privilegió la creatividad personal y la maduración del proceso de formación de escritores, con lo que su rumbo, que ya era sólido, se reafirmó en el amor a la literatura, en todas las variantes como poesía, cuento, novela, ensayo. Tal es caso que fue protagonista en el diario El Mercurio, en el análisis crítico de todas las obras que se presentaban en el Festival de Teatro de Manta, organizado por el grupo La Trinchera, del que fue su creador.
Ubaldo junto a su hermano Pedro durante una entrevista radial en Quito. 
La necesidad de más conocimiento científico especializado lo llevó a Madrid y Málaga a estudiar Comunicación, Filología y Semiótica, fue a partir de ahí que prácticamente todos sus instrumentos intelectuales, se pusieron al servicio de la causa de transformar primero su medio. Ya la idea de la editorial había madurado dentro de un proyecto estratégico, desde donde, amparado en una frase: ideas complejas, pasos concretos, soluciones simples, pudo convertir en realidad un sueño personal, aunque creado para visibilizar autores locales y nacionales que tenían disponibles obras de gran valor, también se promocionaron valores jóvenes dentro de los géneros literarios que se desenvolvieran, para todos ellos, y mediante un trabajo diario, al que en lo personal hay que calificarlo de infatigable, logró posicionar primero una revista libro denominado Cyberalfaro, repleta de contenidos y temas que trataban aspectos inéditos que iban desde el cantón, por la   provincia de Manabí, hasta estudios del país y temas universales que contextualizaran el mundo, con esta práctica se dio paso al desarrollo de una marca: Editorial Mar Abierto, posicionada en el   mercado nacional y en proyección en las ferias internacionales, donde participó, sea en la de Bogotá o en la de Guadalajara, la idea multiplicarla, en base a colecciones que se abrían permanentemente dada la creatividad de los autores: sea en literatura, historia, política, filosofía, educación, sociología, todas las ciencias que vincularan directamente el conocimiento universitario con su aplicación en beneficio de la comunidad a la que se debe, así como de otros sellos editoriales. Es en este punto donde hay que destacar la importante participación de la autoridad universitaria de la ULEAM, a la hora de ejecutar este proyecto dotándolo de recursos financieros.

Su quehacer de docente y escritor, se veían superados permanentemente con las ocupaciones y el tiempo que le dedicaba a las tareas de editor. Cada detalle por mínimo que fuese era evaluado íntegramente dentro del proceso de edición. Trátese de la corrección de textos, la diagramación o el diseño gráfico, eran vistos minuciosamente y proclamados como un acto de estricta responsabilidad y ética para con su equipo de trabajo. Pero no todo terminaba ahí. Desde su incesante accionar quedaba tiempo para pensar en que todas las universidades deberían desarrollar sus propios procesos editoriales, y para ello apoyarse en red, surge así una serie de conexiones con varios colegas suyos, directores de sellos editoriales maduros, con los que emprende en la fundación de la Red de Editoriales Universitarias y Politécnicas del Ecuador (REUPDE) para como agrupación, a más de compartir experiencias y objetivos comunes,  expandirse a otras geografías relacionadas con el quehacer editorial como la Asociación de Editoriales Universitarias de América Latina y el Caribe (EULAC).
Ubaldo compartiendo un almuerzo con editores universitarios.
Ver crecer y vigorizarse,  a Mar Abierto y REUPDE, ponerse al día en las tareas editoriales fueron su vértigo de trabajo diario, el tiempo que le quedaba al día, lo destinaba a la promoción como salida lógica de las publicaciones. Su trato personal y a fondo con los distintos autores, las participaciones en ferias, los foros en las presentaciones de libros, las promociones y anuncios, tanto en redes como en medios impresos, hablados o de imagen, coparon sus estrategias, así como su proyecto de las librerías, redondean la idea inicial de un hombre dispuesto a  cambiar la realidad de su entorno inmediato, de posicionar una nueva editorial en un lugar periférico del país como Manabí, para tenerla como ejemplo de que si se trata de perseverancia, acá existe eso para el trabajo, si se trata de talento, acá existe el suficiente para dar cabida e impulsar autores, finalmente si se trata de difundir el conocimiento universitario, la entidad regente dispone de una editorial estructurada en ese proceso.


Ubaldo Gil murió temprano (Guayaquil 2013), fue la única manera de que quedaran sus tareas inconclusas, a pesar de eso su legado es ejemplar: dio mucho más de lo que le dieron quienes tienen la obligación, por estar en el poder, de educar, de leer, de escribir, de publicar, para revertir el abandono, para que la ignorancia no nos niegue.

Lápida en memoria de Ubaldo Gil en el cementerio Jardines del Recuerdo.

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