martes, 28 de julio de 2009

Leyendo y releyendo la creatividad de Soledumbre


Por: Augusto Rodríguez

A pesar de las críticas y de lo que se diga de los talleres literarios, creo que son importantes y merecen su espacio dentro de las universidades, instituciones, colegios o lugares que tengan que ver con la literatura y el pensamiento. El maestro de los talleres en el Ecuador siempre ha sido el guayaquileño Miguel Donoso Pareja, con su metodología que aplicó tanto en el país como en México. De ahí han surgido una gran cantidad de poetas y narradores que han llevado adelante talleres en diferentes rincones del Ecuador. Se me vienen a la mente por decir, poetas como Edwin Madrid, Huilo Ruales o Fernando Iturburu; ahora tenemos en Manta, al reconocido poeta Pedro Gil (Manta, 1971). He seguido la trayectoria de este poeta. Siempre he creído que es el poeta más importante de su generación. Poemarios como Paren la guerra que yo no juego o Delirium tremens son libros valiosos para la más reciente poesía ecuatoriana. Todos estos libros están recogidos en su antología He llevado una vida feliz. Ahora, tenemos un nuevo hijo de Pedro Gil, denominado Soledumbre y es la antología de los alumnos de su Taller Literario de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. En este libro encontramos a ocho autores que son Verónica Sánchez (Ambato, 1973), Diana Zabala (Jipijapa, 1983), Liliana Arcentales (Salinas, 1973), María del Carmen Zavala (Jipijapa, 1975), Roxana Monserrate Delgado (Manta, 1978), Ernesto Intriago (Manta, 1986), Jessica Galán (Esmeraldas, 1981), Yuliana Marcillo (Chone, 1987), más el tutor y profesor del taller, el poeta Pedro Gil. Este libro recoge (como ya lo mencioné) una muestra poética y narrativa importante de cada tallerista del taller de la ULEAM. Vamos paso a paso revisando el libro. La primera de la lista es la poeta Liliana Arcentales que segura de sus palabras y con convicción nos regala poemas como Amores puntuales, cito:

Fue puntual.
Como siempre,
sin rostro, sin identidad.

Mi falda
guarda en el bolsillo
una tarjeta digital.

Avanzo
sobre esta vía perimetral
que sepultó mis rosas...

¿Por qué huyen de mí
las cabinas telefónicas?...
Si al fin y al cabo
los números que marco
no existen.

De ahí leemos a la tal vez mejor poeta de la antología, Yuliana Marcillo, irreverente, llena de humor y desenfado, nos da el poema Perdidos:

Excitada de ti me encuentro con la pena en el pene.
Sin manos, sin hombre, sin nada.
Mi tierra se fue junto a la ola de un cálido martes,
Y me quedé en silencio.
Sin techo, sin hambre, sin nada.

Toca mi pecho y siente mis finas venas palpitar.
Me pierdo entre callejones, mi comida es beber y fumar.
Hombre de mil caras de mil manos y sin corazón.
Me tocaste porque tienes dedos
que buscaban pasión,
Y yo que en cada beso volvía a nacer, a llorar como la primera vez.

Me aferré a crecer en ti, hijo de tu madre.
Tu madre es mi tierra.

Toca mis piernas para que sientas la fuerza que llevan,
¡Cómo han andado!
Cómo han aguantado a manos duras que abusaron de ellas.
Mientras mi piel se hundió y el rojo floreció,
tu gustoso acababas en mi corazón.


Continuamos con Jessica Galán, poeta de versos bien estructurados y directos como el poema Con los pies:

Nos amamos con los pies
bien puestos sobre la cama
nos tocamos el alma
con las manos de la culpa

Digo te amo
dejo una brecha de escape.

Me das todo
sin que te pida nada
me das nada
cuando deseo todo.

Es que nos amamos con los pies,
todo en un espacio
blindado, invisible,
abstracto y sin nombre.


No te llamas, no me llamo
sencillamente somos
porque no somos nada,
extraño amor
no me hace volar,
no me sumerge.

Porque nos amamos
con los pies.



De ahí seguimos con un autor muy conocido por mí, Ernesto Intriago, poeta dueño de un universo muy propio que sigue trabajando una obra interesante. Leemos su poema Gimen de amor los muertos:

Tengo
totales obligaciones:
ser tu amante frío
tu amor piedra
tu hombre ido

tengo derecho a mis escudos
defenderme como pueda
de tanta nada que me haces.

Ya no me das la mano
no me das tu boca
tus gemidos están más idos que yo.

Tengo la misión de buscarte
donde a nadie se encuentra
espérame que me cambio de ropa

en veinte minutos sabremos
cómo gimen de amor los muertos.


A continuación tenemos a Monserrate Delgado, con una obra parca pero bien elaborada como su poema La hora de David:

I

David, llegó el momento.
Fría es la nostalgia de tu carne,
culpable, el tiempo que te espera.

Siervos, traigan unos labios que lo salven,
una diosa de cerezos clandestinos
que, intactos en el pecado
despierten sus ansias.
Pues, cae la noche
en la esquina de sus insomnios.

Abisag, el Rey te aguarda.
Derrama tu fuente,
tus deseos.
Desnuda
paciente
silenciosa
que él está esperándote en la prisa.
Sigue.


Para finalizar con las poetas tenemos a María del Carmen Zavala y su poesía breve que nos dice en su poema Ofrenda:

Ausencia que nos abruma, separa, calla
Agrietados afectos y ambiciones,
consuman la travesía, penan los recuerdos.
Fantasmas de lo ilícito
auguran el ocaso
los que parten lo saben
no temen, se donan
han pactado con el infinito.


De ahí tenemos a dos narradoras como lo son Verónica Sánchez y Diana Zavala, que nos muestran varias virtudes en sus textos, como la elaboración de acertados ambientes, buenos recursos narrativos, giros notables, brevedad, etc., cuentos de la mejor clase. Y para finalizar este libro, tenemos algunos poemas y cuentos de Pedro Gil, con su característica forma de escribir y de enseñarnos los monstruos de los bajos mundos que circulan en la vida como en la literatura, de una forma directa y con notable maestría. Estoy seguro que el libro-antología Soledumbre no pasará desapercibido por los lectores, escritores, críticos ecuatorianos y del extranjero. Aquí en este libro encontramos poemas y cuentos breves de gran calidad literaria. Estoy seguro que los antologados en Soledumbre darán mucho de qué hablar. Esperemos que este libro circule en todo el país y que la literatura de estos jóvenes escritores llegue a muchos lugares. Pues se lo merecen. Ya veremos qué dice el tiempo, por mi lado, sigo leyendo y releyendo su creatividad y sus valiosos textos literarios.
(Texto leído en la presentación realizada en la Expolibro 2009, el pasado lunes 13 de julio)

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