Por Rut Román
Si nos detenemos un momento a pensar en las afinidades que guardan la intensidad del sufrimiento; la pasión sexual, el alcoholismo y el fervor religioso -si nos permitimos pensar más allá de su valoración moral- encontraremos que: un dolor intenso, el éxtasis del placer, el rapto religioso y los abusos del alcohol se parecen en la forma del gasto. Su divisa es el exceso, la desmesura, la entrega total. Alejados del justo medio desbordan las fronteras que apartan cordura de patología y domesticidad burguesa de libertad callejera. Estas intensidades de nuestra naturaleza nos empujan a arriesgarlo todo, a prescindir de los buenos modales con tal de sentir, verdaderamente sentir el amor y la vida. (...)
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