jueves, 14 de mayo de 2009

Soledumbre: reivindicación de lado y lado




Por: Jorge Luis Cáceres
(Escritor quiteño)

No soy un presentador de libros, soy más bien alguien que intenta e intentará por el resto de su vida escribir..., pero bueno...
Cuando el poeta Paúl Puma, me contactó para realizar una pequeña reseña sobre esta antología, prologada por Pedro Gil, me dije a mí mismo después de leer sus primeras páginas, ¡y de qué carajo se habla de alguien a quien ya lo han elevado al cielo y lo han condenado a los más oscuros infiernos! ¡qué se dice de alguien que a sí mismo se tilda como rufián, que descarna sobre el papel su oficio de escritor y su compromiso con la palabra escrita!.
Pero al avanzar y bucear dentro del texto, descubrí la verdadera esencia de esta antología, no es el gran poeta Pedro Gil, su principal actor (si cabe el término), sino su pasión por compartir su valioso conocimiento con aquellos jóvenes que como él mismo dice...llegaron a la casa donde convalecía con carpetas bajo el brazo, con textos listos para ser pulidos en un taller de literatura, y con algo extra que disipó los ángeles de la muerte. Sin darse cuenta se firmó ficticiamente un compromiso de salvación y reivindicación entre tutor y talleristas.

“Escribir se aprende escribiendo”
La renovación de los talleres literarios y su función: la de eliminar los lugares comunes, buscar la frase correcta, trabajar en la puntuación y en la piel del texto. Buscar la humildad, el trabajo constante y la disciplina son sólo algunos de los ingrediente que hacen maravillosa a esta antología donde se entrelazan la palabra escrita, la pasión por crear, la salvación de lado y lado y el talento ya que sin este último pero vital ingrediente poco o nada se podría escribir.
Fue grato también descubrir entre estas líneas, narraciones marcadas con el estilo Caicediano (refiriéndome al escritor Caleño Andrés Caicedo), la ciudad y sus fieras como fuente eterna de inspiración.
Por último quiero citar una entrevista realizada por Diego Oquendo al gran escritor Leonardo Valencia, uno de los referentes de mi generación junto con Gabriela Alemán, la entrevista trata sobre el oficio de escribir. Esto lo quiero hacer a manera de mensaje dirigido principalmente a los jóvenes escritores que participan en esta antología:
Oquendo le pregunta a Leonardo Valencia:
—Vive, sobrevive gracias a su escritura?
Valencia responde:
—La literatura tiene exigencias, pide ciertos sacrificios. Y si la vocación del escritor es verdadera, no hay más remedio que asumirlos. Se trata de vivir con cierta dignidad, pero sin pretensiones de llevar una vida de lujos y comodidades. Son sacrificios que el escritor debe asumir.
Como mencioné al principio de estas palabras no soy un presentador de libros, por lo tanto quisiera dar paso a los escritores de Soledumbre, ya que para ellos el presentar su obra se convierte en una necesidad ineludible, casi irremplazable.
Sólo me resta por decir en hora buena, y felicitar a todos los escritores por su tenacidad.
(Texto leído en la presentación del libro Soledumbre realizado en el Museo de la Palabra del Ministerio de Cultura en Quito, el pasado miércoles 29 de abril)
En la foto el escritor Jorge Luis Cáceres leyendo su comentario, a la izquierda el poeta Pedro Gil y a la derecha el también poeta Paúl Puma.

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